Capítulo 2: Indiferencia

1.1K 71 15
                                    


Y así se me pasó la tarde, pensando y planificando lo que sería mi tema de investigación.Con esto se me olvidó lo más importante que debía hacer y una vez que regresé a mi departamento me di cuenta, no tenía nada en la despensa y en el refrigerador estaba a punto de pedir algo cuando tocan el timbre.

-Alex ¿Qué haces aquí?- digo entre sorprendida y nerviosa.

-Te traje algo de comer- levanta una bolsa con comida china- sabía que se te iba a olvidar ir de compras. ¿Me dejas pasar? - mira dentro del departamento.

-Claro, disculpa pasa-me corro para que pase al interior del departamento.

-A parte, no te ví en todo el día- se acerca y me besa.

¿Dios que estoy haciendo?

Bueno, entre beso y beso la comida china pasó a segundo plano, al final del día Dani tenía razón. Después del sexo, Alex se fue y yo me quedé en medio de mi cama sentada tapándome con la sábana.

¿Dios que hice?

La respuesta era demasiada obvia, si soy sincera no estoy enamorada de él, pero el sexo es bueno. Siempre digo que no más y termino en la misma situación, recriminándome. Ya se me había quitado el apetito, solo me quiero bañar y dormir, mañana será otro día.

Las mañanas cada día están más frías, así que decido ir a una cafetería que hay cerca del departamento para comenzar el día. Era mi lugar favorito, siendo sincera, aunque no hiciera frío siempre iba porque no podía empezar el día sin un moccaccino y porque el lugar en verdad el lugar es pequeño pero muy acogedor.

Al llegar al lugar se podía sentir el aroma de café de grano, que bonita forma de empezar el día.

-Hola Morenaza ¿Lo mismo de Siempre?- Me pregunta Andy, quién es la chica que se encarga tomar los pedidos en el mesón.

-Sí, por favor ¿Cómo has estado, Andy?-La verdad es que la chica es muy amable y siempre sale con cada ocurrencia.

-No tan bien como tú, la verdad. ¿Cuándo será el día que me des esas clases de boxeo? Porque en verdad, si dan esos resultados- me señala- anótame por favor.

-No digas babosadas, estoy recién empezando-sonrío -pero tu avísame cuando tienes libre y coordinamos.

-Te tomaré la palabra morenaza, que tengas un buen día y nos vemos mañana.

-Gracias Andy, ten un buen día- voy al mesón y busco mi moccaccino junto a mis tostadas con crema de cacahuate, plátano y nueces. Un desayuno contundente en pocas palabras y me senté en una de las mesas que quedaba cerca de la ventana.

Estaba a punto de beber de mi moccaccino cuando una voz me interrumpe:

-Hola disculpa, pero ese es mi chocolate caliente- me dice una chica con una sonrisa muy amable.

Ahí me quedé yo como en una especie de shock, no sé si por el hecho de haberme supuestamente equivocado de vaso o por la chica que tenía al frente, en verdad era linda.

-Disculpa, ¿cómo sabes que es tu chocolate?- trato de sonar lo más serena posible, sin que su estatura me intimide, es bastante alta por cierto debe estar por el 1,73 y se nota que hace ejercicios.

- ¿Y cómo sabes tú, qué ese es tu café?- me devuelve la pregunta señalando el vaso.

-Fácil, yo llegué primero por ende es mi café- le digo mientras la miro a los ojos color avellana que tiene.

-¿Qué quieres apostar?- me dice sonriendo lo cual permite ver dientes perfectos y se sienta junto a mí. Esto me pone un poco nerviosa, esta chica con su presencia intimida. Desde aquí puedo observar mejor el lunar que tiene encima de su labio superior, tiene labios gruesos que hacen que la presencia de ella, no pase desapercibida.

30 Razones Para AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora