XVIII

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¿Dónde estuviste?

¿Dónde piensas que estuve? su mirada ardía.

No tengo idea, por eso te pregunto. sonrió levemente.

Estuve cuidándonos, desde lejos. volvió a mirar el cielo azul. Los extrañé, mucho.

Quise decirle algo pero no se porqué no pude, las palabras no salían, por lo que decidí quedarme a admirarle. ¿Cuándo esto escaló tan rápido? aún estoy confundida.

Yo también me lo pregunto, ¿cuándo fue que te volviste tan importante? me miró, ¿acaso pensé en voz alta?—. Supongo que llegaste en el momento indicado, antes de que todo acabara. nuestros ojos se encontraron y antes de hundirme en sus brazos me permití hacerme una última pregunta.

¿Antes de que todo acabara?




Tenía mucho calor y sudaba un poco al abrir los ojos, rodé en la cama con incomodidad y aún con los ojos cerrados sacudí la colcha que llevaba encima, lanzándola lejos. Abrí un poco los ojos observando que estaba oscuro, ¿cuánto había dormido y cuándo lo hice?

Me senté en la cama y pegué un grito por lo bajo cuando visualicé en la esquina de la habitación a Taehyung sentado en una silla durmiendo. ¿Qué coños hace ahí? con el corazón latiendo rápido me puse de pie y me di cuenta que el piso estaba frío, ¿por qué yo sudaba entonces?
Me acerqué a él y le toqué el rostro, sí era él.

Sí es él. Mierda, no me puede ver.
Me di la vuelta con intención de caminar hacia el baño pero cuando iba a mitad de camino le escuché hablarme.

— ¿Tania? —no dejaré que me veas la cara.

Corrí hacia la puerta del bañó pero no pude cerrarla porque un peso del otro lado de esta impedía que lo hiciera. Es rápido.

— ¿Qué haces? ¿por qué te quieres encerrar? —ciertamente me preocupa como reaccione, encima no estaba preparada mentalmente para verlo hoy, creí que como de costumbre desaparecería unos días—. Oye, oye, te estoy hablando. —dejé de luchar y le di la espalda mirando hacia la ducha. Lo escuché cerrar la puerta detrás de mi—. ¿Qué sucede?

— ¿P-por qué estabas en esa silla? —mordí mi labio inferior. Mierda, me va a ver.

— Ah. —soltó una risa—. Tu papá, me dijo que estabas durmiendo, que te podía esperar pero sentado en esa silla. Estuvo todo el rato metiendo la cabeza por la puerta para asegurarse de que no me hubiera movido. —lo escuché reír nuevamente—. ¿Por qué? ¿por eso estás así? —me agarró desprevenida de la cintura y me volteó rápidamente, casi dejo de respirar pero me dio tiempo a bajar la mirada—. Oye, ¿qué sucede? —trató de tomar mi mentón pero detuve su mano tomándola entre las mías—. ¿Estás bien?

— Te extrañé, eso es todo. —mi voz casi se rompe, porque era cierto, pero también era cierto que no había dejado de llorar antes de dormir pensando en todo lo que me dijo Hyeji, ¿y si es cierto que no le brindo satisfacción, que le doy asco?

— Yo también te extrañé mucho y.. —trató de subirme el rostro pero lo impedí esquivando su mano de mi rostro, bien ya se dio cuenta. ¿Qué? ¿pasa algo? —negué lentamente. Sin darme cuenta se me había salido una lágrima y me encontraba sollozando, odio estar tan sensible, yo no era así.

Lo volvió a intentar y cuando me subió el rostro lo único que pude hacer fue cerrar los ojos, no quería ver su expresión.

— ¿Tania? ¿qué te ocurrió mi amor? —mi amor.

— Nada, yo.. -abrí los ojos y traté de salirme de su agarre pero cuando nuestras miradas conectaron mi corazón se contrajo como lo hizo hoy más temprano.

— ¿Quién te hizo esto? —su ceño se frunció y otro par de lágrimas se escaparon de mis ojos. ¿Qué es lo que me duele tanto? a este punto ni sé—. Fue en clases, ¿cierto? —su tono se volvió rudo—. Dime maldita sea. -no gritó pero las palabras fueron suficiente para hacerme temblar.

— No pude defenderme, sino yo lo hubiese hecho pero no sé que me pasó y..

— Está bien mi amor, lo sé. —me dio un abrazo. Sus cálidos abrazos. Voy a matar a quien se haya atrevido a golpearte. —se volvió a alejar de mi tomándome el rostro entre sus manos—. Te lo preguntaré una vez más, creo saber quién fue pero necesito que me lo digas. —con sus dedos quitó las lágrimas que salían sin permiso—. ¿Quién te hizo esto?

— Hyeji. —no dijo nada por unos largos segundos, solo nos mirábamos y dentro de mi cabeza rondaban y estallaban en cada esquina las palabras que la anterior mencionada me había dicho esta tarde. Dime Taehyung, ¿eso es cierto? yo siento que no te conozco.

— Me las va a pagar. —apreté sus manos cuando las alejó de mi rostro, quería hablar y preguntarle muchas cosas pero nuevamente no pude articular una sola palabra, ¿desde cuándo me había vuelto tan tonta?—. ¿Te hizo algo más? ¿qué te dijo? supongo que te dijo muchas cosas, dime, habla conmigo. —creí que estaba por dejar de llorar pero no sabía que me equivocaba hasta que escuché esas palabras. Sí, quiero hablar, decir y preguntar un millón de cosas, quiero hacerlo pero un miedo a la verdad me lo impide, ¿por qué Taehyung?

— ¿Tania? —la voz de mi papá se escuchó y Taehyung a cambio de mi, ni se inmutó.

— ¿S-Sí? —aclaré mi garganta.

— ¿Y Taehyung? ¿se fue?

— Este.. él... —no hallaba qué decir, él no hacía nada más que mirarme. Ayúdame maldita sea.

— ¿Está ahí contigo? —un silencio—. Muchacho, ¿se te olvidó lo que te dije? sal de ahí en este mismo instante. —golpeó la puerta haciéndome sobresaltar.

— Cariño, ¿qué haces?

— Ese muchacho irrespetuoso, sabía que no era nada bueno. ¡Taehyung, sal de ahí! —volvió a golpear la puerta.

— Cariño, no seas ridículo, vamos. Sal de aquí, quien no debería de estar aquí eres tú.

— Pero mi hija está ahí dentro con él. -sonó indignado por lo que no pude evitar soltar una pequeña risa. La expresión de Taehyung se suavizó y tomamos un poco de distancia.

— Vamos, vamos, fuera. —escuché unos pasos y seguido la puerta.

Silencio.

Respiré profundo y me di la vuelta hacia el espejo, tomé mi cepillo de dientes y le puse pasta dental. Miré el espejo mientras empezaba a cepillarme y lo vi a través de este recostado en la pared, mirándome de igual manera.

Taehyung, ¿te doy asco?

Through the Sky.  ||  K.THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora