Capítulo 5: Enemigo En Las Sombras

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En algún callejón oscuro de la ciudad en plena tormenta, Pluem se reunía en secreto con Chimon para planear su siguiente movimiento y acabar con la vida de Tay, pero la situación se estaba complicando

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En algún callejón oscuro de la ciudad en plena tormenta, Pluem se reunía en secreto con Chimon para planear su siguiente movimiento y acabar con la vida de Tay, pero la situación se estaba complicando. En el pasado era un niño muy frágil, siempre expuesto en su casa con poca vigilancia y ahora parecía tener muchos amigos a su alrededor.

Si alguien le hubiera dicho que planear un asesinato era difícil, simplemente hubiera escapado de ese trato con aquel humano y así no tendría que recurrir a usar este cuerpo de un joven universitario para acercarse más a Tay. Chimon no sabía cómo aconsejarle para terminar el trabajo, los demonios tienen una regla que cumplir y cuando se trata de un pacto este debe cumplirse o morir en el intento.

Chimon — Te he dicho que odio las reuniones en el mundo humano —

Pluem — No te quejes o nunca te volveré a ayudar con tus problemas —

Chimon — El accidente de auto debía acabar con ellos fácilmente, pero fue tu mala suerte lo que arruinó mi idea —

Pluem — No fue mi culpa que la madre viajara sola ese día, recuerda que debemos hacerlo parecer un accidente o sino los mataría con mis poderes en vez de recurrir a planes —

Chimon — Las reglas apestan de vez en cuando, siempre tenemos que abstenernos de actuar por cuenta propia y obedecer al amo de turno, pero a veces resulta un completo dolor de cabeza —

Pluem — Y me lo dices a mí? Llevo 14 años atrapado en este problema, deseando liberarme de está molestia y llevarme el alma de ese pobre infeliz que me contrato —

Chimon — Aún no me explico cómo puedes fallar tantas veces seguidas, estoy casi seguro que el universo conspira en tu contra o hay algo que simplemente estás pasando por alto en tu camino —

Pluem — He provocado accidentes en varias ocasiones, pero siempre terminan igual, alguien aparece para ayudarlo y solo termina con rasguños. La herida más grave hasta el momento es un brazo roto. —

Chimon — Haremos esto a mi manera si acepto, pero si haces una estupidez, ten por seguro que no tendré piedad de tus errores por eso no dudare en entregarte con nuestros superiores —

Pluem — Entonces mañana lo haremos como dices —

Ambas sombras siniestras continuarán hablando durante la noche, mientras Tay ignoraba el peligro que se acercaba y a la vez ellos no sabían de la llegada de New. El escenario de una nueva batalla se estaba preparando en la oscuridad de la noche, ciertamente los demonios tenían sus planes, pero las tinieblas ocultan muchos males a los humanos y no precisamente deber ser seres sobrenaturales para tener precaución de sus oscuras intenciones.

El Tribunal de los Demonios es el encargado de hacer cumplir las leyes, básicamente es el equivalente al Consejo de Ancianos que viven en el cielo y su función siempre será el equilibrio de la balanza del bien y mal. Nadie está por encima de las leyes para romperlas, quien se atreva a ignorarlas morirá ejecutado en el instante o bien puede ser encerrado en una celda por la eternidad hasta el final de los días.

Un demonio no puede morir fácilmente con ninguna arma fabricada por humanos, debido a que no poseen un cuerpo físico para lastimar y suelen poseer a las personas para llevar a cabo sus planes. A diferencia de los ángeles que deben pedir permiso para usar un cuerpo humano, este previamente deber decir que, si está de acuerdo y al hacerlo prácticamente su alma es suprimida en el interior de su propio cuerpo, pero si el ángel muere, el espíritu ira directamente al cielo por su contribución.

La fuerza entre ángeles y demonios varía mucho según la jerarquía del cielo y el infierno, un demonio común no es rival para un ángel por su fuerza es de 1 a 100 por eso no hay luchas entre ellos. Pluem planeaba volverse un estudiante con Chimon para conocer un poco a Tay, ganarían su confianza con el tiempo y lo alejarían de sus amigos para llevarlo a su muerte. Es una forma cobarde de actuar de los demonios, pero ellos conocen claramente sus reglas, ninguno quiere sufrir la mala suerte de enfrentar a sus superiores en un juicio y pagar las consecuencias de una violación fragante de sus leyes.

El plan era sencillo de realizar sino tuvieran un ángel infiltrado, New ya había prevenido una situación como está por el alto mando y ahora vagaba libremente por la Universidad. Incluso se consiguió un dormitorio en el campus, sería una experiencia única en su trabajo de guardián y debía aprender todo lo posible para pasar como un humano normal.

Al principio le tomó por sorpresa la orden de sus superiores, pues temía que Tay recordara el pasado y con ellos los días de dolor, sufrimiento y tristeza que tanto mal le hacían. Además de reconocerlo le haría un montón de preguntas sobre él, aún recuerda al pequeño Tay jugando en el jardín con su pelota y el día en que se animó a entablar una amistad con él.

Su compañero Pluem le había estado vigilando preocupado por su comportamiento, siempre solía hacer las cosas a su manera, dejando las decisiones a su propio juicio y si bien no había rompido las reglas todavía. Actualmente New se estaba adaptando a la vida humana, tomando un descanso en su cama y pensando en cómo sería bueno hablar con Tay, había pasado muchos años desde la última vez y ahora era un hombre tan alto como él.

En realidad, nunca se apartaba de su lado por eso usualmente lo tenia tan cerca de sí mismo, solo que estar vigilando no se comparaba con tenerlo de frente para hablar como un igual y hacerle platica como lo haría normalmente un ser de su propia especie humana.

Sería bueno experimentar los placeres terrenales, siendo un ser inmortal le sobraba mucho tiempo y había visto a las estrellas formarse, así como verlas morir lentamente. Aun estando como un huésped en un nuevo cuerpo, tampoco necesitaba comer y beber como lo haría un humano normal por lo que tenia energia de sobra. 

Igual si lo hacía probablemente no sentiría el sabor de la comida, tampoco sentía dolor en caso de hacerse daño y tampoco se podía llegar a enfermar porque sus poderes le protegían. Habilidades que le fueron otorgadas desde su nacimiento, pensadas para su protección de presentarse un peligro y salvar a sus discípulos en algún peligro en su vida cotidiana.

Siempre y cuando estos no estuvieran muertos, todo tiene un límite que no debe superarse y revivir a los muertos está más allá de sus posibilidades. No intento dormir para pasar la noche, pero los ángeles no duermen y prefirió leer un buen libro para conocer más a las personas y su complicado comportamiento, el mismo que había estado estudiando en cada misión en la tierra pero las dudas solo aumentaban con cada nuevo protegido.

Aun sino durmiera tendría energía por su naturaleza divina, ciertamente tenía muchas ventajas ser un ser celestial y poder disfrutar de los privilegios de pertenecer a una especie como la suya. Preparo su nuevo uniforme para las clases como un estudiante normal, bebió unas cuantas bebidas que compro en un supermercado y simplemente se dejó llevar por el momento en la paz de su departamento para asimilar su nuevo papel.

Mientras tanto en el cielo los Ancianos se divierten observando el mundo, a pesar de la tranquilidad de la situación y los muchos guardianes del cielo distribuidos a lo largo y ancho de la tierra. Estaban un poco inquietos con la decisión de enviar a New, habían pasado muchos años sin una solución al problema, pero tenían un mal presentimiento y ahora lo habían hecho tomar el lugar de un humano para permanecer totalmente encubierto como un adolescente.

Sería correcto mezclarse con humanos, no se había hecho nunca por ningún motivo y esta situación no debía ser la excepción, pero igual se hizo. Hubieran preferido enviar a alguien más para cumplir el trabajo, curiosamente el nombre de New apareció y lo dejaron marcharse a la tierra sin oponerse a la nueva misión.

MI GUARDIÁN ESPIRITUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora