La luz de dos alas

El valor del aprecio - Parte II

El capitán Levi se encontraba en su despacho leyendo los informes recién escritos, para así enviarlos al comandante Erwin Smith. Tras dejar los documentos sobre su escritorio, escuchó el sonido de la puerta que llamaron dos veces.

—Pasa. —Ordenó sin más luego de ver a Erd entrando con unos cuántos papeles más. —¿Qué sucede, Erd?

—Capitán, los documentos que solicitó ya están listos —Notificó con firmeza.

—Bien. Envíaselos a Hange cuanto antes, no quiero tenerla aquí fastidiando mi trabajo. —Ordenó con seriedad mientras daba un sorbo a su té.

—...Capitán Levi. —La voz repentina de Nifa se hizo presente en la habitación puesto que la puerta del despacho quedó abierta, permitiéndole asomarse y tocar un par de veces. —Con permiso, tengo un mensaje de parte de la líder Hange para usted.

—Hmph, justo a tiempo. Bien, Nifa. Gracias. —Recibió el papel enrollado de su colega y en cuanto lo tomó se dio cuenta de que la subordinada hizo un gesto de dolor tras extender el brazo. —Oe, ¿Cómo va tu entrenamiento?

—Oh... —La soldado abrió sus párpados ante la sorpresa de su pregunta, resintiendo aún el malestar en su cuerpo pero sonriendo con amabilidad. —He progresado gracias a los consejos y asesorías de Petra-san.

—Entiendo. —Respondió muy pensativo y luego dejó el pergamino sobre su escritorio. —En ese caso, aprovecha el tiempo que queda para que Petra te enseñe todo lo que necesitas.

—¡S-Sí, capitán! —Nifa respondió con firmeza, haciendo un saludo militar. —¡Con permiso!

—Parece que Petra es muy exigente como entrenadora de combate. —Comentó Erd con cierto nerviosismo, una vez que Nifa salió del despacho luego de cerrar la puerta. —¿Cree que se habrá excedido un poco con ella?

—En absoluto. —La respuesta de Levi fue tan segura e inmediata que tomó por sorpresa a Erd. —Aunque Petra no tenga rango de capitana o superior, si Hange la eligió para eso es porque considera sus habilidades como adecuadas para ayudarle a Nifa. Ningún entrenamiento es cómodo o flexible, de lo contrario no tendríamos esa disciplina como soldados.

—Tiene razón... —Erd se sobó la nuca, avergonzado por su comentario. Pues también recordó que el entrenamiento con el capitán tampoco fue cómodo y flexible, aunque fue muy provechoso para que mejoraran sus habilidades como soldados de élite y miembros de su escuadrón.

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Petra se encontraba en el despacho de Hange ya que acompañó a Nifa después de su entrenamiento matutino. Mientras la subordinada de Hange entregaba su encargo con el capitán Levi, la pelirroja permaneció sentada en el sofá a la vez que observaba a Moblit trabajar en silencio durante la ausencia de su líder. Lucía bastante concentrado por lo que no quiso desviar su atención si buscaba algún tema para conversar.

—Escuché que su entrenamiento va muy bien. —Comentó repentinamente el joven castaño, sorprendiendo a Petra.

—Sí, Nifa es muy perseverante, eso ha ayudado mucho en su progreso. —Dijo con una sonrisa.

—Me alegra que hayas podido ayudarla. La líder de escuadrón estaba preocupada de que no accedieras por los compromisos que pudieras tener con el capitán Levi, además en ese entonces regresaron de una misión muy peligrosa. 

—En realidad fue buen momento. Como recién terminábamos con el encargo, no teníamos pendientes que lo impidieran.

—Entiendo. —Respondió Moblit con un semblante gentil. —Qué alivio que no resultó inconveniente para ustedes.