Bloodline | ksj. #BabySaga

CAPITULO ONCE

Jin detuvo el coche frente a la dirección que marcaba el GPS como el destino y entonces, Blu miro a través del cristal, hacía la estructura de aquella casa americana perfecta. Paredes blancas, tejas grises, grandes ventanales y un extenso jardín frontal con pasto perfectamente verde. El rociador de agua estaba encendido, así que incluso las pequeñas gotas que caían hacían que la luz reflejara de forma brillante.

--Woah...-- susurro sinceramente sorprendida y miro hacía la pantalla del deportivo para corroborar que se trataba de la dirección que su padre le había enviado. La pequeña banderita en el mapa lo confirmaba. Esa era la casa de su padre.

--¿Qué sucede?-- pregunto Jin a su lado. Blu lo miro.

--Nada.-- parpadeo aturdida y llevo sus manos hacía su estomago. Últimamente hacía eso con frecuencia, como si le tranquilizara sentir al bebe.--Solo...

--¿Nunca habías venido?

Casi avergonzada, Blu negó con la cabeza. Aunque su padre la había invitado infinidad de veces desde el momento en el que ella se mudo de Los Ángeles a San Francisco al hallar trabajo tras concluir la universidad, ella siempre se había negado. La mera idea de visitar el nuevo hogar de su padre con su nueva familia le parecía incomodo.

Tomo aire.

Aquella mañana cuando se preparaba junto a Jin para esa visita, estaba segura y confiada de que y para que estaba en ese lugar, pero la verdad era que conforme el coche se trasladaba hacía aquella zona acomodada de San Francisco, esa fuerza y seguridad iba disminuyendo.

No había visto a su padre en años y ahora estaba ahí para presentarle a Jin y decirle del embarazo.

--Blu...--le llamó Jin y ella lo miró.-- Esta bien ¿Hum? Todo estará bien, es tu padre, estoy seguro de que se alegrara de la noticia, así que deja de darle vueltas al asunto.

Cuando el coreano le sonrió algo dentro de la chica se calmó, como si la tormenta que la inquietaba se hubiera apaciguado. Tomo aire de nuevo, llenó sus pulmones y entonces asintió con la cabeza.

Jin acarició con ternura su hombro desnudo por el vestido de tirantes de espagueti blanco y con botones al frente y entonces, bajo del coche para rodearlo y ayudarle a la chica a bajar de este. Mientras Blu alisaba nerviosa la tela del vestido y miraba inquieta sus sandalias de tiras, Jin saco del asiento trasero el paquete de galletas recién horneadas que habían comprado de camino a casa del padre de Blu.

Entonces, tomando la mano de la americana, recorrieron el camino de asfalto que atravesaba el jardín frontal, hasta la puerta. Al detenerse ante esta, la castaña tuvo que contener el aliento cuando Jin toco el timbre y las campanadas hicieron saltar su corazón.

--Calma, Blu.-- le susurro Jin he inclinándose a ella dio un pequeño beso en el costado de su cabeza.-- Creo que puedo escuchar tu corazón latir desde aquí, el bebe estará inquieto.

Con un nudo en la garganta, la chica cubrió su barriga.

En ese momento, la puerta fue abierta de una forma casi violenta, haciendo sobresaltar a la pareja. Del otro lado de la misma apareció una pequeña niña descalza con un peto de mezclilla, que mordía como un conejo una trozo de apio. Sus grandes ojos azules los miraron y entonces resoplo sobre su labio para apartar un mechón de su brillante cabello rojizo que se escapo del elástico que sujetaba el resto del cabello en un moño alto.

--¿Quienes son?-- pregunto con la verdura en la boca.

Blu frunció los labios.

--¿Amber?-- la voz de una mujer vino desde el interior y entonces, por detrás de la puerta apareció la mujer del padre de Blu, la chica la reconoció la instante; el cabello rubio, los ojos azules y el rostro redondo con ahora algunas arrugas. Jill la miro y entonces, sus arrugas se marcaron más cuando una enorme y sincera sonrisa cubrió su rostro junto a la sorpresa.--¡Leila! Oh por Dios...