Llegó el tan ansiado día de la prueba del vestido, Daniela me llamó diciéndome que estaba nerviosa puesto que con esto quedaba poco tiempo para su boda. Todavía no entiendo el furor que causa las bodas, si solo cambia tu estado civil. En verdad, no me llaman mucho la atención estos rituales. Solo lo hago porque es mi mejor amiga y Roger es un buen chico, ellos se merecen lo mejor del mundo.
Daniela me avisó que iba a llegar un poco tarde, que tenía que llevar a la madre de Roger al médico, a su futura "suegra". Que yo recuerde nunca he tenido que lidiar con una, mis relaciones nunca llegaron a ser tan serias para dar semejante paso.
Llegué a la tienda y miles de vestido bombardeaban mi campo visual, ok después de entrar a este lugar me dieron ganas de casarme, bueno por lo menos escoger los vestidos de las damas de honor. Había de todos los tipos, cortos, largos, frondosos, colores fuerte, colores pastales. Hubo un color que me llamó la atención, me acerqué y me puede imaginar mi boda. Yo vestida de blanco en medio de las chicas vestidas de un color marsala y yo usando un labial del mismo color. Me encantó lo que imaginé, si un día me llegó a casa ya tengo visto el color. Lo bueno es que me ahorro el estrés que provoca elegir el color, esto lo veo en Daniela que nos va a hacer probar tres vestidos, mismo corte, pero distinto color. Estaba ente un vestido color nude, otro celeste pastel y uno color damasco.
Definitivamente era decisión complicada, espero que el día de hoy ya decida el color del vestido que quería, porque no me gusta mucho estar probándome vestidos, me estresan un poco, para ser honesta. Estaba por entrar a probarme el primer vestido cuando veo que Dani entra a la tienda.
-Perdón por la tardanza, pero después de dejar a mi suegra había mucho tránsito de vehículos en las calles.
-No te preocupes, no llevo mucho tiempo- le saludo con un beso en la mejilla
-¿Te ha gustado algún vestido?
-Sí el color marsala que está en ese pasillo- le indico con mi dedo
-Hablo de los míos idiota, a parte que mal gusto tienes- arruga el entrecejo.
-Si un día me caso vas a usar uno de ese color, así que anda haciéndote la idea.
-La verdad, es que ya no sé si quiero que llegué ese momento. Ya anda probándote ese vestido color nude.
Me costó un mundo, no porque no fuera de mis medidas sino que tenía temor de estropearlo. Ya ven que dice que en las manos ajenas reina la desgracia y seguramente costaba una suma de dinero considerable y siendo sincera no me interesa pagar por un vestido que no me llama mucho la atención, si fuera el marsala sí porque con ese vestido fue amor a primera vista.
-Date prisa que quiero ver como te queda el vestido- gritó Daniela fuera del probador.
Me apresuré porque conociendo a Daniela ella es capaz de entrar en cualquier momento al probador.
-¿Qué tal?- me doy unas vueltas para que vea como me queda, la señorita que me entregó el vestido antes empezó a hacer unos ajustes, mientras Dani seguía sin hablar.
-¿Qué te pasó? ¿No te gustó el color?
-No es eso, se te ve hermoso- Vi como se le empezaron a llenar los ojos de lágrimas.
-Pero que intensa estás el día de hoy, por Dios
-Idiota, tengo mis momentos. Creo que esto será más difícil de lo que pensé.
-Yo creo, porque seis personas se van a probar tres vestidos, difícilmente a todas nos va a quedar bien el mismo vestido.
-Yo diría que tú lo tienes más difícil, ya elegiste un color y no tienes posibilidades de escoger en el caso que ocurra eso.
ESTÁS LEYENDO
30 Razones Para Amarte
Lãng mạnPaula, es profesora de una de las universidades más importantes de España, tiene una vida tranquila sin mayores inconvenientes más que el estrés de trabajar con jóvenes que muchas veces no sabían lo que quería. Le encanta la vida saludable, es aman...