Capítulo 3.

1.5K 41 10
                                    

•Antes de que empecéis a leer. (En el capítulo 1 edité un nombre para que se entendiera mejor, debido a que algo mejor no sé entendía. Bueno es algo insignificante, es que Candle es un chico y le he puesto John, para que se entienda mejor. Mi imaginación para los nombres ingleses no da para tanto. Ahora ya paro, aquí tenéis el capítulo de hoy.

Eva (Narradora)

Aterrizamos en el aeropuerto del Prat.
Sorprendentemente, no había ningún paparazzi en la puerta.
Más tranquila la verdad. Antes de llegar, Anne y Sam me dijeron que se habían hecho eco de la noticia en España.
John y yo salimos del aeropuerto y en la puerta estaba Anne.
Que guapa, la jodía. No ha cambiado nada joder.
- Anne tía, que guapa, que todo. Ay, ay, joe que te casas. ¡¡Qué emoción!! Joder te echaba de menos Lukin.
- Ay Eva y yo muchísimo. Estás más guapa todavía. Buah que reina, madre mía. La Barreiro ha vuelto a España. ¡Uau!
Silencio. John apareció.
- Anne, te presento a John.
- Ay hola, encantada.
- Hola, ¿Anne verdad?
- Sí. Oye, vamos que Sam está esperando impaciente en el coche. Que me está vibrando el móvil, a más no poder.
- Las maniacas se reencuentran, que emoción.
Anne está un poco incómoda, se le ve desde lejos. La verdad, es que no sabía cómo presentarlo.
Teníamos una relación, pero extraña. Él a lo suyo y yo a lo mío.
Yo, seguía con el recuerdo de Hugo. Aunque él me ha ayudado muchísimo siempre. Lo mejor es que nos damos el espacio necesario.
Pero nada más que necesitaba su apoyo, como en estos momentos, no dudaba en acompañarme , apoyarme.
Le tenía mucho cariño, lo quería, quizás no como pareja, por eso no he dado el paso. Pero siempre como algo más.
No me di cuenta que Anne paró y seguí para delante
- Pero Eva. ¡¿Dónde vas?! Estás empanada.
- Maniaca, pero dónde coñi vas, ven aquí londinense.
Sam. Samantha. Samy. Mi maniaca.
Salí corriendo para abrazarla.
- Que cabrona la rubia está. Te he echado tanto de menos.... Que me teñiría de rubia.
- Ay dios, Eva que fuerte tía. Dos añicos sin verte. Pero no pasa nada, ya estás aquí otra vez gallega.

Ella vino a verme unas cuantas de veces.
La verdad es que siempre sería mi Samy. Ella y Anne con una mirada ya sabían cómo me sentía. Y Samantha es la energía y la locura que me falta a veces. Solo a veces.

- ¿Y éste quién es, Evi?
- Ostras. Es John. John - Sam, Sam - John.
- Encantado, Samantha.
- Igualmente...
- Bueno, vamos, que se hace tarde.

Subimos en el coche. Pusieron la radio, español. También se echa de menos.
(Conversación de radio)
- Hugo Cobo, muchísimas gracias por venir.
- A ustedes.

El corazón, me dio un pálpito. Joder. Lo primero que escucho es a él. Maldito destino y sus malas pasadas. Joder.

- Maniaca, te juro que no teníamos ni putísima idea.
- No os preocupéis, en algún momento tendré que verlo.
Le resté importancia. Era verdad que este mismo lunes lo iba a ver.
O eso creía yo.

Llegamos al hotel y nos despedimos de Anne y Sam. Las vería mañana. Anne tenía un piso con Gèrad y Sam tenía uno con Flavio.
Me alegraba mucho que por lo menos ellas tuvieron suerte en sus relaciones.
John quería ver Barcelona, así que aunque no tenía muchas ganas de salir. Decidimos salir un rato.
Lo que no me esperaba era la cantidad de paparazzis que había en la puerta.
Salí, del hotel y antes de entrar en el coche que estaba en la puerta. Mi mirada chocó con otra. Una que procedía de un rubio, con un tatuaje en el cuello, que estaba en la acera de enfrente.
No pude reaccionar a nada, John me empujaba para entrar, ya que me había quedado en shock. Fría.

Entré en el taxi.
No me lo podía creer. Acababa de ver a Hugo Cobo después de diez años. Joder. El caos acababa de surgir en mi mente y en mi corazón.
Mierda, mierda, mierda.
¿Y ahora qué hacía yo?
Estaba muchísimo más guapo, y eso que era muy difícil.
Tenía a John a mi lado.
A ver cómo hacía yo esto.
- John..... no me apetece nada dar una vuelta y que me persigan. Lo siento muchísimo, pero es que no tengo nada de ganas. ¿Me entiendes? No te enfades porfi...
- Tranquila..... volvamos al hotel.
- ¿Pedimos pizza ya que estamos?

Flashback:
Estábamos en su nuevo piso de Madrid.
- Hugo, Hugo, Hugo. Tengo muuucha hambre (dije alargando la u)
- Vaya, Eva Barreiro con hambre. Algo nuevo....
Pues da la casualidad, de que tengo algo pero es la última porción de pizza de anoche..... Que no me la pide comer porque alguien tenía otras necesidades.... (Puso su sonrisilla)
- Jopetas Hugo, venga..... Me ruge la barriga y todo y está lloviendo y todo mira. Déjame comerme esa porcioncilla y te invito a una entera para ti solo otro día , anda.....
- No, no, no, no. (Se dirigía hacia la cocina)
Yo salí corriendo tras él y en el rifi rafe de quién se comía esa porción, se cayó al suelo.
- Joder, Hugo. Por tu culpa. No haces nada bien, cabezón. Dije riéndome.
- Ahora la culpa la voy a tener yo eh....
Empezó a hacerme cosquillas. Cosa que no podía aguantar nunca.
- Hugo, pa-ra . Porfii
No podía parar de reírme. Hasta que paró y sacó una pizza del frigorífico.
- Es lo que hay, me miró riéndose.
Y así, comí. Pizza fría de frigorífico, y entre medio sus besos que era lo que más me llenaba.
Y su risa, y su mirada, y su voz.

Así comimos en el suelo, frente al ventanal de su habitación. A los pies de la cama. Revueltos y con ganas de más. Viendo la mayor tormenta que habíamos  visto en nuestras vidas.

• ¡Hola! ¿Qué tal? Espero que bien, y que los profesores no se estén pasando con los deberes esta cuarentena.
Espero que os haya gustado el capítulo del día.
Esta escrito con muuucho amor.
Gracias por leer esta pequeña historia.

caos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora