La bella estrella brilla haya, algún deseo pedirán. Y cosas mágicas vendran.
Aquí en esta noche...—aquel sapito feo la miró con sus ojos redondos y tristes y suplico “¡por favor, bella princesa, solo un beso tuyo puede romper este terrible hechizo que lanzó sobre mi una malvada bruja” —leyó Sarah Rogers, mientras acomodaba la cinta de la cintura de un hermoso vestido.
Virginia, una pequeña rubia que abrazaba a su gatito con emoción se inclino al rubio a su lado —ahí viene mi parte favorita —murmuró
:—la bella princesa se sintió tan conmovida por la súplica, se inclino— dio una puntada con hilo y aguja en el moño roja —tomó en sus manos a la viscosa creatura, se levantó, la acercó a su boca —la rubia a sentía emocionada, mientras el rubio negaba con una mueca de asco —la acercó hasta sus labios y ¡le dio un tierno beso! —
—oww—Pepper soltó al gatito y miró ensoñada a la mujer que le contaba la historia.
—agh... —el rubio sacó la lengua y fingió arcadas.
—¡entonces el sapo se transformó en un apuesto príncipe! —Sarah pasó la sigue te hoja del cuento —se casaron y vivieron felices para siempre —corto los extremos largos del lazo que estaba perfeccionando —el fin—
Pepper levantó sus brazos en el aire y cayó de espaldas, golpeteo el piso de la emoción con una gran sonrisa en su rostro —¡sii! ¡Leelo otra vez, leelo otra vez! —pedía contenta.
—lo siento Pepper, ya debemos volver a casa —levantó a la rubia y coloco el lazo en su cintura —di adiós, Steve.—
—¡yo no haría algo así por nada del mundo! —aseguró el pequeño Steve cruzandose de brazos —¡juro que jamás, jamás, de verdad jamás, besaría un sapo, agh! —
Pepper sonrió grande —¿eso crees? —con una sonrisa ladina y unos ojitos pícaros le coloco un disfraz compuesto de una calceta verde con dos grandes oyos y dos botones de diferere color a los lados al pobre gatito que se había sentado junto a ella —¡aquí esta tu princesa, Steve! —tomó al felino en sus manos y lo acercó a la boca de rubio —¡un besito y ya! —pedía la niña empujando al pobre felino.
—¡no, dejame! —gritaba el pequeño rubio
—beso, beso, beso— Pepper lanzaba besos, Steve la empujó y ella cayó de espaldas al suelo.
—¡no quiero, no quiero y no quiero!
Pepper se levanto con una gran sonrisa, dando saltitos —¡yo si lo haria, besaría un sapito! Yo besaría siento de sapos para casarme con un príncipe y ser una princesa —dijo ensoñada, aplastando al gatito en un fuerte abrazo del que quería huir.
Pepper beso al gatito con fuerza tanta que el felino asustado no dudo en saltar directo al techo y quedarse ahí con las garras metidas en la seda rosa. Los dos niño rieron a carcajadas.
Sarah se había colocado su abrigo, miró molesta a los infantes —¡dejen de molestar a ese pobre gatito! —les reprendió y con cuidado bajo al gatito del techo y lo devolvió al suelo, quitándole el disfraz de sapo. El gatito salió gateando del miedo con las uñas bien incrustadas al suelo en cada paso. —pobre pequeño —
Un hombre rubio y alto, con un traje elegante entró al cuarto —¿como estas, Sarah? —le preguntó a la mujer.
Pepper se levantó son rapidez y corrió hacia el hombre —¡Papi, papi, mira mi vestido nuevo! —dio giros para que su padre viera el hermoso vestido rosa —¿no crees que es bonito? —
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El príncipe y el sapo
أدب الهواةEl trabajador y ambicioso, Steve sueña con algún día abrir el restaurante más fino de Nueva Orleáns. Su sueño se desvía un poco cuando conoce al príncipe Tony, quien ha sido transformado en un anfibio por Whitney Frost. Confundiéndolo con un prínci...