"La maldición de la hija del sol" *Terminada*

Plan maestro.

Un encuentro fugaz fue necesario para encender los sentimientos que el príncipe Adriel desconocía que poseía.
El imponente señor de la soberbia, un demonio alto de buen cuerpo, ojos de un color ámbar que brillaban con una intensidad casi hipnótica en la oscuridad y que ademas jamás había tenido la necesidad de luchar por poseer a ninguna habitante de ningún infierno, estaba ahí como un niño pequeño con los pies congelados por una sutil mirada de Annelise.

Por su parte Annelise que sabía de cortejos puesto que su padre había hecho una interminable caravana de pretendientes que desfilaban por el castillo con toda clase de regalos exóticos de las tierras de donde los incautos hombres provenían, para encontrar al pretendiente ideal, aquella mirada regalada al demonio fue tan solo una de las más sutiles técnicas de coqueteo.

La hechicera a su servicio, Belzeh una joven no mayor que ella y que después de tanto tiempo se había convertido más en una especie de amiga & confidente noto la pequeña acción de Annelise.

-Mi señora, dígame por favor que no hizo lo que estoy pensando ¿o si?-.

-y según tu, ¿que acabo de hacer?.- dijo Annelise con un tono burlón ya que la especialidad de la joven princesa era poner en jaque a su viejo padre.

-Sabe usted que el ser al que acaba de coquetearle es Adriel el príncipe del infierno de la soberbia-. Dijo Belzeh

Annelise quedó en silencio por un momento, realmente no lo sabia, puesto que en casa, las lecciones que le daban no daban nombres de los que gobernaban cada uno de los siente infiernos con la excusa de no discutir asuntos desagradables si no es de extrema importancia.

Conforme avanzaba el día la hora del solsticio se acercaba cada vez más, lo que significaba que tanto Charitty como Kha debía elegir al ser que las acompañaría, poco antes de las 5 de la tarde todas las razas se habían concentrado en la arena de tributo y los regentes de cada raza se encontraban preparando a sus pareja de "campeones" los humanos enviaban a un cocinero y a una hechicera previamente instruida en las artes místicas por Scarlett, las hadas enviaban a un par de los mejores y más creativos constructores que usualmente eran los encargados de remodelar la arena para el solsticio, los elfos enviaban a su guerrero más hábil y por ende a la elfa con más aptitudes para las artes, los gigantes a sus agricultores y curanderos y por último los enanos que enviaban a los constructores más hábiles.

Adriel sentía una opresión en el pecho, pues sabía que después del solsticio todo el mundo regresaría a su vida rutinaria y que disfrazado de humano no podría ni acercarse a Annelise, estaba muy cerca de la arena ideando una distracción para poder así tener un poco más de tiempo cuando Amón hijo mayor de Kha y príncipe de la Avaricia se posó tras de él y con tono burlón se dirigió al demonio:

-Y, ahora que hiciste Adriel, puedo ver en tu cara culpa-.

-No es algo que te incumba Amón, pero ya que estás aquí puedes ser de utilidad- le dijo Adriel tratando de disimular un poco su desesperación. -Supongamos que quiero estar con una mujer de otra raza per...-

Amón interrumpió con una carcajada -Tu, él imponente príncipe de la Soberbia, ¿estas pidiendo consejos de amor?-.

-No seas estupido Amón, no es cualquier mujer, ella es una importante-.

-Seguramente es la princesa Annelise, olvidalo diablo estupido jamás se fijaría en ti aunque...- Amón hizo una pausa llevando el dedo índice a la boca. -¿Cuanto valdrá una princesa en especie?, y ¿que estará dispuesto a sacrificar su amado padre por ella?-.

-¿De que rayos hablas?- dijo Adriel confundido por los rodeos de su hermano.

-Vaya yo sabia que eras estupido pero no sabia cuánto Adriel, esta es la primera vez que vienes a el solsticio, déjame explicarte un poco, al llegar el momento nuestro padre y la diosa Charitty escogen a dos seres que acompañarán a los dos a sus reinos en cuestión, pero el convenio tiene un gran vacío donde no se especifica que estamos obligados a escoger solamente a aquellos individuos que nos ofrecen, eso significa que...- Amón miro con una gran sonrisa a un Adriel confundido.

-Con un demonio Amón se directo-. Dijo El demonio ya bastante ofuscado por la situación.

-Vaya, si que debe gustarte mucho esa princesa, en mi opinión Belzeh es más apetecible, pero te dire lo que tienes que hacer porque eres bastante estupido, debes convencer a nuestro de padre de escoger a Annelise como tributo, si lo sé, puede ser un alma inútil para nuestros propósitos pero... ¿cuantos hechiceros estará dispuesto a ofrecer para recuperar el alma de su pequeña hija?-. La sonrisa de Amón se tornó oscura y llena de malicia. -Todo depende de que hables con nuestro padre y que logres convencerlo-.

Dicho esto último Amón salió en dirección opuesta a Un Adriel más tranquilo y con un propósito en la mente convencer al viejo Kha, que conociéndolo, con la ambición que poseía veria una oportunidad de oro.

Adriel se dirijo inmediatamente a buscar a su padre que se encontraba en ese momento viendo danzar a una elfa con su madre Meridianna una mujer hermosa que fue condenada al infierno por sus actos al llevar una relación carnal con un hombre de alto cargo espiritual, y eso estaba prohibido todo esto por el poder que este poseía de ahí que Adriel hijo suyo fuera el príncipe del infierno de la soberbia.

-Pa..Padre. ¿podemos hablar?, es muy importante y creo que te interesará lo que tengo por decir-

-Adriel mi pequeño hijo, ¿ahora que?- contestó un tanto molesto Kha.

-Respecto a la selección de tributo, ¿que dirías si te digo qué haciendo la elección correcta podemos obtener más de un alma?-.

Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro de Kha. -Vaya, es lo más sensato que has dicho en siglos, tienes mi atención.-

-En el convenio de selección no se marca que tienes que escoger exclusivamente a uno de los individuos que se presentan ante ti y este año el Rey de los humanos viene acompañado de su familia-. Adriel trago saliva y continuó, -¿Cuantos hechiceros valdrá para Leonel su hermosa hija?-. Terminó El joven Demonio aún con escalofríos bajando por su espalda ya que el viejo Kha imponía autoridad entre todos los seres de los infiernos.

-Despues de todo no eres tan estupido Adriel, pero, ¿quien se hará cargo de una molestia tan grande?, ninguno de tus hermanos querrán una princesa llorona en sus reinos-. Bufo Kha.

-Podría mantenerla en el reino de la soberbia hasta su intercambio-.

-No se diga más hijo mío, disfruta de las festividades que esta tarde tendrás tu princesa... no me creas un diablo estupido se lo que tramas pero si con eso puedo ganar más de un alma seguiré este juego-. Dijo Kha y volvió a la danza de la elfa.

Marcadas las 9 horas el solsticio dio inicio, todas las razas estaban reunidas en la arena en la espera de que uno de los suyos fuera seleccionado, los tributos fueron presentados y era turno de Charitty que seleccionó a la hechicera de los humanos una joven de largos y rizados cabellos rojos, todo el mundo estaba a la espera de conocer el alma que bajaría al infierno.

Un silencio espectral tomó el lugar cuando Kha con una señal de su mano señaló a la joven Annelise, el rey Leonel se levantó de su asiento furioso.

-Ella no es un tributo Kha, te ordeno desistir en tu afán de llevártela-.

-vas a disculparme, pero en e pacto no dice que tengo que escoger a una de las inútiles almas restantes cada 200 años, y esta vez quiero la de tu hija.-

Leonel se dirigió a Charitty que atónita miraba lo que acontecía mientras con un dejó de tristeza por el terrible destino del alma de la joven princesa dijo:

-Lo siento Rey Leonel, esta vez Kha tiene razón no hay nada que podamos hacer-.

-JAMAS LO PERMI...- el Rey fue interrumpido por los brazos de su hija que rodeaban su torso.

-Lo haré padre, no es necesario que llames a la guerra, después de todo es mi deber real cuidar de mi pueblo, te amo-. Decía mientras una lágrima Rodaba por la mejilla de la joven.

Adriel atónito miraba todo desde su lugar mientras que el resto de sus hermanos sonreían con malicia, después de todo, el alma de la joven era algo que todos quisieran poseer...

Continuará.