9. Demonio

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P.V Andrés

Empiezo a besar a Héctor con las manos fijas en sus caderas, joder besaba bien, nuestras lenguas conectaban perfectamente,
eso no podía negarlo.

- Andrés Andrés - Dice separándose con una mano en mi pecho y me mira a los ojos - Dijimos que solo fue cosa de una vez.

- Venga tío, si mírate - Miro descaradamente su paquete y a él no le hace falta porque sabe perfectamente a lo que me refiero.

- Joder... Vale, pero ninguna más - Dice y ahora es él que me coge de la nuca y me besa apasionadamente, se mueve sobre mí haciendo que nuestros miembros aumenten de tamaño.

Joder que rápido crecían estos
si era con él.

Nos bajamos los vaqueros y esta vez nos quitamos la camiseta el uno al otro.

Le beso placenteramente el cuello y cojo su miembro para empezar a acariciarlo rápidamente

Él al notarlo me muerde el hombro y hace lo mismo.

Jadeo disfrutando pero esta vez contra su boca, no me pensaba avergonzar de esto, tenía ganas, y si era la última vez lo iba a disfrutar.

Me besa y me muerde el labio inferior, le gustaba morder eh,
y a mí me ponía muchísimo porque demostraba deseo, malicia, adrenalina.

Todo esto por hacerlo caso al demonio en vez de al ángel.

Tal vez Héctor ahora era mi demonio.

- Soy el fuego - Le jadeo - ardo contigo, puto demonio - Le digo acariciandole rápido y sin poder evitar cerrar los ojos y abrir ligeramente la boca por sus caricias, agradecía que
Natos y Waor estuviesen puestos, porque sino nuestros jadeos se escucharían hasta en la habitación de al lado.

- Pues quemame - Me jadea él al oído y me lave la clavícula.

No tenía ni idea de como nos podíamos compenetrar tan bien.

Supongo que nos entendíamos, no solo a la hora de sentimientos en el amor, no solo en estilos de música.

También en el momento de sacar al fuego y al demonio.

Tan compenetrados que ambos nos fundimos viniendonos a la vez, y me escondo en su cuello acabando tan agotado como él.

P.V Héctor

Y no se iba a volver a repetir... no que va, para nada.

Aunque si por mi fuera lo repetiría mil veces incluso seguidas hasta acabar muertos.

Eso o más cosas, para que negarlo.

Ardo contigo, joder que si habíamos ardido, todavía podía sentir nuestro calor.

También podría ser porque seguía encima suyo con Andrés agotado escondiendose en mi cuello.

Pero es que no quería quitarme, ni ahora ni nunca.

Quería que volviera a pasar por mucho que había dicho que no.

Pero dios para no querer que volviera a pasar, con solo recordar como jadeaba ya me ponía de nuevo.

Necesitaba volver a besarle y sentirle aun más si se podia, pero sabía que no se podía.

Él solo buscaba placer y ya, yo... no se que buscaba exactamente pero no era solo sexo, eso estaba claro.

Noto como las manos de Andrés suben un poco de mis caderas hasta tocar mi piel desnuda.

Se separa para mirarme a los ojos, todavia asimilando todo, al igual que yo.

Arder en tu fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora