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El pasado de Terasaka.

Narrador

El pasado de terasaka no era el mejor y eso estaba apuntó de verse.

-Bien pues, comenzó cuando tenía 10 y había perdido a mis padres a los 15 por mi estupidez, por lo tanto me adoptaron unos narcotraficantes...

Narración del pasado de Ryouma Terasaka.

Solía ser un tipo con grandes ambiciones, quería ser el mejor boxeador del mundo y mi família, sobretodo mis 3 hermanos menores apoyaban eso, Entrenabamos juntos boxeando con mi padre.

Un día en el callejón de la escuela quisieron golpearme unos tipos raros, ellos querían un duelo a muerte, yo los moli a los pobre desgraciados por que no quería matarlos. Pero cuando regrese a casa por la noche me encontré con la masacre de mi família y a los mismos tipos que golpe.

Desde ese momento la impotencia me ganó, era débil...

Algunas leyendas les dicen lo que hacer.Los malditos subordinados.

Algunas se transforman en polvo u oro. Mi família.

Pero tú me recordarás...

-Me recordarás durante siglos...-susurre molestó, De ellos y de mi mismo.

Tiempo después entrenaba boxeo en un departamento pensando en mi odio hacia el. Sólo un error será todo lo necesario...
Mi  familia narcotraficante se acercaba por la puerta y yo golpee muy fuerte el saco de boxeo.

-¡Recuérdame durante siglos! -grite molestó y el saco se estrelló contra la pared todo destruido.

Estaba encargado de ayudar a los tipos a cuidar su droga y ellos me darían dinero y protección, me ayudarían en el boxeo incluso. Mi mejor arma eran mis puños y aunque pase momentos geniales con mi nueva familia seguía con esa impotencia y sed de venganza.

Modificando mis sueños de adolecente.

-Terasaka ¿te pasa algo malo? -pregunto mi compañero.

Yo sólo guarde mis guantes en su caja.

-No, No me pasa nada malo.- y me fui.

Los niños del lugar me decían cosas muy absurdas, yo sólo podía pensar en que los niños están todos equivocados. La historia ha terminado del todo.

Tiempo después conseguía a una chica que le gustaba el heavy metal, mala elección. El heavy metal me rompió el corazón.
Y caminando con el corazón roto por la calle me encontré con esos desgraciados otra ves; tuvimos una pelea en un rig y empezamos un torneo.

Cuando fui a mi supuesto hogar esto estaba cerrado y tocaba la puerta con fuerza, mis cosas estaban afuera y llovía; ellos ya no querían saber de mi.

-¡Venga, vamos, Déjame entrar! ¡¡Mirian!! -llamaba a mi único amigo.

Conseguí otra casa y el torneo continuó.
Los golpes seguían uno tras otro, si derrotaba este seguirá el otro y luego de ese el penúltimo, el último es el desgraciado que los mando a matar. Eso pensaba siempre cantando lo mismo.

-Algunas leyendas les dicen lo que hacer, Algunas se transforman en polvo u oro. Pero tu me recordarás, Me recordarás durante siglos. -terminé con el tipo y era el turno del otro.