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MARCOS
En el momento que entramos a los calabozos, cabe aclarar que los ojos de Josh estaban ardidos por ver en las condiciones que se encontraba nuestra luna, me golpeo un fuerte olor a sangre fresca y seca tanto de lobos como vampiros, pero había un olor que se destacaba, era llamativo, dulce, fuerte y picante justo como mi nana lo describía en sus cuentos de "Los Sangre Real".
Me acuerdo que los lobos que poseían este elixir corriendo por sus venas eran descendientes de una loba alfa la cual estaba perdidamente enamorada de un demonio esclavo de ojos negros, este tipo de demonio servía para hacer el trabajo sucio de la realeza lobuna, la alfa al ver el esfuerzo que hacia su amado para cumplir con todo lo pedido, decidió mentir diciendo que era su destinado. La manada al enterarse de tal noticia quedo indignada, la mayoría no aceptaba que uno de sus lideres sea un simple esclavo.
Al paso de los días un soldado real fue a buscar a el demonio para llevarlo al palacio y tomar su puesto como líder al lado de la alfa, la criatura de ojos negros se encontraba totalmente perdida no entendía porque esa bella mujer lo había elegido a él un simple esclavo, ni era su mate si lo fuera el lo habría sentido, rápidamente guardo sus cosas, como dijo el hombre con la brillante armadura a la reina no se la hace esperar.
El camino de los barrios bajos hacia el castillos era bastante largo más con toda la gente de los alrededores abucheándolo. Casi pasando las 00:00 llegaron a la gran construcción que seria su nueva casa.
La bella reina se encontraba casi a punto de un colapso, se notaba a lenguas que no podía ni llegar a la puerta sin derrumbarse, con desespero en su voz hablo:
-Mi amado acaba de llegar quiero que lo reciban como el rey que es, voy a estar en mi balcón después de que se instale llévenlo conmigo.
Siempre que algo la superaba la alfa salía a tomar aire, eso la servidumbre lo sabia muy bien por eso cumplieron a la perfección lo que pidió nadie deseaba conocer su furia.
En una de las muchas habitaciones se encontraba un indefenso demonio siendo intimidado por la grandeza del castillo, le habían avisado que se acomodara como si fuera su casa pero que trate de ser lo mas rápido posible su alfa pedía verlo inmediatamente. Temeroso se dirigió a uno de los guardias.
-Ya ter...mine, me gu...staria po...poder ir con la alfa.— sabia que muchos se reirían de él, lamentablemente era demasiado estrés para manejar .
-Claro rey, por favor levante la cabeza no creo que a nuestra alfa le guste que mire este con la cabeza gacha demostrando sumisión.— al escuchar eso el muchacho de ojos negros levanto la mirada y asintió.
Sorprendentemente los aposentos de su reina se encontraban a dos habitaciones de la de él, se paro frente a la gran puerta y como todo asustadizo toco la puerta con golpes cortitos.
