Capítulo 16: Aguacate

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¿Entonces soy lesbiana? Era una pregunta que me hice 20 veces en la media hora que llevaba en la bañera. Porque siendo sincera nunca me han llamado la atención las chicas, en el caso de los chicos era puramente sexual eso lo tenía más que claro, pero ¿qué sentía por Valentina? No puedo creer que me esté cuestionando esto a mi edad, me sumergí en la pequeña tina. El agua ya se estaba poniendo fría y debía salir a darle la cara a Valentina.

-Mira Valentina, lo de recién fue un error-

De tan solo pensarlo se me revuelve el estómago, Valentina no se merecía eso. Claro que no fue error, me gustó besarla. Era algo diferente, que nunca había experimentado antes. La boca de Valentina me llamaba para que la besara. Creo que por primera vez mi rostro no terminó irritado, lo cual agradezco mucho, ya que ,por la barba de Alejandro siempre terminaba con la cara roja producto de la fricción. Ay, Alejandro, los besos de él no se comparan en nada a los de Valentina. Los besos de esta última me movían todo y me daban ganas de seguir besándola, de jugar con sus labios gruesos entre mis dientes. Con tan solo he de decir que a Valentina le bastó unos segundos para dar con una forma de besar que hacía que se me pusieran los pelos de puntas, logrando así que gimiera. Lo que al principio me causó sorpresa, porque en realidad no era de gemir solo por besos. Volver a rememorar eso besos, hace que nuevamente la piel se me ponga chinita y necesite salir inmediatamente de la bañera. Aprovecho de secarme el cabello y me pongo la bata, me miraba en el espejo y me veía completamente diferente. Si bien era la misma persona, algo había cambiado. Agg definitivamente me estaba poniendo muy intensa, debía dejar de pensar tanto las cosas.

Al salir me di cuenta de que la tormenta había empeorado, pude ver como las copas de los árboles se movían de tal forma que en cualquier momento nos íbamos a quedar sin luz, menos mal que encontré a la cachorrita antes de que la tormenta empeorara.

Al salir de la habitación me di cuenta de que Valentina estaba durmiendo en el sofá con la cachorra encima de ella. Era una imagen tan linda, que necesite materializarla en una fotografía. Partí en búsqueda de la cámara y así lo hice, rogué que por favor no se diera cuenta porque qué vergüenza que me pille haciendo unos de mis hobbies que era fotografiar. Además, se deban las condiciones para que esta fuera una buena fotografía, aunque ella nunca lo supiera.

Una vez logrado mi cometido, guardé la cámara y la fui a despertar, le quité del pecho a la cachorra traidora, que a las primeras de cambio se fue con Valentina y me arrodillé frente a ella.

-Hey, te has dormido en el sofá.

-mmm Lo siento, estoy un poco cansada la verdad.- Se sentó en la orilla del sofá- Creo que me iré a la casa- iba a decir algo más pero el estruendo de afuera la interrumpió.

Como pensé hace un momento, debido a la tormenta nos quedamos sin luz y afuera estaba completamente oscuro. Si de por sí no iba a dejar que Valentina se fuera así, menos lo haré ahora que está completamente oscuro.

-Ven vamos a dormir- la tomé de la mano y la guie a mi dormitorio.

-En serio no pasa nada, me puedo ir y te puedo avisar cuando llegue.

-No, quiero que te quedes. Prefiero no arriesgarme porque al parecer la tormenta está causando estragos y no quiero que la jugadora estrella le suceda algo por mi culpa. -sonrío

-No te quiero incomodar, quizás esto es demasiado para ti y no te quiero abrumar con mi presencia- confiesa

Aww por cosas como estas siento que es tan especial, que en definitiva me hace querer no hacerle daño.

-Cuando esté incómoda te lo diré, pero ahora quiero que te quedes conmigo. No quiero que te suceda nada, ni si quiera que pesques un resfriado.-Le dí un beso en la comisura de sus labios, me pude dar cuenta que sonrío. Sus margaritas se deben de ver hermosas, pero como estamos sin luz apenas distingo sus rasgos.

30 Razones Para AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora