Destino o Casualidad // Posie //

VIII

Penelope POV.

-¿Ha caso estás loca?.- dije estando arriba de ella. -¿Qué hacías ahí?. Te pudiste haber muerto.- me levanté y la observe desde arriba.

-Yo, estaba buscando a mi hermana. Es todo.- parecía enojada. -¿Me ayudarás o no?. - extiende su brazo.

Lo tome y se levantó.
No era tan pesada.
Acomodó su falda, que era muy bonita por cierto. Y su cara estaba roja. Voltee y varios chicos nos veían.
En especial uno, regrese mi mirada a Josie con el seño fruncido y ella hizo una mueca. Acercándose más a mi, diciendo en mi oído.

-Él me viene persiguiendo desde hace un buen rato. ¿Puedes hacer algo?.

-¡He, idiota. ¿Se te perdió?!.- levanté la voz para que me esuchara.

-¿Quién es la chica?.- podía ver que estaba ebrio.

Él se acercaba y Josie, se agarró de mi antebrazo. Parecía un poco asustada, así que me paré derecha, con porte y elegancia.

Na, mentira.

Por si no lo sabían, yo era. Pequeña a comparación de él. Le llegaba como a la nariz. Pero era fuerte, no tanto. Pero pues no dejaría que me intimidara, ni a Josie.

-Mi novia. Así que olvídate de mirarla o estar cerca. Mantén tus ojos en otra parte chico.- camine con ella de la mano.

-¿Por qué dijiste eso?.

-Era lo mejor, créeme. Aquí todos te observan, por que eres bonita.- abría espacio entre los demás para pasar. -Y si no decía que estabas con algúien, vendrán por ti.- de reojo, parecía pensativa. -Pero no te preocupes, yo estoy aquí y cuidaré tu espalda.

-Gracias, pero sólo quiero encontrar a Lizzie y largarme de aquí.

-Se donde encontrarla.- Murmure y seguimos caminando. Entre algunas pausas, ya que saludaba a uno que otro amigo.

Pero lo logramos. Llegamos al que era mi lugar, se veía a Trini. Kimberly, Jackson y Lizzie. Jugaban con una pelota, riendo.

-¡Ah, es Josie!.- Kim corre.

La ojos de ciervo me soltó y les grito a ambas. Llevándolas lejos, para hablar.

-Ahí estás.- Trini me recibía con un abrazo. -Me preguntaba por que no llegabas, pero creo saber.

-No digas tonterías, mi padre me castigo. Me quito la motocicleta por un mes.

-No te lo creo. ¿Qué hiciste?.

-Ya sabes, las cosas con mi madre. La he estado evitando y al parecer paso factura.

-Si, dices que Kai te recogió las llaves. ¿En qué viniste?.

Suspire y recorrí el lugar. Dándole una sonrisa inocente a mi amiga.

-Pen, ¿las tomaste sin permiso?.

-Puede ser.- camine a la hielera, donde se encontraban las cervezas y aguas. Pero tome lo último.

-Tu padre te matará.

-No lo hará, me ama mucho y me perdonará en segundos.

-Si, pues ya veremos. Al rato que me hables llorando, te lo recordaré.- me da un leve empujón.