13. Teta

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P.V Andrés

Después de el largo día descubriendo mis nuevos sentimientos, y toda la tarde en la piscina de Eric haciendo bromas, estaba cansado hasta yo que en ocasiones tenía insomnio, así que ambos caímos rendidos en la cama.

Y no por la razón que os gustaría, pervertidos.

Bueno a mí también me gustaría,
para que negarlo.

Héctor se da la vuelta y me mira a los ojos, yo me quedo mirando los suyos verdosos y le doy una media sonrisa inconsciente.

Entonces ahí es cuando noto su mano agarrando mi paquete repentinamente.

No puedo evitar soltar un jadeo y le miro confundido.

- Héctor, ¿qué haces?

- Lo que ambos queremos - Dice con una sonrisa pícara y me besa apasionadamente, haciendome sentir con el beso las sensaciones que solo él me hacía sentir.

Ni me imaginaba con la paja que se venía ahora.

Empiezo a besar su cuello jadeante y él esta vez no se calla ni contiene ningún jadeo o gemido, me siento realmente feliz, tenerlo tan expuesto a mí me ponía aún más cachondo.

Me encantaba descubrir esta parte de él, la que siempre me había preguntado como sería, y ahora solo quería que me la mostrara a mí.

Siento una electricidad recorrer por mi cuerpo cuando su mano se mueve de arriba a abajo sobre mi miembro.

Suelto un jadeo involuntario y meto la mía por sus bóxer para hacer lo mismo que él.

Volvemos a arder entre nuestras caricias, besos y jadeos, y deseo fusionarme con él.

Sentirle tanto como si fuesemos solo uno.

Hacer de nuevo nuestro puto infierno.

Sonaba tan genial y se sentía igual, me gustaba el detalle de no llamarlo "sexo" como a todos los demás.

Porque era con Héctor, y eso lo hacía mucho más especial, mereciendose incluso otro nombre.

Gimo su nombre y abro los ojos para mirar también sus reacciones, está tan excitado como yo, ambos estamos apuntos de venirnos.

Siento un cosquilleo recorrer por todo mi cuerpo y una electricidad en mi abdomen bajo, eso indicaba que...

¿Me he despertado? ¿Qué cojones?

Héctor esta dormido al lado mía dándome la espalda, y yo estoy bastante sudado y... Con un bulto entre mis piernas, genial, ya iba a  empezar con la nueva rutina de masturbarme pensando en él.

El sol ya se estaba poniendose por la ventana, decido levantarme e ir a darme una ducha, si Héctor despertaba no me podía ver así, quedaría mejor que me viese ya duchado, siendo un chico limpio.

Y quedaría muchísimo mejor que me viese desnudo, con una corta toalla atada a mi cintura, a ver si así le daban ganas de hacer otro infierno,
cosa que yo deseaba.

Voy hacia el baño y me meto en la ducha, no sin antes poner mi nueva canción favorita, nuestra canción.

La que escuchamos cuando pasó todo.

Recuerdos pasan por mi mente, tanto del sueño como de ayer cuando estuvimos más cerca el uno del otro que en toda nuestra vida.

Mi miembro está palpitante, pidiendo ser acariciado por Héctor, pero se tendrá que conformar conmigo.

Me empiezo a acariciar, escuchando la canción y pensando en cada momento y detalle que pude memorizar de cuando follamos.

Aumento la velocidad de mi mano, pensando que también lo hago en las estocadas para entrar con fuerza en él.

Arder en tu fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora