Capítulo 4: Conejito

956 72 9
                                    

El fin de semana pasó sin pena ni gloria, estuve corrigiendo unos exámenes diagnósticos que les hice a los chicos el miércoles pasado, solo con el objetivo de molestarlos. En verdad, es para saber en qué nivel están y cómo voy a enfocar mis clases y también me sirve para saber qué foco debe tener las ayudantías.

Hablando de las ayudantías, hoy iba a tener una reunión formal con Valentina, luego del partido le mandé un correo que nos juntáramos media hora antes de empezar las clases con el curso del penúltimo semestre. Para hablar como serían estas y lo que quiero conseguir con ella. En pocas palabras, porque en realidad le había mandado un parrafote. Y si hay cosa que me moleste, es que me respondan con un simple OK. Invertí como 20 minutos para redactar semejante correo, para que ella sólo me escriba OK.

Y aquí estaba yo esperándola, en eso tocan la puerta y sentí como algo subía y baja en mi estómago.

-Adelante- Me acomodo en mi silla y espero que entre

-Hola, buenas tardes-Me dice con una sonrisa tímida desde la puerta.

-Pasa, siéntate- le señalo los asientos que están al frente de mi escritorio. Y aquí estaba yo frente a la chica de la cafetería, la misma chica que todos aman menos yo. La verdad, es que se veía tierna el día de hoy. Estaba usando un vestido negro floreado, una casaca negra de cuero, una bufanda color beige. Y para evitar el frío andaba con unas pantys y botines negros. Su look muy adhoc a esta época de otoño.

-¿Cómo estás?-le pregunto para romper el hielo, porque en verdad no quería que fuera incómoda esta reunión.

-Bien gracias, así que hizo un examen y ¿qué tal estuvieron los chicos?- Ese hizo me quedó dando vueltas en la cabeza, ¿En verdad me iba a tratar de usted?

En fin, procedí a explicarle las principales conclusiones que saqué de dicha prueba, también le comenté como pensaba potenciar los puntos bajos de los chicos y además le expliqué mi forma de trabajar. Al principio, estuvo un poco tímida pero una vez que empezamos hablar del tema, se empezó a soltar haciendo notar todo lo que sabía de la materia. En verdad, se notaba que era una chica estudiosa por su forma de manejar términos y de ser capaz de sugerir contenido para ayudar a los chicos.

Y así pasó la media hora de reunión, llegó el momento de ir al salón para que Valentina se organice con los chicos.

Cuando íbamos en dirección al salón de clase, me acordé de una duda que me surgió la semana pasada.

-Oye Valentina ¿Tú estás preparando tu seminario, cierto?

-Si, en eso estoy este semestre.-sonrió

-¿Y con quién lo estás haciendo?

-Con Julia-abre la puerta para que yo pase

No le digo nada, es que ¿qué le puedo decir? En verdad te deseo las mejores de las suertes. La verdad es que Julia me cae mal, pero es una excelente profesional. Así que en ese ámbito, me alegro por Valentina. No pudo haber elegido a una colega mejor, en su campo claro está. Esto claramente jamás se lo voy a decir.

-Buenas tardes- saludo y cierro la puerta, señal que ya no entra nadie.

Veo las caras de emoción de los chicos al notar que entré con Valentina, en verdad me impresiona la admiración que le tienen. Como sabían mis reglas, claramente nadie se animó a hablarle hasta que ella los saludo.

-Hola chicos, soy Valentina Díaz y seré su ayudante de este ramo.- Me sorprende su presentación, es que en verdad fue muy sencilla. Cualquiera en su lugar quizás hubiera empezado," para los que no me conocen cosa que lo dudo soy..." pero ella no, hasta se sonroja por tener a todo el salón mirándola.

30 Razones Para AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora