Bad Boy~ [+18] Yoonmin

Capítulo 31.

YOONGI.

Pasaron cuatro días y yo aún seguía deprimido. Me sentía súper culpable, angustiado, triste e impotente. Jimin no se había separado de mi en éstos cuatro días, la verdad que no sabía que iba hacer sin el.

Había estado tan concentrado sintiéndome culpable que había olvidado que tenía el concurso en tan solo dos semanas. Así que me levanté de la cama, tomé una ducha larga para relajarme y me senté en mi escritorio a tratar de escribir.

Al principio me costó concentrarme, pero luego tuve una idea. Saque mi celular y puse una foto de Jimin y yo juntos, la que nos tomamos la primera vez que fuimos al bosque. Sentados en el pasto, cerca de la laguna.

Cómo si hubiera escuchado mis pensamientos mi teléfono comenzó a sonar indicando que me estaban llamando. Contesté y automáticamente sonreí al sentir la voz de Jimin.

— ¿Cómo estás cariño? ¿Estás ocupado?

— Mh.. algo así. ¿Porque? — le pregunté algo intrigado, por lo general el nunca me preguntaba eso, simplemente me avisaba que venia a mi casa o que nos encontraríamos en algún lado.

— Por nada.. mh ¿Puedes salir a la puerta?

— Eh.. si, claro. Ya salgo.

— Ok, bye.

Cuando colgué, me puse una remera, las zapatillas y baje rápido las escaleras. Me encontré con mi hermana en el sofá viendo una película y comiendo helado desde el pote. Le sonreí y salí rápido a la puerta.

Al abrir me encontré con Jimin sosteniendo unas bebidas y una bolsa con varios paquetes de frituras.

— ¿Que haces Jimin? — sonreí mirándolo. A lo cual el respondió dejando un beso rápido en mis labios.

— Hablé con tu hermana y me dijo que estabas encerrado en tu habitación, así que supuse estabas escribiendo..

— Si pero.. ¿Y todo eso?

— Pues me pareció una buena idea si te hacía compañía. Me quedaré sentado a tu lado o acostado en la cama para no molestarte.

Mi impulso fue más allá de mis pensamientos. Simplemente me acerque a él y lo rodee con mis brazos escondiendo mi rostro en su cuello. No podía explicar con palabras lo agradecido que estaba con el, por acompañarme en todo.

Subimos hacia mi habitación y, como Jimin había dicho, simplemente se quedó allí a mi lado sin decir una palabra. De vez en cuando nos dábamos besos o algunas caricias mientras yo escribía. Por alguna razón la inspiración llegó con todas sus fuerzas hacia mi, dejando que escribiera y escribiera.

Cayendo la noche bajamos a cenar con mi hermana, mi sobrino y mi madre. La cena fue tranquila mientras hablábamos de todo un poco. Hasta que Jimin me dijo que era hora de contarles que hacía música y que estaba por participar en un concurso que podía llegar a cambiarme la vida.

— Así que estoy escribiendo mi nueva canción para el concurso. — luego de contarles toda la historia me quede mirandolas, esperando por una respuesta.

— ¡Oh bebé! — gritó mi madre con lágrimas en los ojos. — Estoy muy orgullosa de ti y estoy segura que ganarás ese concurso. — se levantó y rodeó la mesa para llegar hasta donde estaba y me abrazó con fuerza.

— Gracias mamá.

— Te felicito idiota, siempre supe que hacías música. — comentó mi hermana.

— ¿Cómo que lo sabías?

— Aunque no lo creas tu sobrino habla y me ha contado las veces que cantas o tocas la guitarra en tu habitación.