Lo siento:
Lo siento..., dos palabras que a veces se dificultan tanto decir que nos resulta extraordinario. Mayormente frenadas por un fuerte orgullo o por un ego cegador que vuelven la simpleza de dos palabras en el mayor acto de cobardía. ¿Cuántas veces dicen "lo siento" al día? pero ¿Lo sienten verdaderamente? o solo lo dicen porque a su juicio la otra persona necesita escucharlo para "dejarlo pasar".
Pero es que la cuestión está en que no sabes que es lo que otros quieren oír, y es que la mayoría de las veces ni ellos mismos saben...
No importa cuántas veces cortes sobre la misma herida, cuantas veces destroces el mismo pedazo de papel, durante cuanto tiempo lastimes a alguien, lo importante es pedir perdón. A la verga con esa psicología masoquista, yo no lo veo de esa manera. Y es que: ¿Cuántas de las personas que fingieron una disculpa jamás volvieron a hacerte daño? Todo justificado con el mismo estereotipo de que el ser humano no es perfecto, es una pena que no nos demos cuenta que recalcar nuestros errores para justificar otros solo nos convierte en más imperfectos de lo que éramos antes....
Hablamos sin medir el significado de lo que decimos. Sin conocer el verdadero peso que tienen nuestras palabras, porque claro al final eso no es más que otra mentira. Debo admitir que es linda la máscara del arrepentimiento, pero cuando se cae: ¿Qué pasa? Sí, sale la exactamente la misma figura que te lastimó sin pensarlo antes, el mismo rostro que procuró mantenerse lejos y sin lastimarte, pero que hizo lo contrario, una vez se cansó de fingir a tu favor.
No rompemos a las personas por accidente, eso solo les pasa a los objetos, entonces: ¿Con qué nos estamos comparando? Para lastimar a alguien primero necesitas analizar su comportamiento, entender su punto débil y bueno ya lo que queda es jugar, ahí es donde me pregunto: ¿Qué es eso que la gente tanto siente? Últimamente las disculpas se han vuelto más famosas que los "te quiero" y eso resulta repugnante.
Búscales mil argumentos si quieres pero es simple, si no quieres hacer sufrir a alguien, no lo haces y punto, no hay excusa para eso.
...
Piensa que no hay que ser expertos para salir a la calle y dar una sonrisa hipócrita a todos los demás, a la que le llaman educación y que yo conozco como otro exponente del miedo. Pero qué hay de no cruzar la línea, de establecer un límite que vele por los demás antes. Para eso sí que somos unos novatos, incapaces de poner punto final, sino que es más sencillo dejar tres puntos suspensivos.
Recomiendo algo, evita pedir perdón y comienza a ganar amor, cariño, sustituye una mejilla mojada por una sonrisa perfecta. Intenta caminar ganando no luchando porque salgan perfectos "lo siento" que en realidad no sentimos....
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Mentira✓
RandomEsta no es una historia normal, o quizá es la más realista que hayan visto. Hablar de cosas aleatorias se convirtió en mi adicción, y aquí les muestro un pedacito de ello. Es, creo, el modelo más simple de las ideas que rondan por mi cabeza, y qu...