La luz de dos alas

Entrenamiento - Parte I

Desde que estaba pensando en cuáles eran los mejores candidatos a elegir, Levi se mantuvo muy imparcial y evitó predisponerse a cualquier situación. No quería pensar de más y menos si eso podría desviarlo del objetivo, era totalmente innecesario. Fue por eso que decidió hacer una evaluación a sus reclutas y así ver por sí mismo las debilidades que poseían para trabajar en ellas antes de pasar al verdadero trabajo, las misiones pesadas.

Ya habían pasado dos días de ello y el capitán tenía contemplada toda la situación que tenía por delante. Su veredicto fue muy conciso: los expedientes no mentían, tenían experiencia y sabían lo que hacían. Sin embargo, aunque oficialmente le tocaba dirigir un equipo con tareas específicas y desde que le fue dada la orden, el único propósito que tenía en mente era ser eficaz. Y eso incluía a sus subordinados.

Por eso mismo no debía perder el tiempo, tenía el tiempo contado antes de la siguiente expedición. Ese mismo día estaba partiendo con todo el escuadrón hacia un punto apartado de la muralla Rose y ya que era un lugar lejos de la civilización, era necesario ir a caballo.

En el enorme horizonte se podían apreciar los pequeños rayos de Sol que iluminaban las nubes oscuras, estaba amaneciendo. A juzgar por el clima, era fresco y aceptable para ser las cinco de la madrugada, aunque el viento chocaba con más fuerza sobre sus rostros al cabalgar a gran velocidad. El capitán Levi iba hacia el frente teniendo la dirección a su cargo, pues era el único que conocía cómo llegar a su destino.

[Flashback]

—Para que hayas venido tan pronto quiere decir que algo sucedió con tus subordinados. —Afirmó el comandante Erwin, quien estaba sentado en su despacho, mirando a Levi apoyado en la puerta.

—No exactamente. He venido a consultarte dos cosas. —Estipuló el pelinegro, tan directo como siempre mientras conservaba un semblante neutral.

—Bien, ¿Qué sucede?

—Lo primero, quiero saber si el antiguo Cuartel está desocupado. Tengo entendido que Hange todavía está haciendo sus experimentos en ese lugar. Si está libre, me gustaría disponer de él por lo menos un tiempo.

—¿El antiguo cuartel? —Erwin no pudo evitar alzar sus pobladas cejas, pues no esperaba que Levi pidiera un lugar que estaba más que abandonado y la única persona que recordaba su existencia era Hange Zoe, para realizar sus peculiares pruebas con titanes. —Según el último informe de Hange, quiere hacerle un par de remodelaciones a los alrededores del lugar así que dudo mucho que pase por ahí pronto. Al menos hasta que tenga un plan más fijo. ¿Por qué quieres ocuparlo?

—Necesito mi propio espacio para trabajar con mi escuadrón. Un lugar así de solitario vendría bastante bien, pero si aún no termina de usarlo supongo que buscaré otra opción.

—En todo caso, si quieres ocuparlo puedo hablar con Hange. Después de todo si llega a necesitar ese lugar, estaría en puntos diferentes a los suyos. No representaría ningún inconveniente para ambos.

—Hoh... Bien, entonces voy a ocuparlo. -Levi relajó las cejas de momento y se cruzó de brazos mientras se fue acercando a uno de los sillones para sentarse.

—¿Y lo segundo? -Por el contrario, Erwin frunció un poco el ceño. Se percató que si Levi tomaba asiento, sería un asunto más largo.

—¿Hasta cuándo será la siguiente misión de reconocimiento? —Una vez que se desplomó en el sillón, extendió su brazo sobre el mismo sin quitar la mirada del mandamás. —Ahora que hemos perdido la Muralla María, dudo mucho que los altos mandos piensen que no hacer nada sea lo mejor para la humanidad.