Inesperado.

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La corte anunció la llegada de los príncipes del infierno a la sala del trono junto con el Rey de los infiernos Kha, La Paz que se había rasgado entre el reino de los humanos y el de los demonios desde aquel plan fallido para conseguir más almas estuvo a punto de romperse cuando los emisarios del infierno no supieron cómo explicar que la princesa no solo había muerto si no que además había desaparecido.

No fue si no hasta que ella apareció en una sección del bosque de los Elfos que los rumores llegaron al infierno, "Lyon por fin tenía su princesa en casa", y a manera de disculpa y para tantear terreno la visita de los 7 príncipes ofreciendo algún tributo al rey Leonel no era más que una farsa pues ir a una guerra sin sentido no era lo más conveniente.

Para todos los príncipes era una molestia tener que dar disculpas vacías por algo que no sentían excepto para Adriel, que se le notaba ansioso y nervioso, era raro ver a  el imponente príncipe de la soberbia pues el  no actuaba regularmente así.

-Maldita sea Adriel por favor podrías relajarte-. Refunfuño Acatriel.

-¿Porque mejor no te callas?.- reprocho Adriel tratando de guardar la compostura.

-Vamos Acatriel por favor no vayan a empezar ustedes dos-.  Dijo Eligor que caminaba Justo detrás de ellos.

-Yo quiero ver la estupida cara de Adriel cuando vea a su princesa, esperaría mil años para ver esto.- Recalco con tono de burla Abalam

-No cabe duda que todos son unos diablos estupidos.- terminó la conversación Amón que pretendía tener una postura seria ante todo esto por ser el mayor.

En la sala del trono, la familia real a excepción de Annelise estaba ya sentada en el atrio del trono, aunque  se le podía ver bastante nervioso a Esteban que miraba hacia todas direcciones.

Una mucama fue por Annelise, pues era necesario que estuviera en la sala del trono, pero justo antes de que ella pudiera encontrarla Scarlett le cerró El Paso amablemente.

-Tranquila, sigue con tus deberes yo me encargo de la princesa.- dijo la hechicera con una sonrisa en el rostro.

-Muchas gracias señora Scarlett.- deslizó la mucama

Scarlett se dirigió a Annelise y con delicadeza mencionó que la necesitaban en la sala del trono, pero antes de eso le advirtió quien estaría ahí.

-Annelise, debes saber que el príncipe de la soberbia estará entre nuestros invitados en la sala del trono... Entiendo que tienes en tu poder el anillo de compromiso que el té dio.-

-Asi es, ¿porque la advertencia?-.  pregunto inquieta la joven princesa.

-Las cosas aún están un poco inestables aquí, recuerde que el tiempo qué pasó desde que Halía despertó a el día que usted lo hizo fue considerablemente mucho, y ella ahora es la diosa mayor después de... tomar el lugar de Charitty, le rogaría que aguardara un poco más de tiempo para ver al joven Adriel más... íntimamente.-

-Comprendo Scarlett, gracias por el consejo.- término Annelise mientras caminaba a la sala del trono.

Cuando Annelise entró en aquel salón donde amabas familias esperaban por ella un silencio se apoderó del ambiente, y todas las miradas se clavaron en ella mientras caminaba por la pasarela lentamente orgullosa de su realeza sin mirar a nadie más que a su padre que la esperaba on una sonrisa en los labios.

Adriel sintió que el corazón se le saldría del pecho, la veía tan cambiada que por un momento creyó no reconocerla, la altivez con la que la miraba caminar lo lastimaba y el observar que no llevaba el anillo puesto lo hizo dudar del amor que ella profesó por él en la última puerta.

Cuando Annelise estuvo frente a su padre este colocó la corona que había estado esperando por ella y llevándola de la mano la sento en su trono para después dirigirse a los demonios ahí presentes.

Pero aún antes de que Leonel pudiera decir una sola palabra una luz cegó por completo la sala dejando Justo a la mitad de ambas familias reales a 3 seres alados Adriel los reconoció en seguida para después recibir un codazo de Abyssus.

-Adriel, ¿estas viendo lo mismo que yo?.- pregunto algo incrédulo.

-Nunca pensé que este fuera el asunto pendiente que tenía ella...- dijo Adriel atónito.

-Me parece increíble que llegáramos Justo en este momento, espero que mi familia y yo no interrumpamos festividades.- Dijo Halía mientras miraba directamente a Leonel.

-Para nada mi señora, nos honra con su presencia y así bendecirá esta nueva tregua que esperamos se extienda por años venideros.-

Kha se limitaba a observar y sonreír, pues no quería entrar en discusiones después de que el había estado presente ese día en el que Halía reclamó el trono de Charitty.

Miguel que mantenía a su hija junto a él se limitaba a ver a Annelise que a su vez mantenía la vista fija en Adriel.

Después de unos incómodos momentos en silencio Leonel los invito a un banquete que se había preparado en honor a las visitas y así la tensión se rompió, los príncipes por su lado se dispusieron a ocuparse en coquetear sutilmente con la servidumbre del castillo y a su vez Miguel, Leonel, kha y Halía mantenían una conversación en privado Adriel aprovechó el momento para acercarse a Annelise.

-Hola, yo..yo...hola.- dijo torpemente Adriel

-Hola joven príncipe.- Dijo reprimiendo una risa Annelise.

-Annelise, tu... ¿tu me recuerdas?.-

-Por su puesto que te recuerdo, ¿como podría olvidarte?.- Dijo por lo bajo y con una cálida sonrisa.

-Bueno es un alivio por un momento pensé que tu... que yo...-

-Creo que debemos guardas apariencias por un momento.- deslizó annelise tocando tímidamente la mano del joven principe con una sonrisa.

-¿pero que tenemos aquí? Mi cuñada favorita, Annelise si te llegas a casar con Adriel prometo que serás de todas sus esposas mi favorita.- dijo Acatriel Divertido.

-Vaya si eres estupido, porque le dices eso?-. Dijo enojado Adriel.

-Cálmense ustedes dos, ¿que no entienden lo qué pasa aquí?.- dijo seriamente Abyssus.

No le dio tiempo de terminar su frase cuando la joven alada hija de Halía tomo de la mano a Adriel para jalarlo fuera del círculo de sus hermanos y Annelise mientras estos los veían retirarse atónitos.

-Joven príncipe, mi nombre es Amely, soy hija de Halía y Miguel y te eh elegido a ti, para ser mi acompañante en esta fiesta, que a lo que veo es curiosa costumbre de los humanos.-. Dijo con una sonrisa mientras entrelazaba sus manos con las de Adriel ante la mirada de todos.

Abyssus por su parte extendió su brazo ante Annelise para retirarla de aquel espectáculo y tomar con ella asiento cerca de un vitral, muy al contrario de lo que pudieran pensar ella conservaba una sonrisa amable.

-Annelise, me encantaría saber qué pasó en este tiempo, nunca había conocido a alguien que... bueno "regresará".-

-Creo que es muy complicado de explicar, solo se que es como si una parte de mi hubiese muerto...-

-Ya veo... si me lo permitieras me encantaría visitarte un poco más seguido me encantaría que me contaras todos- Dijo el diablo menor apenado y sintiendo las miradas clavadas en su espalda de todos sus hermanos, en especial la de Adriel.

Mientras tanto Amely miraba curiosa al diablo era la primera vez que Se mezclaba con otras razas y con un delicado movimiento tocó las mejillas de Adriel logrando ponerlo un tanto nervioso para después robar un beso fugaz y delicado, que impresionó a todo el mundo.

Continuará...

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"La maldición de la hija del sol" *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora