Día 8

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Salimos de la casa justo cuando se ponía el sol. Hacía bastante fresco, sólo estamos a principios de primavera y aún queda mucho para que lleguen esas tardes cálidas en las que no hace falta abrigarse para salir.

Pay venía con nosotros. Eso fue algo inesperado, no estaba en mis planes, como es evidente, pero después de la cena empezó a farfullar algo de unas luciérnagas y de la muchacha que trabaja en el bazar de textiles de la aldea. Lasli es su nombre.

"Les prometí que les ayudaría a atrapar unas luciérnagas", farfulló Link por encima de mi hombro.

Cuando era niña, a veces atrapaba luciérnagas y las metía dentro de un botecito de cristal. Es uno de los pocos recuerdos que guardo de mi madre. En el jardín privado de mi familia había luciérnagas, cerca de uno de los estanques. Era uno de los pocos sitios en los que se te permitía ir sin escolta, o eso pensaba yo, hasta que años después descubrí que no era así, el escolta te debía acompañar hasta el límite mismo del jardín. En el castillo no había privacidad, la privacidad era una ilusión, un mero espejismo. Así que supongo que este es uno de los recuerdos más importantes de mi vida, porque creí estar a solas con mi madre (aunque no fuera así), y juntas atrapábamos luciérnagas para que alumbrasen un poco mi alcoba y así no me diese miedo de la oscuridad. Si lo pienso, apenas recuerdo nada de ella, he olvidado cómo era su cara y creo que mi cabeza inventa un rostro al azar cuando pienso en el jardín y en las luciérnagas. Sí recuerdo que tenía el pelo largo, más que el mío, y sus manos eran suaves.

"¿Estás bien?"

Tardé un poco en poner los pies en la tierra y darme cuenta de que Link me miraba con ese ceño fruncido suyo.

"Sí, perdona, me he quedado pensando en mis cosas. Voy a ayudaros con lo de las luciérnagas."

"No hace falta, ya han atrapado muchas. Les he enseñado algunos trucos para capturarlas."

Detrás de Link estaban Pay y Lasli, con dos botes tan relucientes como si hubiese una lámpara de aceite prendida dentro.

"Oh, entonces siento mucho no haber ayudado en nada, la próxima vez estaré más atenta, lo prometo." Me sacudí un poco al levantarme (me había sentado al pie de un árbol) e hice el amago de acercarme a Pay, pero Link me cerró el paso.

"¿Es que tú no quieres luciérnagas?", el entrecejo de Link estaba tan fruncido que una vez más parecía una línea continua que se quiebra justo en el centro, donde se concentra toda su preocupación.

"No. Prefiero que sean libres. Nadie debería vivir encerrado dentro de un bote de cristal."

Link parpadeó un par de veces, pero no me dijo nada más.

Tardamos bastante en separarnos de Lasli. La abuela de Lasli, la mujer que nos vendió las zanahorias, nos invitó a un té caliente y nos estuvo hablando de los mejores lugares para cazar luciérnagas en la aldea. Uno de esos sitios está cerca del templo que Link quería enseñarme, pero me doy cuenta de que es un lugar bastante alejado, hay que desviarse por un sendero que asciende por encima de la aldea y no hay visibilidad suficiente.

Link parecía envuelto en sus pensamientos cuando deshicimos los tres el camino de regreso a la casa de Impa y a mis cuatro paredes. Una vez supe que ese templo era un lugar alejado, no quise decirle nada ni insistir en su plan original, así que me dejé llevar calle abajo, guiada por el entusiasmo de Pay, que parecía la única que tenía la mente en el presente y no en otras cosas.

Ya habíamos subido media escalinata de la casa y nos encaminábamos hacia el porche de madera, cuando Pay se dio cuenta de que Link se había quedado clavado con un pie en la primera escalera.

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