|16| Beso travieso

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Contempló el cielo por un breve momento, saboreando las estrellas con sus ojos. No tenía ganas de estar allí, rodeado de todos los idiotas de su instituto a quienes apenas y conocía, pero aquella casa de verano junto a la playa era de su familia, y además, Itachi le había insistido tanto en salir, que terminó hartándose.

«Pasarás toda tu adolescencia y no te habrás divertido con tus amigos nunca. No tendrás experiencias que contar cuando seas viejo».

Suspiró. Poco le importaban las palabras de su hermano, de todas formas no tenía a nadie a quien pudiera contarle su vida, y no le interesaba tenerlo, además.

No obstante, de un momento a otro, y sin poder contenerlo, sus oscuras pupilas viajaron hacia el círculo bien formado por sus compañeros, y su mirada se perdió en un rincón especial. Allí se encontraba ella, justo en medio de ese joven inteligente que se la pasaba pegado a su lado todo el tiempo, y el otro tipo paliducho que se parecía a él.

Admitía que, cada uno allí le daba exactamente lo mismo, pero ella era otra cosa. Llevaba puesto un delgado vestido de color blanco y de encaje, la luna hacía pintar de un muy bello color platinado su cabello, y lo rosado de sus mejillas hizo que perdiera el juicio por pequeños segundos. La contempló despistadamente, ella siempre había sido otra cosa.

Y le molestaba, mucho, muchísimo.

—¡Vas, teme! Es tu turno.

La escandalosa voz de Naruto lo trajo de vuelta a la realidad, sintiéndose observado de pronto por todos.

Sasuke inmediatamente frunció el ceño, después maldijo por lo bajo, limpiándose una gota de sudor que resbalaba por su frente.

El calor era abrazador incluso de noche, y el viejo ventilador en la casa era muy pequeño como para refrescarlos a todos.

Chasqueó la lengua.

—¡Vas, teme! Es tu turno —repitió entre gritos eufóricos su amigo, pasándole una botella vacía de vino. Sasuke lo ignoró.

—¡Naruto! No seas tonto —Sakura lo golpeó directo en la cabeza y todos rieron con gracia, incluso ella—. Sasuke-kun, no te sientas obligado.

—Como anfitrión debería ser él quien ponga el ejemplo. Todos aquí estamos jugando a girar la botella —habló Neji de pronto, sorprendiéndolos.

Sasuke no dijo nada. Obviamente no tenía intenciones, pero se sentía presionado, de alguna forma, con todos esos ojos sobre de él.

Aceptó de mala gana y le arrebató la botella al torpe de Naruto, que sonrió triunfal cuando se sentó.

—Tienes que girar la botella hasta que ésta se detenga, entonces deberás besar a la persona que apunte el corcho —explicó acertadamente el chico regordete.

—Eso es ridículo —se negó inmediatamente.

—No es ridículo. Kiba y TenTen ya se han besado, y estoy seguro que su llama de la juventud arderá por la eternidad.

Por muy absurdo que sonara, casi todos asintieron, con excepción de Kiba y TenTen que intercambiaron miradas avergonzadas, y Neji que crujió los dientes.

—¡Oee, teme! Tú aceptaste jugar en un principio y ahora es tu turno. ¡Vas! —infló los mofletes—. ¡No seas aguafiestas!

Refunfuñó.

—Sasuke-kun, ¡suerte! —le dijo Sakura.

Lo cierto es que estaba aburrido. No le interesaba besar a nadie, ninguna chica le gustaba.

Memories [Ino Multishipper]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora