𝗨𝖭

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HongJoong estaba pasando por el peor momento de su vida, uno de sus mejores amigos había fallecido y el gran vacío que había dejado en su corazón, vida, recuerdos y departamento hacía que sólo deseara dormir todo el día. Nunca había pensado que podría perder a alguien cercano a él y mucho menos a alguien tan joven, pero así lo había decidido la vida y él no podía hacer nada contra eso. Sus lágrimas caían nuevamente, mientras cubría su rostro y se aferraba a las mantas con una de sus manos.

Él se sentía culpable, sentía que todo lo podría haber evitado si tan solo lo hubiese llamado una vez más antes de su viaje. El que los padres de su antiguo amigo fueran a buscar todas sus cosas no había sido de ayuda en lo absoluto. Ahora todo se sentía mucho más vacío, triste y solitario.

Desde el fallecimiento habían pasado alrededor de dos meses, y por alguna razón no podía recuperarse y simplemente no deseaba hacerlo. Sus demás amigos habían ido a verlo, pero él nunca abrió la puerta, lo habían llamado pero nunca había contestado sus llamadas. Se sentía completamente destruido, se sentía abrumado y cansado.

No deseaba ver a nadie, no quería estar con nadie, no deseaba que nadie se acercara. Solo quería estar solo y hundirse en su propio dolor. Se sentía triste al no saber que hacer con su vida a partir de ese momento. Extrañaba a su amigo y sobre todo las risas que habían compartido por tantos años, anhelaba verlo entrar a su habitación y lanzarse sobre su cama para decirle que cocinara o cosas así. Simplemente extrañaba su presencia.

MinGi caminaba con un poco de dificultad por las escaleras ya que le habían dicho que el ascensor no funcionaba. Su condición no le permitía hacer muchas cosas, pero eso nunca había sido un gran problema.

— ¿Necesitas ayuda? —Habló una voz amable detrás de él, haciendo que se volteara y asintiera— Deja que te ayudo a llegar a tu piso.

MinGi asintió una vez más y su brazo fue tomado por el chico. Sonrió ante eso.

— ¿Eres nuevo aquí?.

— Lo soy, y creo que ya tengo problemas —Rió, haciendo que el chico también riera— ¿Cómo te llamas?.

— Soy YunHo, un gusto —MinGi a pesar de no poder verlo supo que el chico había sonreído, por lo que le devolvió el gesto.

— Soy MinGi, el gusto es mío, lamento no verte —Bromeó, haciendo que YunHo soltara una pequeña risa— Es bueno que rías de eso, a los demás les molesta.

— ¿A ti te molesta? —MinGi negó— Entonces no creo que debería molestarle a nadie.

Ambos se quedaron parados en el tercer piso, simplemente hablando, haciendo que en cuanto YunHo notara que no estaba realmente siendo de ayuda riera avergonzado. MinGi rió

— Lo siento, ¿a qué piso iba?

— ¿En cuál estamos?

— El... tercero —Leyó le cartel a un lado de la puerta del ascensor

— Eso es genial, ¿me ayuda a encontrar el departamento 27?

— Claro —MinGi sonrió al oír la voz alegre del chico.

HongJoong se había dado un baño, mientras pensaba que iba a hacer. Necesitaba comida, necesitaba limpiar y debía mantener todo como antes estaba. Él detestaría ver el lugar y a HongJoong como ahora lo estaba, por lo que iba a comenzar a ordenar y limpiar todo nuevamente. Eran alrededor de las nueve de la mañana y eso significaba que había logrado dormir sólo tres horas, pero se sentía bien. Ordenó su habitación, la habitación que ahora se encontraba vacía, la sala y cocina, sonrió al ver todo limpio y en orden. Se sintió bien eso y era la primera vez en semanas que sentía esa felicidad y orgullo por si mismo. 

𝗕𝗥𝗢𝖪𝖤𝖭 ; MINJOONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora