Sentí que alguien me estaba llamando. Sí, alguien me llamaba y no era en un sueño.
—Zelda, vamos, despierta.
Cuando abrí los ojos y lo vi tan cerca di un respingo hacia atrás y me quedé sentada en la cama.
—Shhh, vas a despertar a toda la casa.
—Link, ¿qué estás haciendo aquí?
Él iluminaba mi habitación con una lámpara de aceite con la llama al mínimo. Cuando conseguí despegar los ojos vi que llevaba las botas, la capa, la Espada...
—¿Te vienes conmigo?
No, no podía ser verdad. Todavía debía estar dormida. Me froté los ojos, pero cuando los abrí ahí seguía él, inmutable, esperando una respuesta. Se me ocurrían un millón de razones para no hacer lo que él me estaba pidiendo. Pero el modo en que me lo pedía...
—¿A dónde?
—Coge todas tus cosas y ven conmigo, ya lo averiguarás.
—¿Y los sheikah? ¿Por qué no esperamos a mañana?
—Tiene que ser ahora. ¿Te vienes conmigo?
Sabía que él no volvería a preguntarlo una vez más. Esa era mi última oportunidad.
—Sí. Voy contigo.
Mientras oía a Link resoplar de impaciencia a mi espalda, me vestí con la única ropa que tenía a mano, hice un pequeño equipaje con mis cosas, y agarré el diario. Es la única frivolidad que me permití empaquetar, todo lo demás eran algunas cosas que Pay me fue prestando, una muda limpia, una capa y poco más.
—Ahora no hagas ruido, ¿entiendes?
—Sí, tranquilo.
Antes de salir tras él me despedí de mis cuatro paredes y de mi pequeño universo de calma y seguridad. El corazón me latía con tanta fuerza que parecía que se me iba a salir de un momento a otro. La luz de la luna menguante sobre mi cama deshecha fue lo último que vi al cerrar la puerta.
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Fracturas
Fanfiction(Post-BoTW) Zelda ha sobrevivido a la catástrofe a pesar de sus propias y oscuras predicciones. En su nuevo diario, anota todo lo que va descubriendo sobre el nuevo Hyrule.