|29| Kigurumis

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Cruzó miradas con él por más de diez segundos. Definitivamente, no estaba dispuesto a bajar la guardia. Durante toda su vida siempre se mantuvo al margen de todo. La guerra y su infancia le hicieron aprender a no confiar en nadie.

Un Uchiha jamás de los jamases perdía. Y él no sería el primero en hacerlo, ni ahora ni nunca.

Es por eso que no se fiaba de él.

Sasuke no perdería contra ese niño. ¡Nunca!

—¿Te estás burlando de mí? —le preguntó de forma inocente, y el azabache enseguida negó con la cabeza—. Yo creo que sí.

—No lo estoy haciendo —intentó controlarse para no perder los estribos.

—Te estás burlando porque piensas que soy un tonto —infló sus mejillas ahora sonrosadas, y su largo cabello rubio se le vino a la frente. Sasuke ahogó una risa—. ¿Ves? ¡Ahora sí te estás burlando!

—¡No lo hago! —se inclinó sobre el sofá, desafiándolo fríamente con los ojos—. Sólo pienso que eso es para bebés. Y tú ya eres un niño grande.

—¡Mientes! —gritó a punto de armar un berrinche. Sasuke tensó los músculos de la cara, ¿por qué diablos todavía no bajaba su madre?—. Hay Kigurumis para grandes también, y el mío de dinosaurio es muy lindo. Deberías usar uno tú si quieres ser lindo para mamá.

Uchiha hizo una mueca de disgusto mezclada con horror.

—¡Ni lo pienses!

—¡Si quieres gustarle más a mi mamá, deberías ponerte uno también! Mi papá los usaba y no ponía cara fea como tú.

Entonces una risa tenue se escapó al imaginarse a Sai con una cosa de ese estilo, luciendo tan ridículo.

—Yo no soy como tu padre.

El niño frunció el ceño.

—¡Por eso eres feo y mamá no te querrá!

—Ella ya me quiere lo suficiente sin necesidad de usar esa cosa.

—¡No es verdad! —empuñó sus manitas con furia—. Mi mamá reía contenta cada vez que papá usaba su Kigurumi, y le daba muchos besos porque lo quería —el pequeño se acercó a él y lo contempló fijamente con sus ojos celestes de forma desafiante—. Si quisieras a mi mamá de verdad, usarías uno.

Iba a responderle ya sin soportar un minuto más de autocontrol, cuando escuchó que su futura prometida se acercaba, entonces, en menos de un segundo el niño ya había desaparecido, dejándolo solo y con la palabra en la boca.

—Sasuke. ¿Peleas con Inojin de nuevo? —se giró hacia la rubia, admirando despistadamente su cuerpo—. ¿Cómo me veo?

Preciosa era la palabra que podría utilizar. Pero lo cierto es que ella era más que preciosa. Ese vestido, lejos de su traje habitual, le quedaba asombroso y hacía resaltar su figura de cualquier ángulo. Sasuke se ocultó entre sus cabellos oscuros para evitar que Ino descubriera sus pensamientos.

—Vayámonos ya, Ino —dejó que ella lo tomara de su único brazo—. Y no peleo con nadie.

...

Se sentía humillado. ¿Cómo era posible que alguien como él, que había asesinado a sangre fría a tantas personas, que era considerado como uno de los ninjas más poderosos en todo el mundo, estuviera haciendo eso?

Pero no dejaría que su orgullo fuera lastimado por un niño de cuatro años.

Le demostraría a Inojin que él siempre salía victorioso. Y por supuesto, además de que Ino lo amaría un poco más si lo hacía. También le ganaría a Sai.

Él nunca perdía. Los Uchiha nunca son derrotados.

—¿Sasuke? ¿Eres tú?

Ino estalló en una estridente carcajada que le caló en lo más profundo de su ser. Inmediatamente frunció el ceño, irritado ante la chocante risa de la rubia, quien se sostenía el vientre con ambas manos y no paraba de jadear.

—A ti te gusta esto.

—¿Qué? ¿De dónde sacaste eso? —hizo un intento de colocarse de pie, pero no podía hacerlo sin volver a reír.

—Inojin tiene uno de dinosaurio —se comenzó a desesperar—. Él dijo que...

—¿Qué? ¿Mi bebé te dijo eso? —rió de nuevo, pero calló cuando Sasuke chasqueó la lengua—. Mi bebé odia los Kigurumis.

Se limpió una lágrima imaginaria y Sasuke ardió de cólera.

¿Cómo era posible que un niño le hubiera...? ¡No! ¡Un Uchiha jamás perdía!

—Ah, es verdad, Sai le regaló uno hace unos meses. Pero Inojin los detesta, ni siquiera lo ha usado.

Ino continuó hablando, cambiando el tema hacia otros asuntos poco importantes.

A Sasuke le brincó el ojo derecho.

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Fecha original: Sep 19, 2019.

Créditos al autor de la imagen.

Memories [Ino Multishipper]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora