✾•Día [01]•

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POV Seokjin

Lamentablemente los tres días que le había prometido a Taehyung se habían convertido en un mes ¿Cómo demonios se pasaba así de rápido el tiempo? Mi mente no lograba idear un plan adecuado y lógico.

Una idea que había tenido era lanzarnos por la ventana pero ¿Caeríamos vivos desde el décimo nivel? No lo creo.

Meterlo en una maleta, imposible que su cuerpo se acoplaría a una, y encima seguramente lo desnucaría. Así qué un plan tan estúpido cómo esos no funcionaría, y el escaparse cómo Rapunzel, no era tan mala idea, pero ninguno tenía cabello largo.

Además caeríamos al instante, por lo que regresamos a la primera opción, los pasillos se hacían muy largos, en ocasiones podía sentir cómo estos se hacían eternos.

Doctor Kim.

—Ahora no niña.

—Pero doctor, necesita revisar estos documentos. —Detuve mis pasos, sintiendo cómo el cuerpo de aquella chiquilla chocaba contra mi espalda.

Giré sobre mis pies, quedando cara a cara con ella, con timidez, sus manos levantaron la carpeta y un lapicero. Sus ojos aunque me esquivaban podía notar cómo estos estaban un poco cristalizados, siendo acompañados por una expresión de tristeza reflejada en su rostro.

¿Qué es esto? —Tome el lapicero junto a la carpeta, echando una mirada a las hojas a perchadas que estaban dentro.

—Su renuncia.

—¿Cómo dijo? —¿Me veía cara de que estaba de ánimos para una estúpida broma? Levanté la mirada de los documentos, buscando un indicio de burla, pero su mirada estaba clavada en el amarillento piso.

... Lo siento mucho doctor Kim.

—Se supone que debo firmar esta mierda, cuándo el director no tiene los suficientes huevos para enfrentarme, pues sabes... —Cerre la carpeta, tomando está de forma horizontal, rompiendo aquel pedazo de manila en dos. —Dile a ese tipo patético, que se meta mi renuncia por el culo, que yo me iré de aquí cuándo quiera.

—Pe... Pe... Pe... —Sus labios temblaban al querer articular alguna palabra.

Sin decir más, giré nuevamente sobre mis pies, para comenzar a caminar y encontrar aquel cabeza de remolacha, que si bien, no lo pude tratar bien pero ese chiquillo era cómo un chicle en mi zapato, por ello, no dudaba en que a él se le podía ocurrir alguna idea.

Sólo pedía que no fuera una idea más estúpida que las mías.

¿Dónde estás mocoso del demonio? Cuándo quiero ver tu estúpida cabeza de fósforo no apareces.

Abrí la puerta del área de descanso, no había nada más que dos estúpidos hormonales a punto de tener sexo.

¡Oiga! —El chiquillo cubrió su entrepierna con la bata, mientras que la chica se escondía detrás de él.

—¿Se supone que esa miseria te hará gritar niña? —Escupí aquellas palabras con evidente sarcasmo, ganándome un gruñido por parte del mocoso. —¿Te crees perro para gruñir?

—¿Por qué no se larga?

—Porque no se me ronca la gana, mejor dime ¿Has visto a Hoseok?

Apoye mi cuerpo en el umbral de la puerta, comenzando a escrudiñar mi uñas mientras esperaba una respuesta que me dejara satisfecho.

Pues búsquelo si lo quiere.

Hoy ¿Quién eres? [JinTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora