Un Poco Monstruoso•MewGulf

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-No me puedo mover... Maldición...- Gulf ha dejado de llorar. Se está desangrando. Lentamente.

-¿Bii?

Y como si fuera un milagro... O tal vez el destino...

Mew ahora estaba frente a él con un gorro negro puesto, sudadera azul, con unos pantalones deportivos.

-¿Boo?- Gulf llama. -¿Qué haces aquí...?

Gulf jadea por el dolor.

-¿Estás bien?

-La verdad es que no... No estoy...

Mew lo inclinó hacia el frente delicadamente para ver el cuchillo.

-Te apuñalaron.

-¿Ah, sí? No me di cuenta tonto.

-¿Por qué no te mueves?

-Fui drogado. Y con droga buena. ¡Vivan los adictos!- Gulf grita para al menos liberarse por aunque sea un segundo de ese agonizante dolor. Está incrustado en su carne y arde como el infierno.

-Mejor cierra la boca. Es un milagro que aún puedas decir lo que quieras.

-Siempre eres tan cortante.

Gulf le replica con un puchero.

-Te llevaré al hospital.

-Llevarme a casa.

-Gulf.

Mew lo sube a su espalda poniendo los brazos de Gulf en sus hombros aunque las manos del moreno no se pueden sujetar a sus hombros.

-Tranquilo no te voy a pedir morir.- Gulf sonríe. -Quiero que me cures allí.

Mew sonríe sujetándole de los muslos.

-¿Quién te hizo esto?

-Un chico... Se parecía al Grinch... Me regañó por matar a su padre. Pero su padre había hecho cosas feas y a modo de respuesta... Lo enganché en un puente. Trabajaba con seis.

-No te pedí toda la historia.

-Tiraban los cuerpos de las niñas en el mar bajo el puente... Por eso los colgué a todos. De no haber sido por mí, la policía jamás se habría enterado.

-Tu siempre estás en problemas... Pero me molesta que lo estés por hacer justicia. Me siento mal por el chico, claro.

Gulf hundió su rostro en el cuello del contrario.

-Oye... Si no corres... Me voy a morir.

-Me estoy preparando. Eres pesado.

Una mujer grito espantada al ver a Gulf sangrando. Muchas personas se alarmaron.

-¡Soy enfermero, lo curaré!

Mew les grita a todos para salir corriendo tan rápido como puede. Sus pasos haciendo un incómodo chillido en el silencioso ambiente debido a la conmoción.

-¿El chico guapo era un asesino?- Preguntó una chica que sostenía su teléfono para tirarse selfies mientras masticaba a toda boca un chicle mirando a las personas parpadeando demasiado en espera a una respuesta. Todos la miraron raro. Como si estuviera loca.

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Gulf despertó. Realizó que probablemente se había desmayado durante el camino a su casa.

Para cuando abrió los ojos miró su techo. Gruñó ante el tremendo dolor en su espalda que sintió.

-Estás muy herido. No te muevas.