V E I N T I C U A T R O*

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La besé, Dios mío, había extrañado tanto su aliento contra el mío. Ella me correspondió anclando sus brazos a mi cuello. Mis manos fueron hasta su cintura y acaricié ahí en los detalles de encaje de su vestido. Me separé de ella para poder hacer contacto con sus ojos de gato. Esos ojos que tanto extrañaba.

-Te ves tan preciosa- susurré contra sus labios. Pasé mis dedos por el escote de su vestido, Sun suspiró fuertemente y yo enterré mi cara en su cuello para así poder sentir su olor.

-Realmente me pica el vestido- dijo suavemente contra mi oreja, pasó sus dedos entre mi cabello y dejó un beso húmedo en mi cien- tengo que quitarlo con cuidado, ¿Me ayudarías?

Mordí mi labio interior antes de incorporarme seguido de ella. Sun se dió la vuelta dejando a la vista las cintas de su vestido.

-¿Esto exactamente cómo funciona? No es como tus vestidos de playa- ella rió y yo sentí mis mejillas encenderse.

-Imagina que son cintas de zapatos, Calum- dijo- solo tienes que soltarlo lo suficiente para que yo pueda salir de aquí.

Empecé. Desate la parte de abajo y empecé a recorrer los listones hasta que escuché cómo ella respiró pesadamente. Ella se dió la vuelta hasta quedar frente a mí y empezó a quitar el vestido de su cuerpo lentamente. Miré cada movimiento, cada roce, tenía sus ojos sobre mi seguramente esperando alguna reacción. Estaba estático, ahora que el vestido estaba fuera de su cuerpo y solo podía ver un conjunto de ropa de interior que hacía que mis rodillas se sintieran como gelatinas.

-Te ves algo pálido- me dijo con media sonrisa. Puso una mano en mi pecho y me empujó solo un poco- deberías sentarte.

Obedecí sus palabras y me senté en el sofá, ella tomó el vestido y lo puso en un sillón individual al final de la habitación. Disfruté de la vista que me brindaba. Ella en lencería negra, joyas y unos zapatos que la hacían lucir como la perdición misma. Podía sentir cómo mi corazón golpeaba contra mi pecho por cada movimiento que ella hacía. Ella me miró sin decir nada mientras comenzó a caminar de regreso a mí. Se detuvo hasta que sus muslos estuvieron a centímetros de mi cara.

-Eres mi perdición, rayo de sol- pasé suavemente las yemas de mis dedos por su tobillo derecho y empecé a subir, lentamente, disfrutando cómo su cuerpo vibraba ante mi tacto. Llegué a la altura de sus bragas y ella me miró de esa manera en la que solamente ella sabía mirarme.

-Justo lo contrario a lo que eres, tú eres mi salvación- su cuerpo se movió un poco cuando empecé a bajar de sus bragas. Podía ver sus mejillas rojas y también yo sentía mi cara como una maldita cereza al poder ver qué tan poderosa se veía aún sin ese vestido.

La prenda bajó por sus piernas y cayó al suelo, dónde ella finalmente se deshizo de ellas hasta que en un movimiento rápido se puso a horcajadas de mi. Me abracé a su cintura cuando ella sin pensarlo dos veces me besó, mi cuerpo comenzó a vibrar en adrenalina. Mi ropa ya no parecía necesaria en este punto. Solté su cintura y puse ambas manos en su abdomen. Lentamente empecé a bajar, utilizando solo las yemas de mis dedos, hasta su centro. Sun suspiró contra mis labios cuando empecé a tocarla con movimientos suaves.

-Maldita sea, Sun- lo había olvidado, había olvidado lo bien que se escuchaba su voz al tener sexo. Nuestras hermosas canciones volvían a tener sentido ahora. Comencé a mover mis dedos con más velocidad a lo que ella soltó un gemido audible.- sshhh- Con mi mano libre tapé su boca. No podía permitir que nos escucharan, eso arruinaría lo que estábamos a punto de hacer- debemos de guardar silencio- dije con dificultad. Mi cuerpo empezó a transpirar y mis pantalones se sentían cada vez más apretados.

Ella asintió con dificultad y sus ojos cerrados, sus manos se aferraron a mis hombros y sus caderas comenzaron a moverse al compás de mis movimientos. Dejé de tapar su boca y rodeé su cintura nuevamente para así evitar que se cayera

Sunshine CTH TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora