XI

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Capítulo XI.


Gracias al cielo, el tercer cachorro resulto ser lo que suponía debía ser Jason, y no fue. Tranquilo. Fue un bálsamo para los habitantes de Wayne Manor, tener un niño que no llorara tan alto ni tan seguido. Que no exigiera como si no hubiera mañana el alimento, ni que se aventurara más allá de su corral o su cuna. Al menos hasta que sus hermanos mayores llegaban para sacarlo y jugar con él.


Eran días de calma y paz en casa, tan hermosos y perfectos que ambos ex militares se permitieron bajar la guardia. Grave error.


Cuando se es militar, aunque sea uno retirado, siempre lo es. Y las secuelas de muchos de sus más heroicos actos le cobraron venganza al piloto. Un grupo de terroristas del medio oriente, el causante de que su primer escuadrón muriera, tenía rezagados. Gente que sabía quién era Hal Jordan y lo peor de todo; donde encontrarlo. Tras meses de seguir los pasos de la familia Wayne-Jordan, un viaje urgente de negocios de Bruce, tres niños que atender y un mayordomo enfermo, fueron la oportunidad perfecta para ajustar cuentas.


Una tarde de calma, tres cachorros durmiendo la siesta y un Hal cansado fueron víctimas de un grupo de betas renegados y resentidos con la vida, con el sistema de castas, con el gobierno estadounidense y con un coronel que desmantelo toda su organización; fueron secuestrados de su hogar.


La noticia se esparció como pólvora. El esposo omega del millonario más importante de Gotham, ex militar condecorado y padre de tres cachorros estaba desaparecido. Decir que Bruce Wayne, causaba terror, era un eufemismo. El alfa en su interior rugía y clamaba por su familia, por la sangre de los que habían osado a tocarlos. Los únicos que se atrevían a estar cerca eran sus amigos, que también estaban moviendo cielo, mar y tierra para encontrarlos, pero tras cuatro días de no tener noticias; las esperanzas de todos comenzaban a flaquear y temer lo peor.


La interrupción que se suscitó en la sala, fue la gota que derramó el vaso de la calma y paciencia de Bruce. No conocía a los recién llegados, pero pudo notar inmediatamente que eran alfas. Estaba por correrlos cuando un escudo bordado en la camisola del que parecía el líder del grupo llamó su atención.



—Sé que no nos conoce, señor Wayne; pero nosotros a usted sí y sobre todo, conocemos a nuestro líder y ahora, él nos necesita. –Dijo el hombre de cabello negro–. Mi nombre es Kyle Rayner, actual comandante de los Green Lanterns.



Ante esas palabras, el ojiazul supo que ahora en verdad tenía una oportunidad de encontrar a su familia.



—No sé quiénes son, no te reconozco pero si sé que Lanterns son importantes para mi esposo y son personas en las cuales, Hal, confiaría su vida. –Eso era verdad.



Cuando le preguntó a su omega sobre el dije y las palabras que guardaba en su cartera, su adorado coronel solo sonrió de forma triste. Una sonrisa que jamás le había visto y que le partió el corazón. Sus palabras le dejaron con más dudas, pero también le dio una verdad.

Nuestra HistoriaWhere stories live. Discover now