Capitulo 25.

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YOONGI.

Eran las 11 de la noche cuando estaba tocando la puerta de la casa de Jimin. Sabía que su mamá se iba temprano porque casi siempre coincidían con los horarios de mi madre en el hospital. Ellas se habían echo buenas amigas y me alegraba muchísimo, ya que mi madre, luego de que mi padre nos abadonara, no se relacionaba con mucha gente.

Sonreí ampliamente al ver a Jimin abrir la puerta vestido con un remeron largo, que apenas llegaba a tapar su cola. Me acerque a él dejándole un beso en los labios y pase mientras el cerraba la puerta.

— ¿Que has estado haciendo? —le pregunté mientras me quitaba la campera para dejarla colgada y me dirigí hacía el sofá para tomar asiento.

— Mh, nada en realidad. Tomé una larga ducha y luego me quedé acostado esperando a que mamá se fuera. —se sentó a mi lado, subiendo sus piernas sobre las mías.

— ¿Me estabas esperando cierto? —lo mire con picardía, dejando caricias en sus piernas, subiendo por sus muslos. Jimin solo asintió y se acercó más hacia mí sentándose en mi regazo.

Paso sus brazos al rededor de mi cuello y yo coloqué mis manos en su cintura. Nos miramos por unos segundos y noté como sus ojos brillaban, como si estuviera ilusionado. Y justo en ese momento me di cuenta de lo enamorado que estaba de él, lo mucho que lo amaba. Y que aunque quisiera ya no podía separarme de él. Acaricié su mejilla con una de mis manos y junté nuestros labios formando un beso suave y delicado. Cerré mis ojos ladeando un poco mi cabeza sintiendo el dulce sabor de sus labios, mientras que Jimin se acomodaba mejor entre mis piernas colocando las suyas a cada lado de mi cadera.

Bajé las manos hacia sus glúteos, los cuales masajee con delicadeza y apreté varias veces. El beso cada vez se iba volviendo más intenso, haciendo subir la temperatura de ambos cuerpos. El remeron de Jimin había sido la prenda perfecta para la ocasión, ya que solo debía meter mis manos dentro de la tela para sentir la suave piel del rubio.

Sin poder aguantar más me separé de sus labios, lo mire sonriendo unos segundos sintiendo solo el ruido de nuestras respiraciones, las cuales ya estaban algo agitadas. —¿Y si mejor vamos arriba? — murmuré sobre sus labios y el asintió, se levantó y esperó a que yo lo hiciera.

Antes de que comenzara a subir las escaleras tomé de su mano y tire de él para pegar su cuerpo contra el mío. Deje un par de besitos sobre sus labios y lo levanté haciendo que rodeara mi cintura con sus piernas. Jimin soltó una pequeña risa mientras se aferraba a mi cuello, haciendo que su peso fuera más ligero.

Subí las escaleras dirigiendome hacia su habitación, como ya sabía dónde quedaba no me costó nada llegar. Cerré la puerta como pude, mientras que Jimin dejaba besos en mi cuello yo acariciaba su espalda. Lo recosté en la cama, subiendome arriba de el y colocando mis caderas entre medio de sus piernas. Sus labios volvieron a unirse con los míos, abriendo mi boca para darle paso a mi lengua y hacer que jugara con la de él.

Mientras hacíamos una guerra de besos Jimin no dudo en sacar mi remera, tirandola hacia un costado. Desabrochó mi pantalón y lo bajó, con ayuda logré quitarmelo quedando solamente con mi ropa interior puesta. De un segundo a otro me encontraba acostado y Jimin arriba mío, bajé mis manos hacia sus glúteos mientras seguíamos besándonos. Luego se separó y se adueñó de mi cuerpo, dejando que el hiciera lo que quisiera en aquel momento.

Cómo si hubiera estado leyendo mis pensamientos comenzó a dejar besos por mi cuello, bajando hacia mi pecho y haciendo un camino por mi abdomen hasta llegar a la pelvis. Lentamente bajó el elástico de mis boxers y tomó mi miembro con su mano, comenzó a frotarlo de arriba hacia abajo con lentitud, lo cual hacía que comenzara a volverme loco. Con mis ojos cerrados y soltando leves gemidos, Jimin comenzó a hacer su trabajo con la boca en mi parte íntima. Mis manos fueron directo hacia su cabello enredando mis dedos en el para acompañar a los movimientos.

Bad Boy~  [+18]  Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora