#HalBru #BruHal #BatLantern #NuestraHistoria
Tres meses desde que ambos hombres habían sucumbido a todo lo que creían tener en control. El celo afortunadamente no fue largo, el usual en ambos y gracias a esa primera anudación, Bruce, logró un poco de consciencia mientras el omega a su lado dormitaba con sonrisa en rostro. Revisó con su vista la habitación, notando los detalles y apreciando lo limpia, ordenada y bien iluminada que era. Giró un poco su rostro y junto a él, en el buró, había un teléfono fijo.
Sabía que en cuanto Jordan despertará, el calor del celo le impediría pensar en algo más que en el omega y eso extrañamente en vez asustarlo, le hizo sonreír. Maniobró y logró coger el teléfono, marcando a la única persona que podría ayudarle sin cuestionarle. Al menos no de momento.
—Alfred, estoy en casa de Hal –su mayordomo tenia pleno conocimiento de quien era Hal Jordan y sinceramente esa declaración no le sorprendió–; nuestro celo se sincronizó y comprenderás que no saldré de este lugar por algunos días. Por favor hazte cargo de todo. Y asegúrate de enviar un equipo de betas para dejar alimento y bebidas en su casa, mi omega necesitara de todos mis cuidados. –Y esa frase si descolocó al siempre inexpresivo inglés, generando una sonrisa sutil en sus labios al comprender que su joven amo, al fin había encontrado a la persona que sería su pareja. Feliz por eso, procedió a acatar las indicaciones recibidas, empezando a preparar también la habitación conyugal de la gran casona y sobre todo, la alcoba de anidación.
Se despertó con la voz del alfa que estaba junto a él, reconoció el aroma en el aire y sus propias sensaciones, percatándose del nudo que le mantenía unido al millonario. Recordó lo que habían hecho y algo en su interior se sintió bien; como si esto fuera correcto y no un error tener sexo con un alfa sin protección.
Giró su rostro y le sonrió al pelinegro, todo pensamiento coherente murió al verse reflejado en los azules tan claros de él. Sin realmente pensar en consecuencias ni en ninguna otra cosa que no fuera el placer y felicidad que sentía en ese momento, es que unió sus labios con los ajenos.
El beso fue lento, como una caricia suave, con sus lenguas danzando y el nudo terminando de desaparecer. En un movimiento rápido, el castaño se encontraba sobre el mayor, montándolo y entregándose al placer de sentir la gran polla dentro de su ser. Sus aromas se mezclaban, hierbabuena y durazno. Una nueva ronda de sexo se hizo presente, una donde la pena, el recato y el pudor habían quedado perdidos. Los siguientes días fueron así, intensos, fogosos, ardientes; con apenas un poco de lucidez para alimentarse e hidratarse.
El recuerdo de esos días perseguía a ambos, la marca quedó grabada en la dorada piel del piloto y un sentimiento de pertenencia mutua se hacía presente apenas y si dedicaba algún pensamiento al millonario. Y es que, biológicamente hablando, eran una pareja con todas sus letras pues el cuerpo de ambos había reconocido al otro como su contra parte, pero ellos y específicamente el omega rebelde; se negaba a aceptarlo.
No tanto por no querer estar vinculado con el filántropo, más bien era ese viejo complejo de no querer caer en el estereotipo de omega que con tanto trabajo, había logrado evitar; pero fue la visita sorpresa del inglés lo que le llevo a ser consciente de lo que quería y cuanto realmente quería a su alfa.

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Nuestra Historia
FanfictionUniverso: AU. Omegaverse. Mpreg Advertencias: +18, sexo explícito, lenguaje altisonante. Género: Romance Sinopsis: Porque con los años, la memoria tiende a fallar. Perdemos esos momentos que tanto han significado en nuestra vida y que por la edad...