Destino o Casualidad // Posie //

III

Lizzie caminaba a un lado de la niña nueva, Penelope. Que antes, en la oficina del director ya se habían presentado. A la rubia le pareció agradable. El director le asignó a Lizzie, la tarea de un recorrido a la morena por todo el campus. Y ya después llevarla a sus clases, que milagrosamente compartían algunas.

-Creo parecer, que te he visto antes.- Lizzie la observa de pies a cabeza. Pensando.

-No lo creo, yo jamás he venido por estos rumbos. Bueno si, pero muy poco y tu cara no me parece familiar.- Deja de caminar y la ve.

-Si tienes razón, tal vez te estoy confundiendo.- Lizzie voltea hacia los pasillos.

-Dejame adivinar. Estamos pérdidas.- Ríe ligeramente.

-Me creerás si te digo, ¿qué ni yo misma conozco éste lugar?. Es demasiado grande y cuenta con demasiadas aulas, escaleras. Que fastidio.- Avanza no muy segura, de si es por ahí.

Penelope no lo entiende, pero la sigue. Por largos minutos, parecen caminar en círculos y por fin logran salir a su destino.

-Oh, si. Mi lugar favorito, aquí es la cancha de fútbol americano. Mi hermana y yo somos porristas.- Siente los rayos de sol en su rostro y suspira aliviada.

-Es grande y bonita.- Deja su mochila y se adentra -A mí, me gustan los deportes. ¿Creés que pueda formar parte? Y ¿Tienes una hermana?.

-Si, pronto la conocerás. Todos lo hacen y sobre lo otro. Claro, el equipo está formado por hombres y mujeres.- bromea.

-Genial. ¿Apuesto a que es la típica niña popular?.

-Mm, si. Ella lo es.

-Gracias, pero no me mezclo con ese tipo de personas.

-Mi hermana, no es mala. Es muy diferente a todas.

-Es tu hermana, no puedes hablar mal de ella.

-Ya veremos que piensas cuando la conozcas.- Ríe -Vamos chica, aún hay clases a que asistir.- Le pasa su mochila.

Penelope la toma y caminan.
El timbre suena, es cambio de hora. El pasillo parece llenarse de chicos juguetones, chicas en grupitos. Secreteando entre ellas. La morena sacudió su cabeza, enfocándose en lo que la rubia le explicaba.

-Aquí, es tu clase. La mía es al otro lado del edificio. Así que, suerte. Vendré por ti más adelante y seguiremos con el recorrido.- Dice apresurada.

-Pensé que habíamos terminado.- su cara de orto lo decía todo.

-Te dije que es un lugar grande y fastidioso. Adios.- Sale corriendo de ahí.

La morena suspira y ¿A dónde se fueron todos?. Si hace poco parecía hormiguero. Por la ventana circular de la puerta, observó que la clase había empezado y estaba lleno. Respiro, acomodo su cabello. Se dio ánimos de poder entrar y no parecer una novata.

Y entró.

La maestra dejó de hablar y todos la miraban. Penelope trago, esto le chocaba de ser la nueva. Tener las miradas de todos encima.

-¿Usted quién es?. La clase empezó hace tres minutos, después de eso no tiene permitido entrar.- Dura, la señala con el plumon en mano.