Capitulo 24.

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— Has vuelto niñito.. ¿vienes a buscarme? — arrastraba las palabras y por el olor podía darme cuenta de lo borracho que se encontraba. Ni si quiera lo mire. Solo negué con la cabeza.

— ¿Ah no? Eso me hace sentir decepcionado de ti.. sabes, no he dejado de pensar en ti desde aquella noche. Cuando tiraste mi droga. —se acercó más hacia mí y yo sentí como mis ojos se llenaron de lágrimas. Quería llorar a gritos y decirle que me dejara en paz, pero como siempre ninguna palabra salió de mi boca.

— D-dejame en paz. —fue lo único que pude articular. Acercó su boca hacia mi oído y dejó un beso en el lóbulo de mi oreja.

— ¿Porque no mejor vamos a un lado más tranquilo? —volvi a negar rápidamente e intenté levantarme pero él fue más rápido que yo y me tomo del brazo con fuerza para comenzar a caminar hacia la salida. En todo el recorrido quise soltarme de su agarre pero el tenía mucha más fuerza que yo.

Lo peor de todo es que la gente miraba y no decía nada. Deben haber pensado que éramos una pareja y que tenían una discusión como cualquier otra. Logré mirar hacia mi costado y ví como el le sonreía a la gente diciéndole que no pasaba nada. Al llegar a la puerta tome del brazo al guardia, el cual me miró sorprendido.

— ¿Ocurre algo? —pregunto el señor de tez morena y cuerpo enorme. Antes de que yo pudiera hablar el ya me había sacado del lugar. Se dió la vuelta y le dijo al guardia que solo teníamos una discusión de parejas pero que íbamos a solucionarlo. Me sentí un idiota, podría haber reaccionado pero estaba paralizado por el miedo.

Me llevó a un callejón que se encontraba a unos pocos metros del bar. Por suerte ví a unos chicos que venían en dirección hacia nosotros, así que lo primero que hice fue comenzar a gritar. No sé de dónde me salió la fuerza y me solté de su agarre, salí corriendo y me puse detrás de los chicos mientras lloraba con desesperación.

Ellos me preguntaron que pasaba y yo simplemente les decía que lo alejaran de mi. Aquel hombre despreciable se quedó parado frente a los dos chicos y me miró con odio puro.

— Ya volveré por tí, niño. — se dió la media vuelta y se fue caminando entrando nuevamente al bar. Los chicos me preguntaron si estaba bien y si necesitaba algo, yo solo necesitaba a Yoongi. Así que tome mi teléfono y lo llamé, no podía hablar, sentía como mis piernas estaban muy débiles al igual que mis manos. Mi voz temblaba y no podía dejar de llorar.

Cuando me dejaron solo me senté en el suelo justo en el callejón, sin darme cuenta abracé mis piernas y apoyé mi frente en mis brazos, llorando desconsoladamente. No sé cuánto tiempo estube así desde que llame a Yoongi. Solo recuerdo cuando llegó, me contuvo y me llevó hasta su casa. Me sentí agradecido por tener una persona cómo el a mi lado. No hizo preguntas, simplemente me abrazó mientras yo lloraba, descargando todo aquellos nervios y miedos que había sentido unas horas atrás.

Nos encontrábamos sentados en su cama, ya le había contado toda la historia a duras penas. De vez en cuando paraba para llorar y luego seguía. Lloraba porque no pude hacer nada más que huir como un cobarde. Tendría que haberle pateado a la cara en cuanto pude, pero el miedo me paralizó en todo momento.

Yoongi me volvió abrazar haciendo que mi cabeza se apoyara sobre su pecho. Rodee su cintura con mis brazos y me aferré a él, sintiendo su aroma que me calmaba y sus caricias en mi espalda hacian que me relajara por completo.

— Voy hacer lo posible por encontrar a ese hijo de puta y matarlo a golpes.

— No puedes hacer eso, Yoongi. Te han perdonado una vez, no creo que lo hagan de vuelta. — sabía que el tenía que cumplir con un trabajo comunitario por casi matar a golpes a quien había sido su mejor amigo. No podía dejar que cometiera el mismo error.

Bad Boy~  [+18]  Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora