XII

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-Estuviste increíble.- Brandon rodea el torso de Josie, impidiendo que salga de la cama.

Ella ni siquiera lo mira. Sus ojos están en la pared blanca, pensando en que hizo. Queriendo vomitar.

-Dile a tus padres que te quedarás a dormír.- propone pero ella niega y se levanta.

Buscando su ropa. -No lo creo. Lo mejor será que me vaya.

-Pero si la estamos pasando genial.

En realidad, Josie ni siquiera lo disfruto. El sexo con Brandon no era del todo bueno.

-Tal vez otro día.- se cambió y colocó las zapatillas. -¿Me irás a dejar a casa?.

Ya era noche, y Josie no tenía teléfono ni auto. Ni sabe manejar. A está hora tendría que pedir un uber.

-Imposible. No me siento muy bien, tendrás que caminar o llamar para que vengan por ti.- prende un cigarrillo y se cubre con la sábana.

Josie lo mira, sin poder creérselo. -¿De verdad?.

-Si. Tú eres la que no se quiere quedar. No es mi problema.

Josie toma una almohada y se la tira con fuerza. Directo a la cara. -Eres un reverendo idiota, Brandon. No se como pude venir.- saliendo a toda prisa.

-Yo no te lo pedí, mi amorcito.- dijo a su espalda. -¿Nos vemos mañana?.

-¡Jodete!.- grita.

La gemela iba molesta, saliendo a la calle. Otra vez, sola. Después de lo cerca, demasiado cerca de besar a la morena. Josie no se sentía bien conmigo misma, se regaño por no haberlo hecho. Y también por querer hacerlo. Haciendo tarea, no se podía concentrar, Penelope aparecía en ella. Así que. Le dijo a su madre que iría a la librería, pero en realidad fue a buscar a su novio. Aceptando tener relaciones, para ver si su mente se despejaba por un momento.

No fue así.

La cosa empeoró, caminando sola. Su casa no estaba muy retirada de ahí. Fácil llegaba como en una hora. Si le metía prisa y no se distrae con nada. Hay gente afuera, las luminarias encendidas. Parques, lugares muy concurridos.

-Eres una tonta Josie. Eso te pasa por tener a Brandon como novio y venir a buscarlo.- habla con ella misma.

También se golpeó la frente, por no tomar el teléfono de él y marcar a su casa. Esperar afuera y no caminar.

Ya brinco como tres cuadras.
La residencial en la que vivía Brandon, era segura. Había vigilancia, por eso no le preocupaba.

Alguien parecía conducir como loco. A una velocidad ridículamente rápida, se paró a una esquina. Para salir de ahí. Josie no va a mentir que le dio un poco de miedo.

Pero al ver como caía ese cabello, largo. Perfecto, hermoso. Al sacar el casco, Josie jadeo.


-Déjame adivinar. ¿Saliste a comprar pan y te perdiste?. Dulce princesa.

Josie no pudo evitar sonreír y acercarse. -¿Qué haces por aquí?.

Destino o Casualidad  // Posie //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora