30 Razones Para Amarte

Capítulo 11: Protectora

Hoy era uno de esos días que te despiertas con una sensación extraña en tu pecho, esa sensación que te llega ahogar de la preocupación de que algo malo va a pasar. El sonido de la alarma del móvil se hizo presente por tercera vez en menos de quince minutos, no me quería levantar por mi fuera me quedaría en casa porque en verdad no me gusta esta sensación. Pero la verdad se hizo presente, ya no tenía 19 años donde si no quería ir a la universidad, no iba y nada pasaba. Ahora yo soy la maestra y en mi trabajo no creo que se tomen muy bien de que unos de sus profesores falte porque tiene un mal presentimiento. No me quedó otra más que levantarme a poner la cafetera para empezar el día con un café aunque sea. Mientras este estaba listo me metí a la ducha resignada a mi rutina del hoy que no era del todo bienvenida.

Al salir del cuarto de baño ya podía sentí el olor del café recién hecho por toda la casa, con tan solo olerlo ya sentía la cafeína haciendo lo suyo por mi organismo. Sin duda era uno de mis olores favoritos, ya que el otro era un aroma muy particular, no recordaba donde lo había sentido pero era un aroma dulzón por decir algo.

Hoy tenía un control con el curso, bueno se suponía que Valentina lo debía tomar en la ayudantía, pero como está con reposo lo tomaré yo. Durante la semana quedamos en que yo los tomaba y ella los revisaba. En total no iba a tener problemas con corregirlos porque era un control de selección múltiple, estilo Paula Navarro, que no dejaban dudas a subjetividades. Me ofrecí en hacerle llegar los controles a su casa, pero ella insistió en que podía venir a buscarlos ya que así le servía a ella para tomar un poco de aire limpio en el camino, palabras textuales de ella y la verdad me acomodaba más que ella viniera porque si iba yo en una de esas me encontraba con Andy y todavía no estoy preparada para hablar con ella después de la última vez que nos vimos donde me comporté como una completa gilipollas. Así que le terminé dando el número de departamento para que pasara directo

Entre tantas divagaciones se me da por mirar la hora y veo que el reloj de la cocina marca 07:30 una señal divina que me indicaba que si quería llegar a tiempo a la universidad debía apurarme y salir lo más rápido posible del departamento. Como suele pasar en estos cuando llevas el tiempo en contra, sin querer pasé a llevar la taza de café con el brazo al darme vuelta para sacar el abrigo que estaba en el respaldo de la silla manchando así la falda que llevaba puesta.

-Mierda,Mierda,Mierda-vociferé

Traté de secar el café con el papel absorbente, pero como era obvio para una idea estúpida, no funcionó sino que como que agrandó más la mancha. Sabía que no tenía que levantarme de la cama el día de hoy. Me levanté corriendo de la silla a mi habitación a buscar algo que ponerme y me decidí por unos jeans, porque si vestía algo más forma debía cambiarme por completo y estos jeans le vienen a la camisa y zapatos con tacón que llevo puesto.

Me doy un último vistazo en el espejo y veo que todo está ok, tengo que salir ya si quiero llegar a tiempo así que me lavo los dientes de una manera flash y salgo del edificio.

Llegué justo a tiempo a la universidad a la reunión que había como ya era habitual, cada mañana. Para mi fortuna, durante el día no pasó nada más que me hiciera cuestionarme mi existencia. Ya estaba saliendo de la universidad cuando recordé que tenía que pasar por un supermercado a hacer las compras del mes. Debo confesar que es lo que menos me gusta hacer, por mi fuera ocuparía una aplicación para que me llegara las compras a la casa, pero eso se hacía con tiempo y lo que menos tenía era eso que es tan codiciado hoy en día. Necesitaba tener las cosas para preparar la cena y no podía esperar tres horas.

Terminé comprando las cosas y me llevé una botella de vino, porque debía confesar que me gustaba ponerme a leer un buen libro con una copa de vino, era unos de los momentos donde me relajaba sin mayores problemas.