Delicado Omega ♡ | WEISHIN

➵ Capítulo 8

Una maldita semana, una puta y exasperante semana había pasado desde que Jinhyuk no le dirigía la palabra. Wooseok extrañaba en sobre manera las bromas, los cumplidos y lo entrometido del alfa. La mirada fija del pelinegro sobre él ¿Qué demonios le había pasado? Wooseok seguía pensando en lo que hablaron esa noche ambos en la fuente y después en el picnic de patio ¿Lo había ofendido?

No, tal vez se había cansado de su insufrible personalidad. No podía ir a buscarlo, no quería pero lo necesitaba. Su habitación estaba fría, se sentía solo y aunque Junho fuera todas las noches a verlo para que vieran películas en su computador y comieran comida chatarra seguía sintiéndose incómodo, como si algo le faltase.

En los únicos momentos en que lo veía era la cena pero ni siquiera lo miraba. Solo iba, comía poco y se marchaba. Su lobo aullaba triste y molesto.

—¿La omega de Hyukie asistirá a la fiesta? Sería de mal gusto que no asistiera —la voz chillona de la rubia plástica lo devolvió a la realidad, fuera de sus pensamientos.

—No tengo idea, eso le concierne solo a él —gruñó exasperado, quería irse pero se prometió a sí mismo quedarse hasta la fiesta— Junho se encarga de los invitados —cortó la escasa conversación con eso.

—¿Seokie? —lo llamó una voz ajena. El nombrado volteó para ver al dueño de la voz. El mayor abrió sus brazos y él se levantó para caminar hasta este para fundirse en un abrazo olvidando todo— Shhhh —el más alto acarició los cabellos castaños revolviéndolos— Todo va a estar bien —Wooseok sintió como la mano del mayor acariciaba su espalda.

Al omega no le importó que alguien más en la casa los viera, rompió a llorar. Podía sentir como sus mejillas se humedecían junto con la camisa de Seungwoo. Hace tiempo que no lloraba de esta manera, como si se quemara, como si quisiera gritar de frustración y enojo.

—Lo siento —murmuró queriéndose separar del abrazo pero los brazos del mayor no se lo permitieron— ¿Qué van a pensar lo demás en esta casa? —inquirió mirándolo con preocupación.

—No importa lo que piensen los Lee, me importa lo que piense mi prometido y él conoce perfectamente nuestra historia —susurró en la oreja del menor, acarició su mejilla y le sonrió. Una sonrisa encantadora y junto a esta hoyuelos en ambos lados, simplemente hermoso— Espero no te moleste que le haya contado.

—Claro que no —se volvió a esconder en el pecho del alfa y suspiró.

Después de unos minutos donde Wooseok se calmaba del todo y las lágrimas de este se redujeron mientras Seungwoo lo mimaba se separaron. El castaño volteó y al ver que la plástica ya no estaba se sintió aliviado.

—Tengo miedo, Woonie hyung —hizo un puchero demasiado tierno. El omega tenía los ojos rojos y debajo de estos manchas violetas además labios secos, su rostro pareció haber perdido el brillo habitual pero seguía viéndose hermoso ¿Cómo?

—¿De qué? —se atrevió a preguntar el mayor—¿Qué es lo que te atormenta ahora?

Wooseok tomó la mano de su mayor y lo guió de camino al patio, sabía que las paredes de esa casa tenían oídos y ojos. Quería hablarle a Seungwoo en privado y si lo llevaba a su habitación sería tentar la suerte de ambos. Pasaron por la fuente y el reparo debajo de un enorme árbol llamó su atención. Se desviaron del caminito de piedras que conducía a las flores además del resto del patio y fueron a sentarse juntos debajo de aquel sauce.

—Bien —Seungwoo se sentó en el pasto con su pantalón de vestir como si se tratara de un trapo viejo— Habla de lo que te tenga tan angustiado —dijo mientras veía al menor tomar asiento junto a él.