Miró el celular al menos por diez minutos seguidos. Lo acomodó en el interior de sus manos blancas, y luego, en un movimiento desesperado, comenzó a intercalarlo de un lado a otro, encendiendo la pantalla de vez en cuando para revisar las notificaciones. Ninguna notificación.
Estaba sumamente nerviosa, eso era un hecho más que eminente. Y eso era algo raro en ella.
Se sentó en la cama, rendida al fin. Dejó caer todo su peso sobre el colchón y se dedicó a contemplar el techo de su habitación antes de decidirse a observar la pantalla del celular una vez más. Tuvo que morderse el labio inferior para calmar sus ansias. ¿Por qué una acción tan sencilla, como marcar un número en el teléfono y llamar, le era tan difícil? Por supuesto que no era porque no tuviera nada que decir, ella era Ino Yamanaka y ella siempre, siempre, tenía un tema de conversación. Sin embargo, con aquella persona era diferente. Él venía a armar toda una revolución en ella.
Suspiró tendidamente y estiró las piernas a modo de berrinche. Lo odiaba, sí, por complicar su existencia. Sin explicarse porqué los nervios la estaban comiendo viva. Era obvio que quería hablar con él, que amaba su voz varonil y el tono despreocupado, también era cierto que quería verlo. Pero no se animaba a llamarle, simplemente era así.
Ino no era tímida, para nada. Por eso se remordía en su interior.
Deseaba, más que nada en el mundo, hablarle, pero ¿cuál sería su excusa? No podía llamarlo así como así. ¡No! Si ella daba el primer paso y no él, seguramente pensaría que estaba desesperada y se trataba de una urgida. Claro que lo estaba, pero él no tenía porqué enterarse.
Ino suspiró nuevamente, sintiendo el pulso de su corazón latir a gran velocidad, perdida en los corazones pintados en su pared, y eso la hizo avergonzarse todavía más. ¿Acaso era demasiado infantil? Y en medio del patrón irregular de la decoración, una gran idea apareció, como iluminándola. Sus ojos se ensancharon y luego sonrió con cierta malicia.
La tarea. Claro, ¿cómo es que no se le ocurrió desde un principio? Esa era la excusa que necesitaba. Se abofeteó por ser tan tonta. En verdad, ese chico la ponía así.
Ya estaba preparando la historia que utilizaría, donde le pediría que le explicara el método para resolver ecuaciones de segundo grado, entonces fingiría no entender y entraría en un estado de estrés, y si corría con suerte, entonces él la abrazaría para consolarla. Ella levantaría el mentón diez milímetros y se encontraría con su mirada preocupada, y entonces se besarían.
¡Sí! Justo así era su plan perfecto.
Con el número ya puesto empezó a marcar. El sonido de espera en la otra línea provocó que enloqueciera. ¿Por qué no contestaba? Uno, dos, tres tonos más.
—Hola —saludó monocorde. Desde la bocina podía darse cuenta que el chico había estado durmiendo, y eso le causó mucha ternura. Y aunque quería decirle lo "sutilmente" sensual que sonaba así, no dijo nada. Se quedó muda, arrepentida por haberlo despertado de esa forma, sabiendo lo mucho que él disfrutaba dormir—. Tks. ¿Ino, eres tú?
—¿Ah? —se sobresaltó repentinamente, volviendo a la realidad. Le costaba creer que no pudiera hablar con total normalidad cuando se trataba de él. Quizá porque lo conocía desde niño, o porque era su mejor amigo, y en el fondo, ella sabía que no era correcto que se enamorara de él. Shikamaru y ella eran tan cercanos, y posiblemente tenía miedo de arruinar una amistad tan especial como la suya, porque Ino podía soportar tener un amor no correspondido, pero jamás podría soportar que Shikamaru se alejara por confesarle sus sentimientos.
—Mujer problemática, sigo en espera.
Ino lo escuchó bufar.
—Ah, no quise... yo... ¡Ah! Sólo vuelve a dormir, maldito holgazán.
Hubo un momento de silencio en el que pensó que Shikamaru había cortado.
—No podría hacerlo aunque quisiera, porque ahora no estaré tranquilo hasta saber por qué me llamaste, problemática.
—Uhm —cruzó las piernas y tamborileó los dedos de la mano izquierda—. En realidad, esperaba verte. Es decir, no entiendo los estúpidos problemas de álgebra, y no puedo avanzar más allá de lo mismo —habló rapidísimo.
—Ajá. ¿Y ahora la verdadera razón?
Ino resopló molesta.
—Estoy diciendo toda la verdad —se enojó—. Odio todo lo que tenga que ver con números y letras, y lo importante es que tú eres un cerebrito que sabe de esas cosas.
—Ajá.
—¡Estoy diciendo la verdad! —repitió casi gritando, y estuvo bien segura que Shikamaru despegó la oreja de su celular para no quedar sordo—. Como quieras. Fue una pérdida de tiempo hablarte.
—Entonces si no me hablaste para nada, iré a dormir un rato más.
—¡Eres un maldito perezoso! ¡Dijiste que no podrías volver a dormir!
—Reina de los dramas.
—¡Ash! —infló las mejillas de manera que pudiera contener los insultos no apropiados.
—Mujer problemática, eso eres —hizo una pausa—. Estoy lo bastante seguro de que luces linda con tus largos cabellos despeinados, y esas mejillas enrojecidas de rabia, y tus labios... Sobre todo tus labios, que seguro estás mordiendo para evitar soltarme un montón de groserías.
Se sonrojó completamente hasta la raíz del cabello, olvidándose de su enojo.
—Idiota —dijo de manera dulce.
—Tks. Es idiota que le pidas que te explique álgebra a alguien que ya es idiota.
—Eres el genio más idiota que conozco en toda Konoha —jugó distraídamente con el colguije que prendía de su celular. Era un pequeño muñeco de Harry Potter de su serie favorita de libros que le había regalado Shikamaru en su cumpleaños—. Realmente quería escuchar tu voz.
—¿Solamente mi voz? Tks. Debo suponer qué no querrás verme, ¿verdad?
—¡Por supuesto que quiero verte ahora mismo! Quiero decir...
—Si es así, te bastará con que mires por tu ventana.
—¿Qué?
Todo el cuerpo le empezó a brincar. Ino corrió descalza hacia la ventana, y con el celular pegado al oído, se asomó mirando cuesta abajo.
Allí estaba él, debajo de su ventana hablándole por celular. Seguramente estaba por tocar la puerta de su casa cuando notó que le estaba llamando, y quiso darle una pequeña sorpresa. Eso la conmovió, fue como si toda su vida se hubiera reiniciado desde cero y sólo existieran los buenos momentos.
Sin pensarlo dos veces, se apresuró a bajar las escaleras de dos en dos, aventando su celular sin siquiera darse cuenta de dónde había conseguido caer.
Qué importaba todo lo demás si Shikamaru estaba para ella.
.
Fecha original: Ene 04, 2011.
Créditos al autor de la imagen.
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Memories [Ino Multishipper]
FanfictionColección de Drabbles y One-Shots independientes. Multishipper. Ino x All "Por cada página en blanco, prometo escribir una memoria. Un recuerdo nuevo formado entre líneas". Durante más de diez años me he encargado de escribir todo acerca de Ino Yama...