➵ Capítulo 24

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Lo último que su cabeza registro fue a su alfa arropandolo para dormir, acariciando su cabello mientras lo besaba antes de caer dormido.

Su cabeza le devolvió los recuerdos de la noche anterior y se sonrojo, los sentimientos encontrados revolvieron su cabeza. Se centró en el presente, se sentía en paz y cálido. Su cuerpo estaba envuelto en sábanas y rodeado por un cuerpo ajeno con fuerza, el cítrico dulzón mezclado con el pino y la tierra húmeda era una combinación extraña pero agradable. Abrió los ojos para encontrarse con la pared de la habitación levemente iluminada, no sabía cómo pero la única prenda que su cuerpo tenía era una camisa de dormir y nada resguardaba la parte inferior de su cuerpo. La parte de su piel expuesta rosado con la de su novio le producía una sensación demasiado placentera. Volteó la cabeza encontrándose con el rostro sereno de su pareja dormida. Se deshizo como pudo de la enredadera de extremidades que eran y se levantó con sumo cuidado de no despertar al alfa. Miró el reloj de la mesita de noche que marcaban las 17:34. Habían dormido bastante.

Una vez fuera de la habitación se metió al baño, orinó y camino hasta el lavabo, se lavó las manos, dientes y rostro. Se dispuso a volver a la habitación, salió del baño y camino los escasos metros de pasillo que conducían a la habitación. Paró en seco frente a un espejo de cuerpo entero, ahora estaba más despierto y pudo admirarse. Su piel clara se veía más brillante al igual que su cabello, sus ojos tenían un brillo peculiar y se vio a sí mismo sonriendo. Lo que más llamó su atención fue la marca situada en el espacio entre su cuello y hombros, se veía medianamente bonita después de todo era reciente y le faltaba sanar. No podía creer lo que sus ojos veían, estaba marcado. Su novio, su pareja, su alfa.

Se mordió el labio inferior soportando la risa, portaba una camisa de dormir bastante amplia que llegaba hasta sus muslos. La camisa estaba estampada en divertidos muñequitos de nieve, al parecer su novio tenía toda una colección de ropa para dormir con ese estampado.

Aunque era curioso, se sentía sexy con la prenda. Su cabello castaño claro desordenado, sus labios rojos levemente hinchados por las mordidas y besos proporcionados la noche anterior, se sentía atractivo, querido y deseado. Se rió de sí mismo cuando se encontró pensando que le gustaría volver a repetir lo de la noche anterior, una y otra vez.

Parpadeó varias veces tratando de quitar esos pensamientos cuando sintió como su pecho se llenaba de angustia, miedo y desesperación. Se sobresaltó cuando Jinhyuk salió de la habitación de golpe.

—Pensé que te habías ido —admitió con un deje de tristeza.

—¿Por qué habría de irme?

—Porque soy un idiota y no te merezco ¿Quizá?

Wooseok se limitó a acortar la distancia y abrazarlo con fuerza, el pelinegro le correspondió de inmediato.

—No se lo que te haya llevado a pensar tal cosa, pero jamás me iría —el castaño hizo que lo mirará y sintió su corazón doler cuando vio los ojos llorosos de su pareja— No podría irme jamás, te quiero más de lo que alguna vez quise a alguien. Te necesito, y creo que nos merecemos mutuamente —y el remolino de malas emociones se deshizo, fue tan nuevo. El pelinegro le sonrió y dejó un beso en su frente.

Wooseok ahuecó las mejillas de su novio en sus manos y beso sus labios con necesidad. La necesidad de hacerle saber lo que sentía, cuanto lo quería y necesitaba en su vida.

Jinhyuk correspondió de inmediato profundizando el beso y acercándolo a su cuerpo. La temperatura de ambos se elevaba demasiado rápido. No paso demasiado tiempo para que Wooseok dejara en claro lo que quería, así lo hizo.

Empujó al pelinegro sobre la cama y se sentó sobre sus piernas, una rodilla a cada lado del regazo del alfa. Jinhyuk gimió gustoso cuando el castaño se removió sobre su entrepierna y beso su mandíbula para bajar a su cuello. El alfa sujeto la cintura del omega, lo guió para que empleará un movimiento lento y placentero para ambos.

Wooseok se dejó guiar mientras disfrutaba del cuerpo de su pareja tocándolo mientras besaba su cuello y pecho. Se irguió mientras seguía moviéndose sobre el alfa y como pudo alcanzó la mesita de luz tomando el lubricante del cajón.

Con un poco de nervios se deshizo de la única prenda que poseía, la necesidad de disfrutar como su pareja admiraba sus curvas y la lujuria que sabía sentían ambos era más grande que cualquier inseguridad. La habitación olía a excitación y sus respiraciones eran irregulares.

Jinhyuk acarició los costados del omega y volvió a la cintura para levantarlo momentáneamente mientras se deshacía de su pantalón de dormir. Tomó el lubricante y cubrió sus dedos con el, acarició la entrada del mayor para después introducirlos despacio provocando un gemido bajito por parte del omega y obligandolo a sostenerse contra su pecho, nalgueo a su pareja con la mano libre. Wooseok no lograba explicarse como eso lograba gustarle.

Después de un momento de prepararlo lo suficiente, volvió a tomar el lubricante para cubrir su miembro y tiró el envase por ahí.

El castaño no perdió el tiempo, alineó el miembro del alfa en su entrada y fue bajando con lentitud. Si, se sentía incómodo pero después de un rato la sensación de sentir a su alfa dentro era tan condenadamente placentera, no se explicaba porque le gustaba tanto.

Jinhyuk fue paciente y dejó que tomara su tiempo, cuando Wooseok estuvo listo empezó a moverse a su ritmo el cual fue aumentando de a poco. Se sentía tan pleno ser uno con el otro, el sonido de sus pieles chocar y los gemidos inundaron la habitación.

Jinhyuk podría jurar que amaba a Kim Wooseok, lo confirmaba en estos momentos más que nunca. Se sentía tan pleno al completar esa conexión que él ya sabía que tenían. Podría pasar la vida entera dentro de él y jamás se cansaría, si antes ya se había hecho adicto a su aroma, presencia y personalidad, su cuerpo ahora se sumaría a la lista. Amaba tanto como lo hacía sentir, nunca en su vida sintió el fuego correr por sus venas de tal manera, jamás se sintió tan lleno y satisfecho pero al mismo tiempo tan insaciable. Podía sentir el corazón de ambos a mil, ambos estaban sincronizados.

Después de un buen rato cuando notó que las piernas de Wooseok empezaban a cansarse lo sujetó de la cintura y se impuso para cambiar la posición quedando él encima. El castaño se aferró a los hombros de su pareja mientras le rodeaba la cintura con las piernas y el alfa lo penetraba con rudeza dando en ese punto dulce que lo llevaría al borde en cuestión de tiempo. Jinhyuk se deleitó cuando el mayor empezó a gemir su nombre perdiendo la coherencia de todo, el placer nublaba sus mentes. El pelinegro masturbó a su pareja buscando la liberación de este, el castaño lo abrazó por el cuello acercándolo para besar su boca vorazmente, gimió fuerte en la boca de su amante corriéndose duro sobre su abdomen. Tres estocadas más y fue turno del pelinegro para llegar al orgasmo. Wooseok hizo su cabeza a un lado dejando su cuello expuesto, Jinhyuk clavo sus caninos sobre la marca ya efectuada al mismo tiempo que se anudaba a su omega.

—Nosotros no... —empezó Jinhyuk una vez que sus respiraciones volvieron a la normalidad.

—Pastillas —lo cortó el castaño— Necesito un segundo round, pero muero de hambre así que baño y comida, después veremos de qué estás hecho, alfa.

Jinhyuk lo miró sorprendido para después sonreír en grande, su novio era una caja de sorpresas.

—¿Dónde quedó el omega que se ponía vergonzoso y se sonrojaba por estas cosas? —cuestionó con burla.

—Supongo que se perdió junto con mi virginidad.

Delicado Omega ♡ | WEISHINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora