Jin miraba por la ventana de su habitación, ¿Qué había hecho mal?
Namjoon y él se habían hecho cercanos, se habían hecho amigos y habían hecho muchas cosas juntos. Jin pensaba que todo iba perfecto, pero al parecer se había equivocado, ¿Había sido su culpa acaso? Todo iba perfectamente hasta esa noche, cuando de repente, ambos estaban en su habitación y un beso los llevó a algo más íntimo.
El híbrido encogió sus piernas para abrazarlas por las rodillas. Recordaba cada toque y cada detalle de esa noche. Cada roce y cada beso que había compartido con Namjoon. Un escalofrío cruzó su espalda al recordar el aliento del menor sobre sus labios. ¿Había sido por eso acaso? ¿Se debía a su falta de experiencia?
Escondió su rostro apoyándolo en sus rodillas mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Ese momento le recordaba perfectamente el momento en el que había sido dejado en ese centro de adopción. Su madre lo había llevado. Habló con la recepcionista y le dijo que esperara allí, que en algún momento volvería. Eso no pasó. Hacía dos días que había sucedido lo mismo con Namjoon, el llegar a ese lugar aquel día fue un deja vú. Cuando Namjoon se acercó a besarlo lo supo de inmediato, se quedaría allí una vez más, solo.
Lejos de allí, Namjoon miraba por la ventana también, aferrándose al suéter rosa con el que, hacía unos meses, Jin había llegado y se había negado a quitar hasta que lo aceptara en su vida.
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Stupid hybrid
De TodoNamjoon odia y odiará a los híbridos, siempre ha pensado eso hasta que como regalo de cumpleaños recibe uno. Seokjin pone su mundo de cabeza.