21. Puta

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P.V Andrés

Había pasado todos los partidos de la semana junto a cada noche un maravilloso infierno, se había hecho costumbre como yo quería, o tal vez queríamos, él en ningún momento se había quejado tampoco...

¿Tal vez Héctor también estaba enamorado como yo de él?

¿Podría llegar a ser mutuo?

¿A qué el demonio y el fuego tuviesen una relación seria?

Ojalá, sonaba tan bien tener más infiernos y luego dormir juntos por... ¿El resto de nuestras vidas?

Tan bien que parecía imposible.

No tengo ni idea de cuanto nos podríamos aguantar el uno al otro, pero llevamos siendo amigos desde hace mucho tiempo, y este último año hemos metido algunas cosas que no son solo de amigos... Y todo ha ido bastante bien.

Más que bastante bien, de puta madre.

Tanto que he terminado enamorandome.

Si he conseguido eso, que también creía que era imposible, ¿cómo no voy a conseguir que una relación con Héctor funcionase?

Si lo consiguiese, no le soltaría jamás.

Y no me refiero a porque estaría todo el día follando con él, bueno, puede que un poco si me refiera a eso.

La cuestión es que ya era el último día y no quería irme, este Torneo había sido de las mejores experiencias de mi vida, junto a la victoria y pasar más tiempo con Héctor...

Había sido la hostia, como un sueño,
y claramente no quería despertar, aunque esto también tenía algo que ver con la resaca por todo lo que bebimos celebrando que habíamos ganado, y despidiendonos de este
gran viaje.

- Andréeees que tenemos que estar ya en la salida, lo dijo - Me mete prisa Héctor que se estaba poniendo los vaqueros, no solo tenía un gran paquete, también un buen culo...

Uf como me ponía cada parte de él...

Vale Andrés, luego le propones más infiernos en el autobús, ahora hay que vestirse.

Me decido levantar y me voy al baño a ponerme en condiciones el pelo, esto de los rizos era un poco coñazo, al despertarme eran más nudos que pelo, pero... A las chicas le encantaba.

¿A Héctor le encantan también mis rizos?

Nah, a él le gusta mi polla y como se usarla, y también mi boca y como recorro su cuerpo con ella...

Venga Andrés, por segunda vez, ahora le comentas sobre esto en el autobús.

- ¿Quieres otro infierno antes de irnos? - Pregunto con una sonrisa pícara al salir del baño.

Vale lo siento, no me he podido contener, así que Andrés, por tercera vez y ahora mejor dicho, en el autobús le pides sexo desesperadamente.

Él me mira alzando una ceja y se le escapa una risita negando con la cabeza.

Es tan atractivo cuando me sonrie por las estupideces que suelto.

En vez de pegarme una colleja o responderme cortante, así que si, es hermosisimo que me sonria.

Bajamos de la habitación y nos fuimos metiendo en el autobús, estuvimos esperando casi un cuarto de hora a dos que faltaban...

- Los putos pijitos - resopla Héctor acomodandose en el asiento.

- Tiene mucho mérito que no le hayas roto la cara durante todo el torneo - Le digo sonriendo.

- No le paso ni una más, a la siguiente le reviento - Dice serio y cierra los ojos suspirando.

Arder en tu fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora