✾•Personalidad [05]•

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[12 años, 16 de Octubre ]

Mamá ¿Papá cuándo volverá?

—No lo sé. Mamá se levantó de la mesa, dejándome solo en el comedor. La silla de papá estaba vacía desde ya hace dos meses. —Quizás ya ni vuelva.

—¡Mentira!

—¡No me grites Taehyung! El sonido de la porcelana quebrarse contra el metal del lavaplatos retumbo en mis oídos.

El golpeteo de los zapatos de tacón se escucharon avanzar con fuerza hasta detrás de mi silla. Apreté el cubierto, llenando mi boca con brócoli y masticarlo con enojo, sin importarme el hecho que había mordido mi mejilla interna un par de veces.

—Estoy cansada, de ti, de Yoongi. Jalo con brusquedad mi silla, haciendo que mi cabeza golpeara contra el respaldo por la sorpresa.

Subí mi mano, acariciando el área afectada. Giré sobre mi lugar viendo con tanto coraje a mamá, el ultimo mes, llevaba siendo irritable, no era la mujer amable o cariñosa que mostraba siempre ser.

—Pues vete.

—¿Me estas echando? Señalo su pecho con su dedo, me levanté de la silla empuñando mis manos contra la orilla de mi suéter.

—Desde que papá se fue, me regañas todo el tiempo, te la pasas molesta, me has obligado a peinarme y vestirme de manera que no me gusta, y siempre que pregunto por papá ¡Me dejas hablando solo!

—Es porque me tienes cansada con el mismo tema. Tiró de su cabello molesta, tensando su mandíbula.

—¡Espero que papá regrese pronto y tu te vayas! Salí del comedor corriendo escaleras arriba, abrí con prisa mi habitación y cerrar la puerta con la misma prisa que llevaba.

—¡TAEHYUNG VEN AQUÍ!Puse el pestillo a la puerta, para abrir el armario y esconderme entre mi ropa. Cubriendo mis orejas con mis manos, ocultando mi rostro entre mis rodillas.

—Papá vendrá pronto, papá vendrá pronto.

—¡Abre la puerta Taehyung! Dos, tres, cinco golpes sobre la madera. —Abre esa puerta. Negué repetidas veces, mojando con lagrimas la tela en mis rodillas.

Las cosas iban mal, mamá se había vuelto menos tolerante, el profesor Dylan siempre inventaba excusas baratas para convencer a mamá y los demás profesores a dejarme bajo su cargo después de clases, todos parecían estar dentro del bolsillo del profesor, creyendo sus mentiras tan fácilmente.

Descubrí mis orejas al ya no escuchar los constantes golpes y gritos de mamá. Sorbí mi nariz apoyándome en mis rodillas, a través de las rendejillas de las puertas del armario, pude echar un vistazo a mi alrededor, observando como la luz debajo de la puerta no era alterada o había señas de que mamá siguiera tras ella.

Con cuidado de no hacer ruido, abrí la puerta. Gateando por el piso hasta llegar a mi cama y buscar abajo de está mi mochila, sin importarme si caían bien o mal, comencé a tirar los cuadernos y libros por el aire hasta encontrar lo que buscaba.

Acaricie con cuidado la pasta del cuaderno, sintiendo cómo nuevas lagrimas se juntaban en mis ojos, haciendo que mi vista se nublara. Tomé aire, levantando mi cabeza para tratar que las lagrimas no salieran y escurrieran por mis mejillas. No me gustaba la sensación pegajosa que dejaban ellas en mi piel.

Me acomode sobre mis piernas, pegando el cuaderno sobre mi pecho, aferrándome a él, deseando tanto porque papá volviera pronto y así poder enseñarle mis dibujos, tal y cómo él me había dicho que hiciera cuándo volviera. No quería creerle a mamá.

Hoy ¿Quién eres? [JinTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora