Cayó la tarde en Stohess y mientras tanto, algunos transeúntes de la alta sociedad se vieron perturbados cuando en una de las calles comerciales del distrito, se llevaba a cabo una discusión entre tres individuos la cual no había durado mucho, a pesar de haber sido lo suficientemente llamativa para dedicarles unos segundos de su atención.
En aquella disputa estaba el capitán Levi quien se había encontrado a su subordinada Petra Ral por casualidad, mientras ella argumentaba contra un fanático que al parecer estaba predicando palabras de pánico con la intención de atraer a más creyentes a su doctrina. No obstante, cuando el creyente reconoció al pelinegro como uno de los miembros más influyentes de la Legión de Reconocimiento y a su vez lo ridiculizó frente a las personas que por unos momentos habían caído en sus palabras, se alejó a regañadientes luego de dedicar una mirada llena de molestia hacia la pelirroja. Una vez que las personas se alejaron del lugar y ambos quedaron solos, Petra miró a su superior.
—Gracias, capitán. Pensé que ese hombre nunca se callaría. —Habló la joven con una sonrisa en su rostro luego de que las cosas finalmente se calmaran.
—Esas personas nunca van a entender lo que hablan hasta que vean a un titán por sí mismos. —Respondió Levi luego de perder de vista al sujeto. —Por cierto, ¿Qué haces en Stohess? Creí que estarías en casa después de que te fuiste.
Petra no supo cómo reaccionar de primeras ante el comentario del capitán, pues al inicio le dio la impresión de que la hubiera visto irse pero le resultó algo un tanto imposible de creer. Sin embargo, una mirada más seria apareció en sus ojos amielados.
—Sobre eso... lamento irme sin avisarle, capitán. Fue inapropiado. —Respondió a la vez que cerraba ligeramente su puño.
—No deberías, hiciste lo correcto. —Levi respondió bajo un tono apacible luego de meter las manos a sus bolsillos. —No puedo culparte si te sentiste incómoda en esa ocasión por lo que dije.
—¡No! ¡En abso-!
Al inicio no se percató de que intentó negar algo evidente. Pero al darse cuenta, Petra cortó sus palabras de golpe. Especialmente porque al hacerlo, sus ojos se toparon con una mirada en Levi que nunca antes había visto. Su semblante era el mismo, pero su mirada en ella era tan profunda que incluso un escalofrío recorrió su cuerpo. Por un segundo le dio la sensación de que, más allá de percibir sus palabras a modo de disculpa, sintió que se había convertido en un libro abierto para él.
<<Así que... ¿Esto era a lo que se refería el comandante Erwin sobre leer a las personas?>> Al llegar a esa conclusión, tragó saliva y volvió a erguirse para después bajar su cabeza un tanto avergonzada. Lo peor que podía hacer era mentirle cuando ambos sabían la verdad.
—Sí... tiene razón. De todas formas, no tenía porqué sentirme de ese modo si lo que preguntó no fue con mala intención. Debí darme cuenta que sólo quería saber lo que pensaba.
—Tal vez, pero no te atormentes más pensando en eso. Sólo olvídalo.
Las palabras directas de Levi no cambiaron, pero Petra pudo entender gracias a eso cómo es él y que tenía una peculiar manera de ser amable con las personas. Sintió en ese momento, que lo conocía un poco más. Y a modo de gratitud, asintió con la cabeza.
—Ah! —Reaccionó la pelirroja luego de recordar que no respondió la pregunta de su superior. —Lo olvidaba, vine aquí porque mi padre me encargó visitar la tienda de un amigo suyo a quien le encargó unas cosas para sus cultivos.
—Ya veo, así que tu padre es agricultor. —Respondió el pelinegro con algo de curiosidad, ya que a pesar de conocer bien a sus subordinados, casi no sabía muchos detalles sobre sus familias o su vida personal. Tampoco es que fuera alguien que le importaran esos detalles en las misiones o pretendiera ser alguien invasivo, pero comenzó a entender que tampoco tenía nada de malo saber un poco más. —Me resulta extraño que vengas a Stohess buscando cosas para esas tareas cuando aquí hay otro tipo de cosas más sofisticadas.
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La luz de dos alas
FanfictionTras haber sido nombrado capitán del Escuadrón de Operaciones Especiales, Levi Ackerman tuvo que seleccionar a los miembros que conformarían su escuadrón, asegurándose de elegir a los mejores y más capacitados para seguirle el paso. Dentro de sus nu...