O C H O*

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Disfruté de la sensación. Mierda se sentía tan bien. Su piel bajo mi tacto estaba cálida y suave. Sus dedos se entrelazaban con mi cabello y jalaban de este en pequeños movimientos.

Mis manos bajaron a su trasero y comencé a dar suaves masajes sobre su ropa interior. Ella soltó un pequeño jadeo contra mis labios y yo le respondí con un pequeño azote en sus glúteos. El beso se intensificó. Sus manos fueron hasta mi pantalón y sin pedir permiso metió su mano en mi bóxer. Me separé de ella para mirarla, me miraba con sus grandes y oscuros ojos, entreabrió sus labios cuando empezó a brindar movimientos en mi miembro

-Mierda- susurré. No quería que nadie escuchara esto, solo ella. Esto era entre ella y yo, no quería que nadie escuchara el momento en el que ambos por fin descargaramos la frustración que traíamos encima.-sigue así- le pedí.

No me respondió, pero obedeció. Sus mejillas sonrojadas y sus leves jadeos me volvían loco. No podía soportarlo. Volví a besarla, solo un par de veces antes de hacer que ella dejara de estimularme para así poder dejarla en la cama.

Tomé mi billetera y saqué el condón, simplemente para tenerlo listo cuando ella finalmente estuviera lista. Ella me observó mientras me deshacía de mi ropa, no decía nada, pero con sus ojos me decía completamente todo. Me puse sobre ella y besé su frente, después comencé a bajar hasta su cuello. Ahí succioné, lamí y dejé suaves mordidas.

-¿Estás marcando territorio?

Maldita sea. Su maldita voz. Realmente estaba excitada.

-Vas a tener que hablarme más seguido porque te juro que me pone demasiado caliente escucharte hablar durante el sexo- sin dejar de besarla (ahora en sus clavículas) deslicé mi mano derecha hasta el interior de su última prenda. Ella accedió al tacto y abrió sus piernas para que pudiera tener mejor acceso.

-No creo hablar tanto en el sexo, Cal- dijo ahora con sus ojos cerrados- pero con mucho gusto te cantaré canciones preciosas

Justo en ese momento introducí un dedo en ella y soltó un gemido grave. Si, era una canción hermosa la que iba a escuchar. Pero, algo no andaba del todo bien.

-Demonios, Sun ¿Hace cuánto no tienes sexo?- ella no respondió, simplemente se aferró a mis hombros, cómo sí intentara hacer que no me apartara de ella.

-¿Eso importa?- No abría los ojos, estaba sin duda evitando el contacto visual- por favor, no te alejes y sigue

Demonios.

-Sun, ¿Hace cuánto no tienes relaciones?- comencé a dar suaves masajes en su clítoris, primero lentos. Ella gimió y sentí sus paredes contraerse- contéstame- le pedí aumentando mis movimientos

-Hace varios años- me dijo con dificultad. Mordió sus labios mientras alzaba sus caderas ante mis movimientos- tal vez cuando tenía 16 o 17

Definitivamente estaba muy apretada, podía sentirlo al igual que sentía como su húmedad llenaba mis dedos. Finalmente quité esa última prenda y me dediqué a observarla solo unos segundos antes de tomar el condón y ponerlo correctamente.

Me incliné hacia ella y la besé nuevamente. Seguía con sus ojos cerrados, ¿Acaso tenía vergüenza? Tomé sus manos y las coloqué a cada lado de su cabeza entrelazandolas.

- Mírame, Sun- le pedí. No accedió- pequeño rayo de sol... Mírame- era la primera vez que la llamaba así, para mí siempre había sido mi rayo de sol, pero no se lo había dicho antes.

Ella finalmente abrió los ojos, estos estaban un poco húmedos, pero se dibujó una sonrisa en su cara.

-¿Rayo de sol?- solté una de sus manos para entonces colocarme en su entrada y empezar a entrar en ella con suavidad. Gimió al igual que yo- Llegó la hora de la verdad

Sonrió levemente y yo reí por su comentario. Cuando finalmente estuve dentro de ella volví a entrelazar nuestras manos. Ella se aferró a las mías cuando empecé a moverme lento pero profundo

-Malditasea, Sun- dije entre dientes- te sientes tan bien.

Mi respiración empezaba a entrecortarse y mi necesidad por aumentar la velocidad era cada vez más grande. Ella mordió su labio inferior para acallar sus gemidos. Me agaché nuevamente a besarla, nuestros jadeos y gemidos estaban combinándose haciendo una excitante canción.

-Más- dijo cuando finalmente me separé un poco de sus labios. Obecedí- Si, así

Sus ojos se cerraron nuevamente y su espalda se arqueó. Estaba cerca. Aumenté mis embestidas hasta el punto de que llegué a escuchar como la cama se movía salvajemente contra la pared. Me apiado de los que estén a nuestro lado y espero que estén afuera disfrutando del día.

Nuestros cuerpos estaban cubiertos de sudor y éxtasis, ni siquiera lo pensé dos veces antes de pasar mi lengua por su pecho, cuello, pezones y clavículas. No necesariamente en ese orden. Disfrutaba de su sabor y no me bastaría con solo este pequeño encuentro. Sí ella estaba dispuesta, podríamos tener sexo cada maldita hora por el resto de este viaje y yo jamás me cansaría de ella porque esto se sentía mejor que con cualquier maldita persona.

Estaba cerca al igual que ella, no podía parar, ella estaba dándome todo al igual que yo estaba entregandome por completo.

-¿Estás cerca? Correte conmigo, rayo de sol- le susurré en su oído y ella gimió mi nombre como respuesta.- sientelo, Sun- volví a susurrar. Necesitaba llegar y ella necesitaba experimentar su primer orgasmo conmigo. Yo la haría llegar.

-Sigue hablándome- dijo con dificultad- maldita sea, Calum- empezó a apretar cada vez más mis manos y yo seguí con rápidos movimientos conforme sentía como su cuerpo se contraía del placer.- Siento... Siento algo

-No lo retengas, Sun- le pedí. Besé su frente- Necesito que te vengas junto conmigo

Nuestras respiraciones eran cada vez más agitadas, yo apenas sí sentía mi cabeza cuerda. Simplemente no podía detenerme, ella se sentía demasiado bien y no creo que jamás alguien me haya hecho sentir lo que estaba sintiendo en este momento.

Finalmente sucedió. Su cuerpo se sacudió y yo besé su boca para acallar un poco los gemidos de ambos cuando llegamos al orgasmo. Solté un gruñido de satisfacción antes de mirarla.

Su cuerpo estaba totalmente sudado, su cabello estaba despeinado y en su rostro había una enorme sonrisa. Respiraba con dificultad al igual que yo.

-¿Superé tus expectativas?- le pregunté con voz entrecortada. Me sentía cansado pero al mismo tiempo lleno de energía. Pero ella si se veía cansada.

-Lo has logrado- contestó con media sonrisa, sus ojos estaban entrecerrados

Salí de ella y quité el condón de mi miembro, le hice un nudo y lo tiré a la papelera que estaba a un lado de la cama. Me recosté a su lado y la abracé por la espalda. Ella recostó su cabeza en mi brazo mientras yo rodeaba su cintura.

-Duerme un poco, rayo de sol- le susurré, unos pocos segundos después ella estaba dormida- no sé qué estamos haciendo, pero no quiero que se termine nunca.

Sunshine CTH TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora