El traslado

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Era ya tarde cuando lo llamaron de la oficina del jefe de regimiento. Sergio miraba absorto al Teniente Coronel Truccini. No cabía en si de la emoción, pero aun así, no lo demostraba.

Siempre había sido un hombre inexpresivo  y nunca nadie sabia que le estaba pasando por la cabeza.

 - Estamos muy orgullosos de usted Durvoise, está realizando un fantástico trabajo, le decía Truccini. Y como nada en esta vida está librado al azar, todo sacrificio tiene su recompensa. Luego de pensarlo detenidamente, hemos decidido en la última reunión que lo vamos a trasladar a otro cuartel, donde nos será de mas utilidad. Hay subversivos por todas partes, y el trabajo se nos acumula. Necesitamos de sus conocimientos y experiencia para que ayude a quitar de en medio a toda esta lacra  que tenemos incrustada y que ponen en peligro la estabilidad de nuestro sistema.

Aunque no estamos para grandes fiestas, mañana se presentara en el Comando en Jefe para que le comuniquen su nuevo rango. Aunque ya se lo digo yo y seguramente se habrá dado cuenta, en adelante será Teniente.  Luego se va a presentar en el cuartel de Campo de Mayo para que le asignen sus nuevas funciones.

- Si, mi Teniente Coronel.

- También quiero desearle la mejor de las suertes en su nuevo destino y que es un orgullo haberlo tenido bajo mi mando. Lo extrañaremos Teniente.

- Muchas gracias, mi Teniente Coronel, ha sido un placer estar a sus órdenes, contestó Sergio estrechándole la mano.

- Puede retirarse.

Se cuadró, dio media vuelta y se fue.

Mientras regresaba a su habitación miles de pensamientos se iban arremolinando en su mente. Todo el trabajo que estaba haciendo estaba dando sus frutos. Estaba convencido que había nacido para esto. Y que podía seguir haciendo grandes cosas por la patria. ¿Que algunas cosas no estaba bien? ¿Quién lo decía? La propaganda de la ERP (1) o los Montoneros (2) aún seguía funcionando y justamente eso es lo que había que evitar. Seguramente la confianza que depositaban en él y el buen desarrollo de sus funciones estaban detrás de ese traslado.

Campo de Mayo. Según tenia oído era uno de los centros mas grandes de Buenos Aires, aunque alejado unos 30 Km. de la capital. Había estado un día que fueron de instrucción cuando estaba en el Liceo. Era puro campo, de eso se acordaba, se entraba por caminos de tierra que si no conocías la zona te los pasabas de largo.

No sabía a ciencia cierta lo que esperaba ni lo que tenían asignado para el pero lo daría todo. Como lo venia haciendo últimamente y, aunque no se lo reconocería a nadie, el imprevisto ascenso era el reconocimiento de que iba por el buen camino.

Entro al casino de oficiales y le pidió al cabo que estaba de cocinero, que ya estaba recogiendo todo, que le preparara algo de comer. Lo miro con cara de pocos amigos pero a el no le importó,  para eso estaba el negro este,  para servir a los oficiales.

Después de una abundante cena, se fue a su habitación. Todavía sonreía cuando se durmió.

1-     Ejercito Revolucionario del Pueblo

2-     Integrantes de un grupo subversivo alzados contra las autoridades legitimas con una doctrina extremista o guerrillera.

Se levanto temprano, se vistió y emprendió el viaje hasta el edificio del Comando en jefe. Quedaba en pleno centro, cerca de la Casa de gobierno. Esta era de color rosa. Vaya mierda de color para el lugar donde se toman todas las decisiones del país. Seria para hacerles competencia a los yanquis ya que la de ellos es blanca. Cuando llegó, dejo su Cédula en la entrada y le dieron una identificación. Subió hasta el piso 11 donde estaba la plana mayor. Golpeo el despacho de del Coronel y el secretario le abrió la puerta.

Gatos y ratonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora