Nuestra Historia

VI

Título: Nuestra historia

Universo: AU. Omegaverse. Mpreg

Advertencias: +18, sexo explícito, lenguaje altisonante.

Género: Romance

#HalBru #BruHal #BatLantern #NuestraHistoria

Capítulo VI.

Éxito. Así es como Hal Jordan, consideraba había sido pasar su celo completamente solo. Fuera de que se la paso pensando en el alfa de Gotham, que lo llamó incontable veces mientras su mano era bañada de su semen y se imaginó las mil y un formas en la que ese hombre podría cogerlo, había sido un buen celo. Intenso por la falta de supresores en su cuerpo y sin tener al final esa sensación de satisfacción que durante tanto tiempo había tenido, pues no era lo mismo ser cogido por un fuerte hombre que empalarse hasta el cansancio, y más allá, un juguete de goma grande, venudo y había hecho vibrar hasta agotarse la batería. Aun así, para él había sido exitoso.

Observó su nido, recobrando poco a poco la lucidez y el control total de su cuerpo. Vio el desastre que había hecho, botellas de electrolitos vacías, envolturas de barras energéticas, sus juguetes regados sin cuidado alguno por el piso y su sabana embadurnada de su semilla. Se dejó caer nuevamente sobre la cama y sintió el cansancio de esos días; tomó el control de su pantalla para encenderla y ver el noticiario. Se asombró de ver que era jueves, no lunes, no martes... jueves... jueves previo a su cita con Wayne. ¿Cuánto duro su celo?

Usualmente duraba solo dos o tres días. Ahora, parecía que el supresor estaba dejando rápidamente su sistema pues había durado una semana completa en ese estado de frenesí. Suspiró por haber perdido una semana de su vida y por ese pequeño desazón de no sentirse plenamente lleno. Agitó su cabeza para deshacerse de esos pensamientos, su calor había pasado, ahora podría coger con cualquiera y desaparecer esa sensación, sin el problema de entrar en celo y muy posiblemente ser mordido sin su autorización. Ya vería que hacer.

Aunque muy en su interior, esa vocecita que sabía pertenecía a su parte omega, se burlaba de él haciéndole saber que quizás, no lograría su cometido pues el recuerdo del príncipe de la ciudad maldita, le golpeo nuevamente. Gruñó por eso y optó por ignorar esa parte de él mismo. Se duchó, limpió su cuarto y para la tarde, volvió al mundo. Llamó a Carol para disculparse por retirarse ese día, afortunadamente, ella comprendió la situación, quedaron en verse la siguiente semana para ultimar los detalles de su contrato.

Para la noche, su estómago pedía sagrado alimento por lo que tomó su chaqueta y se dirigió a la pizzería, tenía tanta hambre que estaba seguro comería una pizza completa. Compró un par de cervezas y regresó a su departamento. El viernes fue un día tranquilo pero para el sábado, las cosas habían cambiado.

Parecía un adolescente que saldría por primera vez con un alfa. Se encontraba nervioso, ansioso y expectante. No entendía porque, pero el simple recuerdo del millonario parado en su puerta, con su cartera en mano, era suficiente para ponerlo nervioso. Recordó su cartera y procedió a revisar que todo estuviera ahí. Con gran placer, descubrió que todo seguía tal cual. Sacó la cadena con el dije y lo apretó entre sus manos, llevándolo a sus labios y recitando esas palabras que tanto significado tenían para él.

Su primer escuadrón había perecido en su mayoría. Los LanternsCorp era como los habían bautizado y con dolor recordó como murieron muchos de los que conformaban esa manada. La emboscada que sufrieron era un recuerdo que aún le perseguía en las noches y el más doloroso de todos, era el del momento en que su líder, ese alfa serio, alto y estoico, había muerto en sus brazos.