Nuestra Historia

III

#HalBru                        #BruHal                #BatLantern

Los días pasaron y ambos millonarios hicieron uso de todo su arsenal. Desde influencias, conocidos, favores pendientes de pago, de todo con tal de encontrar y sobre todo, de poder lograr ver al omega que rondaba sus sueños nada castos. Como último recurso, ambos recurrieron a quien creían podría apoyarles, rogando su ayuda.

Oliver visitó al forense en Central City, invitándolo a comer para el final, ser directo y pedir aquello que tanto quería.

—Bien Barry, seré totalmente honesto. Sé que puedo serlo contigo, porque verás...

—Quieres que te dé el número de Hal. ¿No es así? –Le cortó de tajo, sonriendo por que no era el primer alfa que le pedía ese favor.

El semblante de Ollie era un poema, no esperaba que el beta frente a él, le descubriera tan fácil. Asintió y por un instante, sintió que se volvía un cachorro que recién se interesaba en los omegas. Pero su desconcierto al escuchar la risa cantarina le hizo mirarle.

—Oliver, no eres el primero y estoy muy seguro que tampoco serás el último en pedirme esto. Hal, es mi mejor amigo desde que estábamos en la preparatoria y ya desde ese tiempo, él atraía a demasiados. –Su vista pareció perderse en las memorias de su juventud–. Me tocó ser el receptor del odio de muchos por creer que entre él y yo existía algo más que amistad. También fui acosado para hacerla de cupido, pero la verdad es que, Jordan, hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere.

—Eso quiere decir ¿Qué...? –Vio al forense suspirar.

—Quiere decir que Hal, te buscará si está interesado en ti, sino simplemente no hay forma de que lo encuentres. –Aclaró de inmediato su punto–. Mira, no te puedo dar su número simplemente porque no tiene uno. Él siempre estaba en misiones, lejos del país y lo último que necesitaba era que le llegara un texto cuando su vida y la de su escuadrón, pendían de un hilo.

El millonario solo pudo hacer una O perfecta con su boca, entiendo ahora porque, los que habían podido estar con el castaño, jamás tenían forma de contactarlo. El simplemente desaparecía, literalmente, del alcance de todos.

—Exacto. Y si crees que por estar de baja, él cambiara esa situación, lamento decirte que no. –Suspiró y se sentó derecho–. Mira, yo sé que estas interesado en mi amigo y muy probablemente termines acostándote con él. Es algo a lo que estoy acostumbrado. Es un omega excepcional; pero sí crees o pretendes, que él, sea tu omega... bueno, me veo en la obligación de decirte que hay un 99% de que eso no suceda. –Dijo serio–. Y no porque yo lo diga o no te crea bueno para él, simplemente porque Hal... es Hal. Sus metas en la vida distan mucho, de las un omega convencional.

Y con eso murió el tema, Barry, conocía a su amigo desde hace 17 años y sabía bien que en sus planes no estaba el sentar cabeza. Quizás ahora que era un veterano del ejército y que podría al fin darse un respiro, con suerte encontraría a alguien que le hiciera desear una familia. En verdad lo esperaba.