Parte 2

6 2 0
                                    

Siempre he pensado que el orden social merece ser liderado por personas moralmente capaces en toda la amplitud del significado, aunque el mantenimiento de ese orden no sea absolutamente perfecto, siempre hay alguien más adecuada que otro, afortunadamente para la base de defensa civil, tenían a la persona indicada, Tomas Seal, un hombre con más cerebro que masa corporal, de veras, contextura delgada, pero con un amplio conocimiento en orden civil, estratega y analítico, fue el administrador mercantil y de nómina de personal en muchas empresas lucrativas del país.

La base de defensa civil anti mortíferos contaba con un extenso equipo de armas, entre ellas habían revólveres, pistolas, fusiles de precisión y subfusiles ametralladores, tenían también vehículos todoterrenos y algunas motocicletas, que no utilizaban en exceso por la falta de combustible, todo esto bien organizado por el director de la base.

-Bien -dijo Tomas a Robert Hampton– si todo sale según lo planeado, en un par de días tendremos suministros alimentarios para una semana y media. ¿Tenemos información extra sobre las bestias?
Robert era el encargado de recolectar noticias, datos e información nueva de los mortíferos, una persona a la cual el autismo (TEA) le afectó mayormente su primera década de vida, ya que es un problema neurológico que perjudica especialmente su relación con las personas que lo rodean, pero también involucra la capacidad de mejorar excepcionalmente sus cinco sentidos, como por ejemplo tener una capacidad de memoria auditiva o de recuerdo visualmente fotográfico, al punto de ver una página escrita y después leerla como si la tuviese en frente, sin embargo pueden ser tan agudos sus sentidos que fácilmente puede generar aturdimiento por sonidos fuertes. Anexo a eso, también sufría de miopía, una anomalía en los ojos que le producía una visión borrosa.

-Solo un par de datos, Tomas –respondió Robert a su pregunta- con algunas anécdotas he logrado indagar sobre algunos atributos que dispone su naturaleza, al parecer tienen la capacidad de entrar a tus recuerdos emocionales, hurgar en ellos y manipularlos para beneficio propio. Como ya sabemos son carnívoros y podríamos posicionarlos entre los primeros de la cadena alimenticia, pueden matar fácilmente a un siervo dejando inconsciente su débil mente, aun no tengo claro a que distancia.

-Ya lo puedo asimilar, es algo diabólico, ¿que hemos hecho para merecer esto? -Preguntó Tomas casi que para sí. Con solo poseer esa información en tu cerebro consciente, no tendrías más remedio que desistir y someterse a uno de ellos. Pero estaban allí para luchar ¿no es así?– Hace unos días me habías dicho que podían alterar el sistema nervioso y digestivo a una distancia de… -Dijo Tomas mientras buscaba el dato en su libreto.

-4.5 metros, señor -se adelantó Robert a terminar–Es el intervalo aproximado que utilizan para atacar a su víctima.

- Si, bueno, fundamentándome en eso, supongo que todos sus ataques son siempre a esa distancia aproximadamente, no podemos hablar de cientos de metros, ya que si fuese así, no tendríamos la oportunidad de estar aquí con vida.

- Supongo que sí, es algo que realmente nos tendría en desventaja. Y tengo algo que añadir, recientemente se ha visto una mayor concentración de mortíferos al norte de la base. -Incluyó.
Inmediatamente Tomas reviso la lista de salida de personas por suministros alimentarios y se dio cuenta que Sven y Emma estaban en esa dirección. A su rostro le cambio el semblante completamente, se notaba pálido y despavorido.

-¿Sucede algo señor? -Pregunta Robert extrañado.
Antes de que toda esta catástrofe sucediera, Tomas Seal era diferente de algunos administradores de nómina, para él, su personal de trabajo no significaba un simple numero asalariado, el creía que los funcionarios de trabajo eran la esencia motora de la empresa en la que desempeñaban su labor.

-Definitivamente. -Responde Tomas preocupado– Sven y Emma van en dirección al norte, temo que se encuentren con algún mortífero, si es que ya no tuvieron una aproximación, rezo porque no.

La base disponía de radios con antena de frecuencia FM que para su benéfico tenían más potencia al llegar al transmisor, ya que la señal es un poco más directa, a diferencia de la AM, señal que irradia en todas la direcciones, aunque varias cosas también influyen en contra o a favor, como el terreno topográfico, el clima, y la más importante, que Sven y Emma habían salido del resguardo hace un poco más de veinte horas. Tiempo a distancia que complicaba la situación y perjudicaba cada minuto más a la pareja, iban armados pero no preparados para una cantidad elevada de mortíferos.

-Creo tener dos opciones,- Propuso Robert- podemos aproximarnos lo más cerca al norte que podamos y enviar un comunicado radial que nos pueda ayudar a hacerles llegar el mensaje auditivo que queremos, pero por supuesto no sabremos cuanto tiempo nos llevara, ni si la opción sea efectiva, nos pueden perjudicar un par de cosas, como lo son los cerros y los altibajos topográficos que hay en el norte.

-¿Y la segunda opción? -Dijo Tomas preocupado por las pocas soluciones a favor.

-La segunda y pienso yo, la más viable es comunicarse con los hermanos Ford, al noreste de la base, son los más cercanos al norte y puede ser más sencillo, ya que el terreno hacia allá nos favorece, hay un río y esto ayuda a que la señal radial alcance mayor distancia.

-Bien, ¿entonces que estamos esperando?- Preguntó Tomas, mientras se levantaba de su asiento. –Enviemos un mensajero allí, el tiempo corre y cada minuto nos perjudica. Los hermanos Ford se encargaran de entrar en contacto radial con ellos.

-Yo iré- dijo Robert, mientras limpiaba con un paño sus lentes transitions.

-¿Tú? ¿Crees que sea necesario?

-Claro, cualquier información nueva, nos servirá de apoyo.

-Perfecto, pero lleva un acompañante -añadió Tomas– me estremece el hecho de que alguien salga solo de acá.

-¡Yo lo acompaño! -Exclamo un joven delgado de camiseta roja.

-¿Quién eres tú? -Pregunto Tomas.

-Me llamo Cristian, iba pasando y escuche que había una misión, quiero ayudar en algo.

-¿Estás seguro chico? Puede ser peligroso. -Advirtió Tomas.

-Totalmente, quiero servir en esta causa.

-Bueno, ¡manos a la obra!
Tomas Seal le entregó a Robert un revolver colt cobra 38 de cañón corto y un mapa del lugar donde era su destino, y le indicó amplia y concretamente las direcciones que tenía que tomar para llegar al lugar aproximado donde iban a dar el mensaje, era todo, después de enviarlo, el siguiente paso era devolverse.
En el noreste de la base, la concentración de mortíferos era escasa, pero sin embargo no podían correr el riesgo de acercarse más de lo indicado o demorar más tiempo del que ya estaba calculado, cualquier error podía significar el fin para ambos.

MortiferosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora