Había sido una noche dura, si pensaba que iba a dormir como un bebe que equivocada estaba. Las pesadillas eran constantes y todas estaban relacionadas con el accidente de Vale, ninguna terminaba bien y lo único que hacia cada vez que despertaba era pensar seriamente en mandarle un correo electrónico. Aunque la puedo llamar, ya que en la lista aparecía su número del móvil. Era una buena alternativa, pero no quería ser muy invasiva quizás a ella no le parecía que la estén llamando un sábado por la mañana para agendar una reunión. Porque sí, esa iba a ser mi excusa para llamarla.
Esperé a estar con la cabeza fría antes de mandarle el correo, no quería que la preocupación del momento debido a las recientes pesadillas me hiciera escribir una palabra que se prestara para malentendidos.
"Buenos días, señorita Díaz ¿Cómo está? Le mando este correo para agendar una reunión lo antes posible para ver los avances de las ayudantías.
Espero su respuesta, desde ya muchas gracias.
Paula Navarro"
Según yo, estaba muy neutral para mi parecer no dejaba lugar para malentendidos ni nada por el estilo.
Esperé su respuesta toda la mañana, pero ni las luces de una respuesta de ella. Ni si quiera lo ha leído ¿Cómo lo sé? Porque tengo una extensión que te avisaban cada vez que abrían el correo electrónico.
Quizás estaba muy ocupada con su novia, quien sabe. Puse los ojos blancos con el último pensamiento ¿pero qué podía ser yo? Nada
Hoy era tarde de aire libre, así que tomé dos mantas, preparé un termo con chocolate caliente y guardé el libro que estaba leyendo en la mochila. Hacía un poco de frío, los rayos de sol que se podían divisar se escondían entre las nubes que iban pasando. Las hojas de los árboles empezaban a caer lentamente, era mi estación favorita del año.
Puse una manta en el suelo, y me senté apoyada en un árbol que todavía tiene un gran follaje para que me protegiera de esos indefensos rayos de sol y me envolví en la manta mientras leía.
-Hola- esa voz la reconocería aunque estuviera a kilómetros.
Levanté mi mirada y pude ver el nerviosismo a mi respuesta, ya que no estaba su característica sonrisa.
-Hola Valentina - sonreí
Automáticamente su sonrisa apareció y esos hoyuelos que tanto me gustan. Nos quedamos mirando un momento sin decirnos nada
-¿Cómo estás? -dijimos las dos al mismo tiempo
-Yo pregunté primero
-Técnicamente fuimos las dos- me contestó
-Pero me interesa saber más a mi- levantó las cejas sorprendida- me refiero a que yo no fui quien recibió una patada en el estómago.
-Ah eso, son gajes del oficio- se rasca la cabeza
-¿Gajes del oficio? ¿En serio? Te pudo haber pasado algo más, gracias a Dios que no fue así-
Solo sonrío
-¿No deberías estar descansando?
-Tuve que ir a comprar una pomada y estoy aprovechando de tomar aire antes de encerrarme por una semana- me mostró la bolsa de la farmacia
-¿Una semana?-pregunto extrañada
-Tengo que hacer reposo por el golpe, de hecho te acabo de mandar un WhatsApp explicándote que no podré hacer la ayudantía esta semana.
-Mmm Ando sin el móvil, pero tranquila para esta semana tengo un control de lectura. Quizás te pida ayuda para revisarlo, así que no creo que sea necesario una ayudantía.
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30 Razones Para Amarte
RomancePaula, es profesora de una de las universidades más importantes de España, tiene una vida tranquila sin mayores inconvenientes más que el estrés de trabajar con jóvenes que muchas veces no sabían lo que quería. Le encanta la vida saludable, es aman...