« Capítulo 12 »

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Diez días. Diez días sin hablar con Jesús. Y dos días para su cumpleaños. ¿Qué voy a hacer? Está enfadado conmigo por el simple hecho de estar tiempo con Dani. Eso son celos. Es un maldito celoso que no piensa en los demás.

***

- Dani, esque no entiendo por qué está enfadado. -le dije a Dani.

- ¿Es por mi culpa? -me preguntó.

- Esque está celoso de que me dejaras el otro día tu sudadera y que pase tiempo contigo. No es tu culpa. Es la de él. Es un celoso. Pero no sé que hacer para que piense que no quiero nada contigo. -se borró la sonrisa de Dani al decirle eso.

- Claro. -hizo una mueca de tristeza- Es imposible que tengamos tú y yo nada. Hay que intentar que Jesús piense.

- Pero esque no sé si hemos cortado. Por una parte creo que sí, porque está enfadado conmigo. Y por otra no, porque no me ha dicho nada.

- Hablaré con él. -me dió un beso en la mejilla- me voy.

- Adiós. -le abrazé.

***

*Dani*

Llegué a casa después de despedirme de Elena. Me puse triste cuando me dijo que ella y yo nunca podríamos tener nada. Sí, estoy mal porque me gusta. Me gusta. Es perfecta. Su sonrisa es tan bonita. Sus ojos color esmeralda brillan cada vez que está feliz. Cuando llora, está apagada, pero ese brillo nunca se le apaga. Cuando está enfadada, se le ponen los coloretes rojos y es tan tierna. Pero, es la novia de mi hermano. La hermana de mi exnovia. Pero me gusta, y mucho.

Me olvidé del tema y subí a mi cuarto donde estaba Jesús tirado en la cama.

- Jesús -pronuncié su nombre.

- ¿Qué quieres? -dijo seco.

- Hablar.

- Habla.

- Elena dice que no sabe si habeis cortado, y ella está muy mal.

- Te gusta, ¿verdad? - cambió de tema.

- Sí.

- Lo sabía. Sabía que no podía confiar en nadie. Ni en mi hermano.

- Jesús, eres muy idiota. Tal vez me guste, pero ella está enamorada de tí. Que está sufriendo por tu culpa.

- Y yo estoy sufriendo por la suya. -respondió.

- No me has respondido la pregunta, ¿habeis roto?

- Sí. Necesito tiempo. -dijo.

- Increíble.

Salí de la habitación de un portazo y me fui otra vez para casa de Elena. Subí por la ventana, ya que ahora me había dado por subir por ahí.

Ella estaba ahí, tumbada en su cama con los pies en alto y su cabeza le caía por la cama.

- Cada vez te tumbas más raro -solté una carcajada.

- Lo sé, soy especial.

- Mucho.

- ¿Y? ¿Qué te ha dicho? -me dijo y yo me senté en la cama y miré el suelo. - Dani, dímelo.

- Dice que necesita tiempo. -entonces la empezaron a caer lágrimas. - no llores por favor, es un idiota, lo sé, es mi hermano. Pero solo necesita tiempo, ya verás como todo se arregla.

- No puede ser. -seguía llorando- Yo le quiero muchisimo.

- Lo sé y él también a tí. -la abracé.

El tiempo pasa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora