Bajo la tormenta - Parte I

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El cambio de estación gracias a la nieve de un día completo, hizo que la humanidad tomara sus respectivas medidas para adaptarse. A pesar de ser un terreno vasto, generalmente compartían el mismo clima por lo que no era difícil encontrar ropa abrigadora, comida alta en calorías y bebidas calientes. Sin embargo, tampoco es que los climas fríos fueran un aspecto negativo para la gente ya que los niños disfrutaban de guerras con bolas de nieve, hacer figuras con la misma o sobre ella, e incluso motivaba a las familias a pasar más tiempo juntas al encender chimeneas o fogones para mantenerse calientes.

Para el escuadrón Levi, los siguientes dos días de su misión fueron tan pasivos como al inicio. Ante la situación, no pudieron pasar por alto la cantidad significativamente reducida de titanes en comparación con otras zonas exploradas antes de llegar a Karanese. Eso terminó por casi considerar el lado Este de la Muralla Rose como la más segura después del Norte, tomando en cuenta su utilidad como nueva ruta para aventurarse hacia la Muralla María de acuerdo con los planes del comandante Erwin.

Debido a las órdenes del capitán Levi, era imprescindible que ningún soldado se enfrentara hacia uno de los pocos titanes visibles a lo lejos y, en caso de toparse con uno, era esencial alejarse lo más pronto hasta perderlos de vista. Aunque fueran un grupo de élite capacitados para cumplir con esas tareas sin mayores problemas, debían limitar los movimientos con el equipo de maniobras debido a los limitados suministros que contaban. Haciendo cuentas, tenían cuchillas y gas necesario para desplazarse lo necesario para sobrevivir diferentes batallas en las que sólo estuvieran sus vidas en juego. "Ustedes saben mejor que nadie lo prudentes que debemos ser contra esas bestias. No vayan a pelear a menos que su vida dependa de eso." fueron parte de las palabras e indicaciones que el superior dijo a sus subordinados. Ante lo pacíficas que fueron las expediciones en esos días, Levi llegó a la conclusión de que la siguiente sería la última exploración antes de volver a Trost. Los víveres que el padre de Petra había donado para su sustento estaban por terminarse y no pretendía gastar más de la cuenta si realmente no habían notado cambios respecto a la cantidad de esos gigantes, por lo tanto, no valía la pena continuar cuando la situación estaba más que clara.

Aunque esos días aparentaran ser poco productivos, sobre todo a opinión de Auruo, Levi no compartió la idea al siempre buscar la manera de invertir provechosamente su tiempo. Si bien en el transcurso de su estancia, organizó un entrenamiento riguroso junto a su equipo para utilizar el terreno nevoso, también se ocupó en pedirle a Petra más consejos culinarios que pudieran ser sencillos y factibles para practicar en los ratos libres que tuvieran, preferentemente antes de la cena. Sin embargo, Levi todavía se mostraba renuente a que probaran los resultados de sus prácticas sencillas. No quería que los demás supieran lo que hacía y tampoco quería que Petra diera su veredicto, al menos no hasta que él mismo quedara satisfecho con lo que preparaba.

En la madrugada de la última expedición, los copos de nieve eran más abundantes a diferencia de los otros días, lo cual dificultaría la misión. Se aseguraron de llevar las provisiones necesarias al predisponer que eso pasaría, además de tener en cuenta que se aventurarían hacia un área de mayor altura que el resto: la zona montañosa de Fels. El escuadrón recorría a caballo el punto faltante cuando vislumbraron a lo lejos una gran montaña cubierta de nieve. En sus faldas, los grandes pinos estaban pintados de blanco, siendo un punto referente de que habían llegado a los inicios del lugar. La temperatura era mucho más baja y antes de entrar al bosque, notaron que se acercaba una tormenta de nieve así que se apresuraron en resguardarse entre los árboles.

—Capitán Levi, ¿Cree que sea buena idea continuar con esta tormenta? —Gunther tuvo que alzar un poco más la voz ya que el sonido del viento aumentaba paulatinamente y era casi imposible que lo escuchara el resto del equipo.

La luz de dos alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora